
Brinkmann
Mucho antes de que Alemania fuese el país europeo de moda como consecuencia del formidable poderío de su economía, el gran país centroeuropeo gozaba ya de un gran predicamento y respeto entre los amantes del sonido de excepción gracias al trabajo de una miríada de pequeños fabricantes que se aprovechaban de una infraestructura industrial única y una tradición musical sin parangón para dar forma a sus sueños de perfección sonora.
En paralelo, una de las características más fascinantes y a la vez más sorprendentes del increíblemente creativo y animado universo del High End “made in Germany” es el prestigio del que goza el disco de vinilo entre amplias capas de aficionados.
Esta pasión por la estereofonía y por el más tradicional de sus soportes para uso doméstico –una pasión que se puede vivir en directo cada año en el reputado certamen especializad High End de Munich- se materializa en una singular profusión de pequeños fabricantes animados por la pasión que combinan magistralmente construcción artesanal con tecnología punta en diseños que muy a menudo se convierten automáticamente en referencias planetarias que mantienen su condición durante largos años.
Este es el caso de los productos de la exquisita y muy purista Brinkmann, una pequeña compañía que goza de gran reputación entre los audiófilos alemanes como consecuencia de la extraordinaria musicalidad de los elaborados productos que constituyen su selecto catálogo, en especial los destinados a la reproducción de discos de vinilo.
Así llegamos a los giradiscos Bardo, Oasis, Balance y LaGrange, los depurados y a la vez extremadamente minimalistas brazos de lectura Tonearm de 10’5 y 12 pulgadas de longitud y los sensacionales preamplificadores de fono Fein y Edison, todo ello sin dejar de lado a accesorios tan útiles como la plantilla Protactor (que permite montar y afinar con una precisión extrema todo tipo de brazos y cápsulas) y la base de granito especial anti-vibraciones Granite.
Brinkmann Stereo MKII
Brinkmann Taurus
Como no podía ser de otro modo, todos estos productos son el fruto de años y años de refinamientos continuados que han permitido mejorar un mismo diseño de base con la incorporación de soluciones encaminadas a incrementar las prestaciones elementos y subsistemas concretos.
Así, el giradiscos Balance, actual referencia de Brinkmann en materia de giradiscos, combina un robusto plato de aleación de aluminio de 9 centímetros de grosor con un brazo de lectura 10.5 y un bloque motor dispuesto en un bloque separado que es excitado por una fuente de alimentación también separada disponible en versión transistorizada (estándar) y a válvulas (opcional). Por su parte, el ligeramente menos sofisticado modelo LaGrange se distingue por la posibilidad de incorporar dos bases para permitir el montaje simultáneo de un brazo largo y uno corto, mientras que el Oasis es un prodigio de belleza minimalista cuyo anterior alberga un esquema de tracción directa magnética desarrollado por Brinkmann que le proporciona una musicalidad a años luz de la de los diseños japoneses que inundaron el mercado en la década de los ochenta del siglo pasado.
Basado en el innovador sistema de tracción magnética del Oasis, el “sencillo” Bardo incorpora también el plato introducido por vez primera en el Oasis, así como una esterilla especial fabricada en material acrílico.
Por su parte, tanto el eje como el sistema de cojinetes son los mismos del modelo Balance, mientras que la fuente de alimentación se ubica en un recinto separado de plástico. En lo que respecta a la base para brazos de lectura, puede ser girada y fijada para llevar a cabo un ajuste fácil y preciso de todo tipo de brazos de longitud comprendida entre 9” y 10’5”, encargándose directamente Brinkmann de realizar en fábrica los orificios correspondientes al brazo elegido por el usuario final. Asimismo, los conectores de salida que figuran en la parte posterior del Bardo pueden ser tanto no balanceados (RCA) como balanceados (XLR) a la vez que es posible instalar brazos de lectura equipados con conectores DIN o cables fijos. Pero, por encima de todo, hay que resaltar especialmente la sofisticación del sistema de tracción empleado, que utiliza un único cojinete para el motor y el plato. En concreto, se ha montado un imán circular en el cojinete del plato, cuya rotación es asegurada por bobinas dispuestas en la placa de circuito impreso situada justo detrás del citado imán. Un circuito electrónico excita las bobinas (cuatro en total, lo que permite disponer de ocho polos magnéticos) mediante dos sensores magnéticos que reacciona a los campos magnéticos (recordemos que los motores magnéticos funcionan basándose en el principio de que una corriente eléctrica que fluye a través de un conductor genera un campo magnético) y empujan el plato (de unos 10 kg de peso, cifra que proporciona una inercia considerable) para que realice un movimiento circular lento y preciso.
Brinkmann Rönt III
Todos los elementos del motor magnético han sido diseñados a medida, con elementos tan singulares como la disposición de las cuatro bobinas que constituyen el estator formando un ángulo de 22’5 grados con el fin de suavizar –mediante el solapamiento de campos magnéticos- el movimiento del plato.
Brinkmann Spyder
En este sentido, es importante destacar que el rotor del plato también hace de sub-chasis a la vez que en el interior del motor figura un tacómetro de disco que asegura –mediante el cómputo de las revoluciones- el control de la velocidad de rotación para que ésta sea absolutamente precisa.En lo que respecta al brazo de lectura Tonearm, se trata de un diseño estándar (brazo recto) del que vale la pena destacar su depurada construcción antiresonante y, como novedad técnica significativa, una doble suspensión por cardán a la vez que su masa efectiva de 10 gramos le permite trabajar con un amplio abanico de cápsulas fonocaptoras con lo que ello comporta en términos de flexibilidad para el usuario. La pasión de Brinkmann por el universo del vinilo se completa con los preamplificadores de fono Fein y Edison, dos electrónicas (en especial el Edison, con su característica cubierta superior de metacrilato transparente que deja al descubierto su impolutamente ejecutado interior) representa a la perfección la esencia del High End germano: dimensiones compactas, estética austera y una fabricación digna de una obra de orfebrería, con arquitectura rigurosamente doble monofónica ejecutada con componentes de la máxima calidad escrupulosamente seleccionados y una gran versatilidad operativa que se plasma en la existencia de etapas separadas para cápsulas de imán móvil (MM), de bobina móvil de salida alta y de imán móvil de salida baja.
En este sentido, la interpretación que la firma germana hace de la legendaria y exclusiva cápsula fonocaptora es absolutamente sensacional.
Y aún hay más: Brinkmann ofrece incluso la posibilidad –única en el mercado- de sustituir la elaborada fuente de alimentación externa que acompaña a sus giradiscos por la RöNT, basada íntegramente en válvulas de vacío y caracterizada por su portentosa musicalidad.
La gama de Brinkmann se completa con un conjunto de electrónicas de amplificación y preamplificación de línea que no sólo reflejan magistralmente el espíritu de la marca sino que también aportan fuerza y definición extremas en compañía de un amplio repertorio de cajas acústicas: los preamplificadores de línea Calvin y Marconi, el amplificador integrado estereofónico Integrated (2x75 vatios continuos sobre 8 ohmios), la etapa de potencia estereofónica Stereo (2x150 vatios continuos sobre 8 ohmios) y el singularísimo –por su estética- bloque de potencia monofónico Mono, que con 150 vatios continuos y una respetable capacidad de entrega de corriente permite dotar de músculo a las más ambiciosas configuraciones estereofónicas y multicanal.
Brinkmann Balance 2 Arm