SONY
Sony Corporation es más que una empresa, es un icono, un estilo de vida… en suma, una leyenda nacida de una combinación única de innovación permanente, pasión por el diseño, espíritu visionario y perfeccionismo industrial que resume como pocas la filosofía que ha permitido convertir a Japón en el país más avanzado del mundo.
Sony tiene múltiples facetas que abarcan desde el sonido y la imagen doméstica y profesional hasta la producción de música y películas, los videojuegos, la telefonía móvil e incluso las finanzas.
Para Sarte Audio Elite, la vinculación con Sony se concentra en su exclusiva gama de videoproyectores para Cine en Casa que combina lo mejor de la firma nipona en el contexto de un renacimiento que le está permitiendo recuperar la posición de liderazgo tecnológico que ocupó durante décadas. Un renacimiento que conecta con la historia y la trayectoria de una empresa única a la que se deben algunos de los componentes audiovisuales más exclusivos y avanzados de todos los tiempos.
Sony nació con el fin de la Segunda Guerra Mundial, fruto de la asociación de dos colegas, Masaru Ibuka y Akio Morita, que en 1946 fundaron un taller de reparación de aparatos de radio con un capital de 500 dólares.
La aventura comenzó en ese mismo momento, con un crecimiento rápido y logros técnicos sorprendentes. El primero, en 1950, fue la fabricación de la primera cinta magnética y del primer magnetófono en suelo japonés.
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Una existencia apasionante
En 1951, los fundadores de Sony obtienen del gobierno japonés la autorización para adquirir los derechos de explotación de un invento revolucionario: el transistor. Akio Morita no dudó en viajar a Nueva York para apreciar sobre el terreno el nuevo dispositivo y negociar los pertinentes contratos para su empresa. A partir del año siguiente, construyen el primer aparato de radio a transistores japonés.
Por otro lado, y en paralelo, en 1952 comenzó una estrecha colaboración con la NHK, la empresa de radiodifusión y televisión pública japonesa, gran usuaria de magnetófonos. La innovación continúa, viendo la luz en 1954 el primer micrófono a condensadores y en 1060 el primer televisor a transistores.
La entrada de Sony en el ámbito profesional se confirmó especialmente con la puesta a punto del Trinitron en 1968, al que siguieron los grabadores de casetes compactas (el modelo TC50 fue utilizado en 1969 durante la misión espacial estadounidense Apolo 10) y, en 1975, el formato de grabación de vídeo doméstico Betamax. En 1976 Sony lanza al mercado su primer disco de audio digital, al que siguió el procesador PCM1 en 1977.
Pero la idea que logró propulsar la marca Sony para que se ganara el aprecio del gran público, en especial de los más jóvenes, nació en la cabeza de Akio Morita quien, un buen día, pidió a sus ingenieros lo imposible: convertir un magnetófono en transportable.
Los estudios no se rezagaron y en 1980 nacía el legendario Walkman. A partir de este momento, Sony se convirtió en símbolo de innovación, diseño y calidad en el mundo de la electrónica de consumo, al que en 1982 aportó, juntamente con la holandesa Philips, el disco compacto de audio (CD) y en 1999, el tecnológica y musicalmente superior pero comercialmente menos apreciado SACD (Super Audio CD).
A todo ello hay que añadir una extensa gama de dispositivos de captación y visualización de imágenes (videoproyectores, televisores, videocámaras, cámaras fotográficas) y las diferentes generaciones (la 4º ha sido presentada recientemente) de la celebrada consola de videojuegos PlayStation, sin olvidar una serie de componentes para audio High End estereofónico (las míticas series R1 y R10) y multicanal que han permitido convertir en realidad el viejo sueño de disfrutar una experiencia de ocio total en sonido e imagen en la intimidad del hogar.
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Cine en Casa y Sony: La fuerza de la tecnología SXRD
En el año 2003, Sony deslumbró a los amantes de la perfección visual absoluta con un producto que en algunos aspectos aún no ha sido superado: el videoproyector Qualia 004, una exclusiva máquina de diseño ultramoderno, construcción rayana en la perfección y tecnología sin precedentes en la época que puso en manos de los aficionados más exigentes la posibilidad de disfrutar sin limitaciones de la incipiente “Full HD”.
El Qualia 004 incluso incorporaba un detalle técnico actualmente irrepetibles por motivos de política energética: una lámpara de Xenón, material con una curva de respuesta espectral virtualmente perfecta y que por lo tanto permite tratar por igual toda la gama de colores.
