
Único en su clase
Siempre recomendables y a menudo imprescindibles –tanto para música como para cine- los subwoofers son ese componente mágico que pone los puntos sobre las íes cuando de visceralidad y contundencia sonora en la reproducción de los graves se refiere. Pero aún hay más: al “completar” la respuesta en frecuencia por la parte baja del espectro se consigue automáticamente que el sonido sea más natural ya que la curva de respuesta en frecuencia subjetiva (es decir la que percibimos) es más amplia y por tanto la energía sonora se reparte mejor, con lo que ello importa en términos de menor fatiga auditiva y mayor sensación de amplitud y espaciosidad… en suma, de realismo.
Precisamente por ello, estos cada vez más sofisticados, musicales (y, por qué no reconocerlo, incluso bonitos) componentes siempre han estado presentes en nuestra empresa, destacando especialmente los modelos de una marca dedicada en exclusiva la fabricación de subwoofers desde sus inicios: REL Acoustics, una empresa emblemática y además única (por lo menos si nos atenemos a su origen europeo) cuya superespecialización (se pueden contar con los dedos de una mano los fabricantes que se dedican en exclusiva a los subwoofers de alta calidad) la ha convertido en el número uno incuestionable de su categoría. Una marca que, por lo demás, ha evolucionado espectacularmente en la parte “visual” de sus diseños preservando a la vez su maestría en los aspectos más técnicos. Por otro lado, la relativamente reciente integración de REL en un potente grupo estadounidense relacionado con el audio de excepción ha hecho que la compañía británica haya expandido sus horizontes tanto en lo formal como en lo conceptual, siendo el producto que comentamos a continuación uno de los resultados más deslumbrantes de este nuevo alto hacia adelante. En realidad, decir “deslumbrante” es poco porque, como comentamos a continuación, esta vez REL ha conseguido un “más difícil todavía” que creará escuela.
Elegancia extrema en todos los ámbitos
El Habitat1, que así se llama el protagonista de nuestro Blog de esta semana, es realmente un producto único, y además en varias facetas clave. En primer lugar, porque ha sido diseñado para ser adosado a una pared y, en segundo lugar, porque no utiliza cables, aspecto este último que sin duda podría incomodar a más de un purista del audio que, aunque feliz por desprenderse por fin de la obligación de tener un gran cajón en su comedor/sala de estar, igual no las tiene consigo a la hora de conseguir ese casi siempre dificilísimo maridaje entre estética y buenos graves.
Pero REL lo ha conseguido con nota gracias a una depurada combinación del saber hacer electroacústico de la casa con una inyección de tecnología electrónica de última generación materializada en la presencia de un robusto sistema de transmisión inalámbrica.
Y así llegamos al Habitat1, un prodigioso sistema de reproducción de subgraves inalámbrico específicamente concebido para minimizar su intrusión en cualquier sala sin que ello comporte peajes inaceptables en términos de calidad sonora. Caracterizado por su extremadamente estilizado perfil ( solo 115 mm de profundidad) y su elegante terminación (lacado brillante en Blanco Piano o Negro Piano), el Habitat1 se aprovecha de la experiencia y la ingeniería únicas de REL Acoustics en el diseño de subwoofers para combinar un sistema de altavoces activo/pasivo con una electrónica de amplificación en Clase D de 200 vatios continuos y una completa conectividad (nivel alto vía Speakon, Línea y LFE) para ofrecer unas prestaciones de gran clase tanto en términos de precisión y naturalidad como de extensión de la curva de respuesta en frecuencia.
De hecho el punto de corte a -6 dB (donde la potencia acústica se reduce a la mitad) se sitúa nada menos que en 29 Hz, un registro aparentemente inalcanzable en un subwoofer con unas dimensiones tan estilizadas y compactas. El principal responsable de estas más que notables prestaciones es sin lugar a dudas la configuración de altavoces elegida, en la que REL se ha empleado a fondo para sacar todo el jugo posible a un volumen de caja ideado –hay que insistir en ello- para someterse a los dictados estéticos de los sistemas “custom” más exigentes.
