
La versión mejorada de la más brillante creación de Helmut Brinkmann en el ámbito digital no sólo fascina en lo formal, con su cubierta superior transparente que desvela unas entrañas exquisitas, sino que cautiva por la audacia de su concepción modular y, por supuesto, por lo que realmente importa: su sonido.
Porque el Nyquist MkII es uno de los “streamers”/DAC’s más genuinamente “audiófilos” que jamás hayamos escuchado, gracias a la introducción de mejoras sustanciales con respecto al modelo original, presentado en el año 2016. En definitiva, estamos, como siempre en Brinkmann, ante un producto pensado de los pies a la cabeza por y para la música en su expresión más natural, que conecta el audio digital más avanzado con nuestra percepción del sonido.
“Música, no medidas”: la clave de un sonido superior.
Si echamos un repaso al actual mercado de los procesadores digitales de audio –DAC’s- resulta fácil darse cuenta de que entre los componentes que determinan la compatibilidad con los archivos más potentes del momento, es decir, las modalidades con mayor número de bits de cuantificación y mayor frecuencia de muestreo de las codificaciones “lossless” PCM y DSD, el más publicitado por los fabricantes es el convertidor D/A, el DAC (“digital-to-analogue converter”) propiamente dicho. Sin embargo, tal componente es ahora mismo fabricado por unas pocas firmas, concretamente Wolfson, Cirrus Logic, ESS Technology, AKM y Texas Instruments (Burr-Brown), a la vez que su precio individual, incluso en el caso de los modelos “premium”, lo pone al alcance de la inmensa mayoría de marcas. Esto significa que si se quiere crear un producto con una musicalidad superior hay que enfocar su diseño teniendo en cuenta precisamente el resto de componentes que lo constituyen. Hay marcas, como Marantz, que han optado incluso por desarrollar su propio esquema de conversión D/A, pero el resto concentran su “fuego” en elementos como el bloque de alimentación, la circuitería de salida, el reloj de sincronismo o incluso el filtro digital.
La alemana Brinkmann, bien conocida por la exquisitez sonora y el refinamiento técnico de sus giradiscos, brazos de lectura, fuentes de alimentación dedicadas, previos de fono y de línea, amplificadores y etapas de potencia, es una de las firmas que desde el principio han optado por un enfoque “fuera de los caminos trillados” para los contadísimos componentes digitales que ha puesto en el mercado. Un enfoque importado de la filosofía de búsqueda absoluta de la máxima musicalidad que impregna a su fundador, el antes citado Helmut Brinkmann, y que se plasma con una maestría absoluta en la recientemente mejorada edición de su celebrado “streamer” Nyquist, el Nyquist MkII. Aunque Brinkmann es a menudo “encasillada” como un diseñador y fabricante de componentes analógicos de referencia, no hay que olvidar que su primer DAC, el Zenith, vio la luz en 1986 y 32 años después continúa manteniendo su condición de producto de culto. Fue durante el desarrollo del Zenith que la firma germana reconoció la importancia de la implementación de la circuitería analógica y el filtro pasivo en el diseño de componentes digitales de High End. La combinación de los elementos conceptuales de base del Zenith con tres décadas de experiencia en ingeniería y esos dos años transcurridos desde la puesta a punto del Nyquist original ha tenido como resultado el Nyquist MkII, una electrónica de última generación cuyo hardware ha sido optimizado para acomodar los formatos digitales más avanzados del momento.