A esta época también pertenece una tecnología exclusiva de Sony que acaba de ser recuperada en la última generación de dispositivos de visualización de imágenes de la marca: la Triluminos, un esquema basado en lo que se conoce como “Puntos Cuánticos” (“Quantum Dots” o QD) que recurre al conocimiento aportado por la física teórica para incrementar la eficiencia lumínica de los diodos electroluminescentes (LED’s) con el fin de conseguir unos colores mucho más naturales.
A Sony también se le debe la incorporación de ópticas de nivel profesional procedentes de marcas punteras en sus videoproyectores para uso doméstico, una solución que permite aprovechar plenamente el potencial de los dispositivos de generación de imágenes utilizados y la electrónica de tratamiento de señal que los acompaña.
Pero hablar de Sony en Cine en Casa a tamaño real es, por encima de todo, hablar de un elemento clave, diferenciador, que caracteriza a las diferentes generaciones de videoproyectores de la marca que han visto la luz en la última década: la tecnología de generación “digital” de imágenes SXRD.
Sin duda la más novedosa de las variantes “reflectantes” –agrupadas bajo las siglas LCoS, acrónimo de “Liquid Crystal on Silicon”- del LCD (la otra es el sistema D-ILA de JVC, que también sigue en activo), la SXRD (“Silicon X-tal Reflective Display” o “Dispositivo de Visualización Reflectante de Cristal de Cuarzo y Silicio”) nación en su momento como la respuesta de Sony al dominio apabullante de las matrices DLP (la firma nipona también fabrica matrices LCD, que en la actualidad destina mayoritariamente a sus modelos para aplicaciones educativas/profesionales/de empresa) en el ámbito de los videoproyectores para aplicaciones de Cine en Casa (aunque luego la firma aprovechó para desarrollar modelos profesionales basados en tecnología SXRD).
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Sony VPL GTZ380
Los principales atributos del sistema SXRD fueron una elevada relación de contraste (del orden de 3.000:1 en los primeros diseños y casi 400 veces superior en la actualidad) y una definición nativa que ya desde el primer momento (contrariamente a la de sus competidores directos) fue “Full HD”, es decir 1.920x1.080 píxeles, así como el hecho de que utilice una base de silicio (de ahí su pertenencia al antes citado “grupo” LCoS).
A nivel físico, la principal característica del SXRD es su elevadísima densidad de píxeles, lo que significa que ya desde el principio tuvieron que minimizarse las dimensiones tanto del tamaño de cada píxel individual como del espacio entre píxeles (dato este último fundamental en la sensación de “continuidad” –suavidad, por utilizar un término equivalente- de las imágenes obtenidas).
La combinación de una radicalmente innovadora tecnología de direccionamiento basada en silicio (que en el mencionado año 2003 ya permitía un tiempo de respuesta de 5 ms, cifra que se ha reducido a menos de la mitad -2 ms- en las sofisticadas matrices que equipan al VPL-VW1100ES, el actual videoproyector de referencia absoluta de Sony) y una novísima técnica de fabricación de obleas de dicho material permitió en su momento, en combinación con avanzadas técnicas de fabricación de dispositivos de visualización de cristal líquido (en el SXRD se utilizan cristales líquidos alineados verticalmente en vez de los tradicionales “nemáticos trenzados”).
“Empaquetar” 2 millones de píxeles de 9 micras de ancho separados 0’35 micras entre sí, cifras casi ridículas si las comparamos con las de las nuevas matrices con resolución nativa 4K (¡8’8 millones de píxeles cada una!) de Sony, por el momento únicas en el mercado mundial.
En definitiva, un pequeño prodigio de la física del estado sólido con unas propiedades (entre ellas una reflectividad extremadamente alta) que lo convierten en idóneo para la visualización de imágenes no sólo de alta definición (“Full HD”) sino también de super alta definición/definición ultra-alta (UHD) y cine digital.
Electrónica punta al servicio de las matrices SXRD
Es una realidad unánimemente reconocida: un panel “x” en un televisor Sony acaba proporcionando unos resultados superiores que ese mismo panel en un modelo de otro fabricante. La respuesta se llama dominio de la ingeniería electrónica de alto nivel, que permite a los ingenieros de la firma japonesa desarrollar una serie de circuitos que permiten optimizar el potencial de los dispositivos de visualización de imágenes a los que acompañan.
