
Una fuente analógica sin compromiso
No hay que ser un experto en diseño industrial para reconocer que el EAT C-Sharp es uno de los giradiscos más bonitos que ahora mismo hay en el mercado. Aún así, creemos que el mérito principal de esta bellísima fuente analógica es que honra el concepto de “forma al servicio de la función” que subyace en todo producto verdaderamente bien concebido.
Esto significa que en el C-Sharp, donde cada elemento es un ejemplo de belleza y de calidad constructiva, se ha trabajado a fondo para incorporar los materiales y las soluciones de ingeniería necesarios para minimizar las resonancias que constituyen el Talón de Aquiles de los giradiscos. Unos materiales y unas soluciones de ingeniería que brillan por su originalidad y que se plasman en un sonido fluido y cálido, muy musical. ¡Y además por un precio inédito en High End!
Elegancia y tecnología en perfecta simbiosis
Pese a llevar décadas en el mundo del audio, los giradiscos siguen siendo una fuente de sorpresas inagotable, como consecuencia del potencial de mejora que todavía ofrecen prácticamente todos los elementos clave que los constituyen: plato, base del plato, chasis, motor, suspensión (si la hay), sistema de giro, brazo (en caso de que se incorpore de serie).
¡Y no digamos ya las opciones, que se multiplican exponencialmente, derivadas de la interconexión de los citados elementos, que por otro lado son íntegramente mecánicos y, por lo tanto, imperfectos por definición! Esto significa que a la hora de diseñar un buen giradiscos el ingeniero puede elegir entre un amplio número de estrategias, que por lógica aumentará a medida que aumente el nivel de exigencia para el producto en cuestión y nos vayamos liberando progresivamente de compromisos impuestos por el parámetro coste.
Todo ello, por supuesto, teniendo siempre como objetivo innegociable la consecución de una plataforma lo más neutra y estable posible para que el conjunto brazo/cápsula pueda hacer su trabajo, es decir, leer toda la información contenida en los surcos de los discos de vinilo, con las máximas garantías. Un esfuerzo cuyo mérito es aún mayor si lo que se le pide a nuestro ingeniero es poner a punto un giradiscos de referencia por un precio razonable a ese nivel, léase que no supere los 6.000 euros.
Esto es exactamente lo que nos ofrece, y con nota, el precioso, realmente seductor, modelo C-Sharp de la prestigiosa y muy purista –sus válvulas de vacío son magníficas- firma centroeuropea EAT, siglas de European Audio Team. El C-Sharp es una consecuencia directa del gran éxito comercial del estilizado giradiscos E-Flat de la propia EAT, al que supera en términos de perfil ultradelgado, elegancia estética y sofisticación tecnológica, gracias al uso de nuevos materiales como la fibra de carbono y los cauchos o elastómeros termoplásticos (un material altamente absorbente que también se conoce por las siglas TPE). A modo de inciso, nos gustaría destacar un aspecto clave de la filosofía de diseño de giradiscos de EAT: lograr prestaciones absolutas sin necesidad de recurrir a diseños aparatosos, cuando no directamente monstruosos. Volviendo al C-Sharp, el motor está montado en el interior de un chasis ultradelgado fabricado en de MDF de muy alta densidad, en el que también encontramos 10 pies absorbentes de elastómero termoplástico.
A su vez, dichos pies soportan, actuando de hecho como si fueran muelles, pero con un control mucho mayor, un subchasis de estructura sándwich que combina fibra de carbono y MDF para maximizar la rigidez, parámetro este último de importancia fundamental en cualquier giradiscos… ¡y no digamos ya en uno de referencia! De este modo, cualquier posible vibración del conjunto plato/eje es enviada a los elementos absorbentes de TPE, que a su vez impiden que cualquier energía no deseada procedente del motor o del ambiente circundante alcance el subchasis o incluso el delicado conjunto brazo/cápsula. En lo que concierne al crítico sistema de giro, el C-Sharp incorpora un eje de rotación sobredimensionado combinado con un cojinete de cerámica acústicamente inerte y libre de resonancias en su parte superior, configuración que, de nuevo, permite establecer un robusto punto de masa con el fin de absorber toda la energía sobrante presente en los alrededores del conjunto.
Por su parte, el plato está fabricado en una combinación especial de aluminio altamente inerte –como se puede ver, el control de las resonancias alcanza en el EAT categoría de auténtica obsesión- y elementos de absorción de TPE insertados en el mismo. Del C-Sharp también hay que destacar que utiliza una correa de transmisión fabricada en goma antiestática especial, así como un absolutamente innovador brazo de lectura que combina todas las ventajas de uno de tipo unipivot con las de uno de tipo cardán. Con respecto a dicho brazo, hay que señalar que está hecho de fibra de carbono, solución que le proporciona alta robustez y alta rigidez a partes iguales, mientras que el portacápsulas utiliza un tipo de aluminio especialmente ligero y rígido que permite combinar las ventajas del carbono con el mejor amortiguamiento interno del aluminio, así como facilitar un montaje óptimo de las cápsulas fonocaptoras más delicadas. Todo este cuidado en la sección mecánica, que constituye el corazón de cualquier giradiscos, lo encontramos también en la sección eléctrica/electrónica, por otro lado fundamental para que la velocidad de rotación sea lo más estable posible: así, el C-Sharp se completa con una fuente de alimentación de corriente continua externa, basada en un generador de corriente alterna que permite maximizar la limpieza de la señal enviada a los motores, a la vez que las velocidades de rotación disponibles -33 y 45 rpm- se seleccionan electrónicamente desde un panel de control separado que remata el indiscutible atractivo del que para nosotros es uno de los giradiscos más bonitos actualmente disponibles en el mercado mundial.
Una belleza corregida y aumentada por un sonido impecable
Para probar el C-Sharp utilizamos la versión con la espléndida cápsula de bobina móvil Ortofon Quintet Black, aunque ya adelantamos que las características de este giradiscos y las del brazo que monta dan mucha libertad al usuario para montar la cápsula que le apetezca. Como electrónica hemos elegido el amplificador integrado estereofónico Marantz PM-10, que incluye una sección de fono magnífica, y, como cajas acústicas, una pareja de Sonus Faber Serafino Tradition, estando el conjunto cableado con Transparent Ultra de 5ª Generación.
Aunque ya sólo en las fotografías el C-Sharp se le “apuntan maneras”, la verdad es que hay que tenerlo delante para ver hasta qué punto su elegancia es lujosa sin ser ostentosa. Todo, absolutamente todo, es magnífico al tacto, destacando el prensador de discos, el brazo y, sobre todo, los botones de selección de velocidad situados en la fuente de alimentación externa, cuyo logrado diseño hace que su integración con el C-Sharp sea irreprochable. ¿Y el sonido? Pues fabuloso por su honestidad en el respeto de los timbres y de la presentación espacial de los instrumentos en una escena sonora abierta y muy bien estructurada. La combinación de materiales empleada, sobre todo en el brazo, se traduce en una ausencia de parásitos que, a su vez, comporta una drástica reducción del ruido de fondo que, por lógica, maximiza la relación señal/ruido y la dinámica. El principal mérito de todo ello es que el C-Sharp lo hace sin renunciar a unas formas que lo hacen irresistible, calificativo que se refuerza gracias a otro “plus”: un precio alucinante para un aparato con unas prestaciones y una calidad constructiva tan elevadas.