En concreto, hablamos de PCM hasta 32 bits/384 kHz (archivos DXD) y de DSD hasta DSD256. Asimismo, el aparato soporta el “streaming” y la reproducción de archivos codificados en MQA con frecuencia de muestreo hasta 384 kHz. Recordemos –ver nuestro Blog dedicado- que el MQA permite disponer de una calidad sonora de master de estudio a partir de un archivo lo suficientemente pequeño para ser reproducido por “streaming” o descargado, lográndose de este modo que el universo del audio de alta resolución esté al alcance de un abanico de usuarios y dispositivos sustancialmente superior. En lo que respecta a la crítica circuitería analógica, destaquemos en primer lugar que el uso de una nueva fuente de alimentación de alta tensión permite obtener mejoras sustanciales en las prestaciones de la circuitería digital. Así, contrariamente a la versión original del Nyquist, donde sólo un circuito de regulación de potencia se beneficiaba de esta tecnología, en el “MkII” son seis los circuitos de regulación que la utilizan. Y es que el módulo digital del nuevo “streamer” de Brinkmann incluye una sección de alimentación completamente actualizada, que incorpora 12 circuitos de regulación contra los 11 de su predecesor. En concreto, el regulador adicional permite mejorar todavía más el desacoplo entre el reloj de sincronismo del DAC y el resto de la circuitería, reduciéndose de este modo el nivel de “jitter”, en especial durante la reproducción de contenidos vía USB y Ethernet. Otro detalle relevante del nuevo Nyquist lo encontramos en la presencia de filtros digitales hechos a medida que trabajan en el dominio digital y logran mejorar tanto las prestaciones de laboratorio, como el realismo sonoro.
En un guiño al preamplificador de línea Marconi y a su homólogo de fono Edison, dos productos emblemáticos de Brinkmann, el Nyquist MkII utiliza una topología circuital híbrida de la que destaca la presencia de válvulas NOS de origen Telefunken en la etapa de salida. Todo ello se complementa con una generosa conectividad tanto en el ámbito analógico como en el digital, así como con la compatibilidad con el prestigioso software de gestión multimedia Roon, una base de granito dedicada y la exquisita calidad de fabricación de la que la marca alemana siempre ha hecho gala. Destaquemos también la generosa conectividad del Nyquist MkII, con entradas USB, S/PDIF (coaxial y óptica), AES/EBU y Ethernet, a las que se suman salidas analógicas balanceadas y no balanceadas más una toma de auriculares con amplificador dedicado. Asimismo, el nuevo DAC de Brinkmann es compatible con el programa de reproducción y gestión de archivos musicales desde redes RoonReady, a la vez que soporta varios servicios de “streaming” a los que se accede previa descarga de una “app” dedicada. Además, los propietarios del Nyquist original podrán actualizarlo a la versión MkII sustituyendo los módulos pertinentes, manteniendo de este modo el valor de la inversión realizada.
La escucha: resolución, dinámica y una fluidez muy “analógica”.
Hay muchas opciones para probar un producto tan especial como el Nyquist MkII. De ahí que valga la pena evaluar tanto su faceta como “streamer” como su más clásica condición de DAC, motivo este último por el que también lo combinamos con una mecánica de transporte SACD Esoteric P-05X y nuestro habitual Mac Pro. Como amplificador optamos por el D’Agostino Momentum Integrated y como cajas acústicas, por las Wilson Audio Yvette, todo cableado con Transparent Ultra de 5ª Generación. Hemos comentado en varias ocasiones lo complicado que es percibir diferencias en audio digital a medida que vamos afinando el tiro.
No obstante, es evidente desde el primer momento que la personalísima topología circuital del Brinkmann funciona, siendo el resultado unos agudos extraordinariamente cálidos, casi aterciopelados, y un grave más opulento que el proporcionado por la mayoría de DAC’s que hemos escuchado hasta la fecha; en suma, una presentación sonora global muy “analógica”, aunque con las indiscutibles ventajas de lo digital en términos de gama dinámica y ruido de fondo. Extraordinario a nivel dinámico, el Nyquist MkII brilla también con luz propia por su capacidad para reconstruir con precisión escenas sonoras altamente elaboradas. De hecho, no se puede negar que la sección analógica de este “streamer” es tan audaz en su concepción como aristocrática en su ejecución. Más aún, para disfrutar de la excelencia sonora del Nyquist MkII basta con escuchar material con calidad CD, siendo la calidad de los registros “Hi-Res” bien grabados –puntualización nada baladí- sencillamente estratosférica. Y aunque parezca redundante mencionarlo, la base de granito dedicada ayuda, y mucho, en la limpieza global del sonido, gracias al control extra que proporciona la total absorción de vibraciones mecanoacústicas presentes en el ambiente circundante. Estamos, en definitiva, ante un producto para puristas de verdad.