Esta semana comentaremos una experiencia que en su momento, cuando nos la propusieron a nosotros, nos pareció bastante inverosímil por lo heterodoxo de su planteamiento. Sí, “fuera de lo ortodoxo” y de los caminos trillados, hasta el punto de que a nosotros, experimentadores vocacionales con nuestros productos donde los haya, en principio nunca se nos habría ocurrido. La idea de fondo que hay detrás de las reflexiones que siguen es aparentemente muy sencilla: ¿es posible que los a menudo maltratados graves puedan alcanzar, sobre todo en los sistemas multicanal, la nobleza que siempre se ha reconocido a medios y agudos?