¿Y cuál ha sido la solución? Pues montando dos altavoces activos de 170 mm de diámetro en la zona frontal y uno pasivo de 254 mm en la zona posterior. En el caso de los dos primeros, el uso de una electrónica de nivel audiófilo muy bien dotada permite, en conjunción con un motor magnético que permite realizar grandes desplazamientos sin distorsión y, a la vez, un control excepcional, obtener unos graves muy respetables. La contribución del contundente transductor pasivo posterior permite extender sensiblemente la respuesta obtenida, a la vez que el receso situado junto al mismo para las conexiones le permite “respirar” lo suficiente para que los graves no se emborronen como consecuencia de una emisión directa –de hecho, casi con contacto físico- a la pared. En lo que respecta a la transmisión inalámbrica, a efectos prácticos se lleva a cabo desde una pequeña caja a juego con el Habitat1 que alberga la electrónica del transmisor inalámbrico Longbow por un lado y los conectores (procedentes de nuestro amplificador o preamplificador/procesador estereofónico o multicanal) de señal por otro. Un hecho particularmente destacable del Habitat1 es que la transmisión inalámbrica funciona tanto con señales de nivel alto (es decir las procedentes de, por ejemplo, un amplificador estereofónico a través de sus terminales de conexión a cajas) como de nivel bajo, lo que hace del REL un producto fantásticamente polivalente.
Además, los diseñadores del Habitat1 han contemplado también la instalación del subwoofer en el suelo, motivo por el que han puesto a punto un soporte opcional para ello. Por otro lado, la ubicación de los controles de ajuste aporta el confort de utilización que cabe esperar de un producto con una componente “lifestyle” muy fuerte. En este sentido, también encontramos un minimalismo que el potencial destinatario del Habitat1 agradecerá: un potenciómetro para establecer la frecuencia de corte superior, otro para el ajuste del volumen vía conexión de nivel alto/línea y otro para el ajuste del volumen vía conexión LFE, a lo que se suma un conmutador para seleccionar la fase absoluta.
Sonido REL apoyado por una integración estética sin precedentes
La verdad es que no andaba nada desencaminado John Hunter, el diseñador del Habitat1 cuando afirmó que lo que hace tan atractivo a su nueva creación es una combinación de virtudes única: comportamiento de la respuesta en graves verdaderamente notable, diseño ultradelgado, delicado, casi invisible y, por supuesto, un sistema de transmisión inalámbrica sin compresión de muy altas prestaciones. Una combinación que permite crear una categoría de subwoofers completamente nueva y llena el vacío existente entre el entusiasta de las altas prestaciones en audio y el consumidor amante del lujo que simplemente quiere altas prestaciones sin tener que sacrificar diseño o incluso espacio.
Nosotros lo pudimos comprobar en una de nuestras salas “lifestyle” combinando el REL (montado discretamente en una de las paredes laterales) con un receptor de A/V Marantz SR7008, un lector multiformato Marantz UD7007 y un conjunto de cajas acústicas (configuración de 7.1 canales) de la serie Venere de Sonus faber formado por las columnas 2.5 (principales), los monitores compactos 2.0 (efectos laterales y posteriores) montados sobre su soporte a medida y la caja central Center.
Todas las conexiones (la del subwoofer al SR7008 la efectuamos vía LFE) se llevaron a cabo con cables de van den Hul (The USB Ultimate en digital, The River 3T para la conexión “.1” al transmisor inalámbrico y D-352 Hybrid para todas las cajas Sonus Faber Venere).
Del Habitat1 hay que destacar en primer lugar su singular belleza y la elegancia con que se integra en cualquier espacio por exigente que éste sea en términos de decoración. Pero también llama la atención la robustez de su respuesta, que combina control y extensión gracias a la costosa configuración de altavoces activo/pasivo empleada, solución que por lo demás es mucho más exigente en términos de amplificación que la que tendríamos si reemplazáramos el altavoz pasivo por un simple puerto bass-reflex.
El ajuste del sistema es más que fácil, con una integración Habitat1/Venere impecable en menos de 5 minutos. Y, por encima de todo, la conexión inalámbrica impresiona por su finura en todos los sentidos: jamás “cae” (lo que sería imperdonable) y por otro lado la sensación de espaciosidad y profundidad del sonido nos dice claramente que la calidad de la transmisión de señal es óptima. Los resultados son magníficos (la respuesta percibida es prácticamente lineal, sin pérdidas apreciables, hasta unos 35 Hz) tanto con música como con cine, sin distorsiones ni compresión dinámica incluso a niveles elevados, lo que demuestra que el Habitat1 es un subwoofer con todas las de la ley en el sentido audiófilo/purista de la palabra. Porque, claro, que una “cajita” tan discreta y bien puesta extienda con autoridad la respuesta en graves de un diseño tan bien resuelto como es la Sonus faber Venere 2.5 tiene un mérito inmenso. En consecuencia, calificativos como “único” y “diferente” le sientan al Habitat1 como anillo al dedo y con toda la razón del mundo, siendo el REL un producto que, en nuestra opinión, alegrará la vida a muchos amantes del buen sonido –y también a integradores e interioristas- que hasta ahora no sabían cómo resolver de manera satisfactoria el eterno conflicto entre graves de altura y decoración de altura. Más info>>