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En el caso de los videoproyectores, al haber sido los dispositivos clave de los mismos, es decir las matrices SXRD, íntegramente desarrolladas por Sony, el círculo de la excelencia se completa de la manera más virtuosa posible. En realidad, Sony ha ido integrando en sus videoproyectores para Cine en Casa las tecnologías más relevantes que ha ido desarrollando para sus televisores planos (inicialmente de plasma y a continuación LCD y LCD/LED) y algunos componentes para uso profesional con el fin de dotar de la máxima coherencia a sus dispositivos de visualización de imágenes. Esta operativa se hizo más patente que nunca con la introducción del concepto BRAVIA, siendo el resultado el aprovechamiento de interesantes sinergias en ámbitos como la conectividad y, sobre todo, el tratamiento de las imágenes, por otro lado algo lógico en una era en que todo lo que tenga que ver con la manipulación (procesado) de señales se lleva a cabo en el dominio digital.
Es el caso, por ejemplo, del sistema de interpolación “Motionflow”, que permite crear e insertar cuadros artificiales entre dos ya existentes mediante la aplicación de técnicas de procesado “inteligente”.
Así, en primer lugar se comparan parámetros visuales clave presentes en cuadros sucesivos para, seguidamente, calcular la parte de la acción “desaparecida” de la secuencia.
Se trata de una técnica idéntica a la empleada en la proyección cinematográfica profesional y cuyo resultado es un incremento drástico en la sensación de realismo –léase la cadencia en el desfile de las imágenes- con que se reproduce cada escena.
Otro “clásico tecnológico” de Sony que ha sido incorporado en sus videoproyectores de última generación para Cine en Casa es el esquema de escalado “Reality Creation” que, al ser aplicado recientemente a matrices con resolución nativa 4K permite obtener una espectacular mejora de la resolución de contenidos no sólo en 2D sino incluso en 3D. Evidentemente, una de las claves de toda esta potencia tecnológica es disponer de las herramientas necesarias para que pueda materializarse con la máxima precisión –y, sobra decirlo, en tiempo real- sea cual sea el programa tratado. Y aquí entre de nuevo en juego el dominio de Sony en toda la cadena de creación de hardware y software.
Una gama exclusiva y una garantía única
Tres son los modelos que componen la más reciente gama de videoproyectores para Cine en Casa comercializada por Sony: el VPL-VW1100ES, el VPL-VW500ES y el VPL-HW55ES, habiendo sido diseñados los dos primeros modelos para reproducir imágenes con resolución 4K y el tercero para la “Full HD”.
Asimismo, en los tres casos la compatibilidad “3D Full HD” es total a la vez que la tecnología en la que se basan es la SXRD exclusiva de Sony.
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De los dos modelos “4K” hay que destacar asimismo la presencia de la tecnología de generación del color Triluminos exclusiva de Sony, que no sólo aporta mejoras sustanciales a la calidad intrínseca de los colores sino que amplía de manera también significativa la paleta de colores (“gamut”) que pueden ser reproducidos, con lo que ello comporta en términos de realismo en las imágenes proyectadas. Todo ello es posteriormente realzado por una electrónica de procesado de señal plasmada en el sistema “Reality Creation”, que Sony desarrolló para sus últimas generaciones de televisores de tubo de alta gama y que posteriormente fue incorporando progresivamente en todos sus dispositivos de visualización de imágenes.
El “Reality Creation”, incluido en su versión 4K en el VPL-VW1100ES y el VPL-VW500ES y en su versión “Full HD” en el VPL-HW55ES permite optimizar todo tipo de contenidos dotándolos de la resolución máxima proporcionada por cada modelo, a la vez que en combinación con otros sistemas ampliamente contrastados y también desarrollados por Sony, como por ejemplo la circuitería de interpolación “inteligente” de imágenes “Motionmflow”, facilitan una visualización de contenidos cinematográficos y de videojuegos con unos niveles de realismo sin parangón. Todo ello, por supuesto, asistido por ópticas y lámparas de muy altas prestaciones, sistemas de menús extremadamente potentes e intuitivos y una conectividad a la última.
Al combinado único de experiencia, prestigio de marca y bagaje tecnológico de Sony hay que añadir un último elemento que, también, marca diferencias: la garantía única de una compañía que controla desde el principio hasta el final todo el proceso de creación de sus productos (elementos electrónicos y mecánicos clave, circuitos de control y gestión, ópticas hechas a medida y en exclusiva para Sony), con lo que ello comporta en términos de optimización del resultado final y de una obtención de una relación calidad/precio con la que la mayoría de marcas no pueden ni soñar.