Wharfedale Elysian 2 a prueba
Fecha 29 Diciembre 2020 Autor ada Tags Wharfedale

La gama Elysian no sólo es el actual no va más del extenso catálogo de Wharfedale, sino la más sofisticada y exclusiva jamás puesta a punto por la veterana firma británica. El “supermonitor” (en el sentido de que no es una caja acústica de suelo) Elysian 2 honra esta ambiciosa definición proponiendo al melómano exigente un sistema de altavoces que aúna lo mejor del celebrado “sonido británico” con las cualidades requeridas para una escucha sin limitaciones de lo último en “Hi-Res” digital, ya sea vía descargas o por streaming desde servicios especializados.

El resultado es un producto fabulosamente construido cuya estética a caballo entre lo clásico y lo moderno le proporciona un aura de exclusividad que se reafirma con un sonido extraordinariamente natural y un precio prácticamente sin parangón a su nivel.

 

Puerto bass-reflex: un elemento delicado que merece la máxima atención

Es muy posible que muchos amantes del sonido de alta calidad desconozcan que la caja acústica perfecta en realidad no es una caja, sino un panel de superficie teóricamente infinita donde se monta un altavoz. ¿Por qué infinito? Pues para que las ondas frontal y posterior generadas por dicho altavoz, en particular las correspondientes a las frecuencias bajas del espectro, no interfieran y se cancelen entre sí. Es evidente que tal solución es muy poco práctica, por lo que a alguien se le ocurrió la idea de “plegar” dicho panel sobre sí mismo, siendo el resultado lo que conocemos como caja acústica. A partir de ahí, tres son las soluciones más utilizadas para optimizar la respuesta en graves, ya que, como acabamos de decir, el mencionado cortocircuito acústico es muy limitado en la zona media y virtualmente nulo en la zona alta. La primera de ellas es la suspensión acústica, consistente en utilizar un recinto completamente hermético de tal modo que el aire que hay en su interior se comporte como un muelle para el cono del altavoz. Aquí se obtienen graves limpios y profundos, pero con la penalización de una baja sensibilidad que obliga a trabajar con potencias de amplificación elevadas.

La segunda solución para optimizar la respuesta en graves es el bass-reflex o reflector de bajos, en el que el control de la masa de aire presente en un conducto que da al exterior del recinto permite extender la respuesta en graves e incrementar la sensibilidad, aunque con el peaje de una mayor distorsión motivada por la posible presencia de turbulencias en el punto de salida del aire de la caja, es decir, lo que se conoce como puerto bass-reflex. Hay un tercer sistema que en cierto modo combina los dos anteriores: el denominado activo/pasivo. En el mismo, se sustituye el puerto bass-refex por un altavoz pasivo, es decir, sin excitación eléctrica, de tal modo que la onda posterior del altavoz activo sirve para excitar su cono y extender de este modo la respuesta en graves. Aquí el resultado son, al igual que en la suspensión acústica, nos graves muy limpios aunque, de nuevo, con la posible penalización de una menor sensibilidad, que obliga a utilizar potencias de amplificación elevadas si queremos disfrutar de niveles de presión sonora realistas manteniendo controlada la distorsión.  Lo que acabamos de decir sugiere que desde el punto de vista práctico el sistema bass-reflex es el más “cómodo” de los tres que acabamos de esbozar, pero, por otro lado, su diseño debe cuidarse muy especialmente. De ahí el atractivo, entre otros muchos, del producto que protagoniza el presente Blog: la soberbia caja acústica Elysian 2 de la británica Wharfedale.

 

Máxima expresión del saber hacer tecnológico de Wharfedale

Elysian es el elocuente nombre de la élite de Wharfedale, una gama formada por dos exclusivas cajas acústicas, concretamente un “supermonitor” y una columna, que concentra “lo máximo de lo máximo” de la firma británica en concepción, altavoces, recintos, filtros divisores de frecuencias, calidad de fabricación y acabados.

Es precisamente la protagonista de este espacio, la Elysian 2, el “supermonitor” al que nos acabamos de referir. “Supermonitor” porque, al igual que productos conceptualmente similares como la L100 Classic de la estadounidense JBL, es una imponente caja acústica que para dar lo mejor de sí debe ubicarse sobre un soporte dedicado aunque, si la situación lo requiere, también puede colocarse –con los pertinentes elementos de desacoplo mecanoacústico- encima de un mueble. Ya de entrada, la mera presencia física de la Elysian 2 impone, como consecuencia de un impoluto barnizado (seis capas aplicadas a mano de tal modo que los acabados de cada par sean absolutamente coincidentes) que oculta un recinto construido por paneles compuestos por chapas de diferentes tipos de madera, dispuestas en una especie de “multi-estructura” sándwich, con el fin de suprimir cualquier posible vibración y la consiguiente coloración. Esto significa que el recinto de la Elysian 2 es lo que debe ser: una plataforma totalmente neutra que garantiza a los altavoces la perfecta realización de su cometido: convertir toda la energía acústica que emiten en sonido, en música, y no en molestas vibraciones.  Menos “espectacular” que el recinto, pero más relevante aún de cara al sonido es la dotación de transductores empleada, organizados en una configuración bass-reflex de 3 vías y 3 altavoces extremadamente cuidada.

Para empezar, el tweeter es de tipo AMT, léase “Air Motion Transformer” o “Transformador de Movimiento de Aire”, que ya hemos visto en la más asequible gama EVO4 y destaca por mover el aire de una manera muy diferente a la de un tweeter de cúpula convencional. Para ello se utiliza un diafragma plegado de grandes dimensiones y muy baja masa, que es excitado a lo largo de su superficie por hileras de imanes estratégicamente dispuestos, un esquema muy eficiente para mover aire y que también resulta extremadamente preciso, al estar el citado diafragma férreamente controlado en todo momento por el motor magnético. Igual de interesante y avanzado es el altavoz de medios, del que es importante destacar que ha sido puesto a punto por los ingenieros de Wharfedale para que se integre a la perfección con el tweeter AMT. Para ello, utiliza un cono de 150 mm fabricado en fibras de vidrio entrelazadas, revestido con un compuesto de alta plasticidad que le proporciona el nivel de amortiguamiento suficiente para suprimir la resonancia de alta frecuencia, siendo el resultado una reproducción extremadamente natural, con una presencia casi física, palpable, de voces e instrumentos, Por otro lado, un modificador de dispersión central de geometría especial linealiza la emisión acústica a lo largo de una extensa banda pasante, con el fin de maximizar la dispersión sonora en toda la sala de escucha.

 

Un sistema de carga de graves que marca la diferencia

Confiada a un altavoz de 220 de diámetro técnica y formalmente idéntico al transductor de medios que acabamos de describir, la reproducción de las bajas frecuencias tiene en la Elysian 2 un elemento de ingeniería que sin duda marca la diferencia por su elegancia conceptual y eficacia práctica. Nos referimos a la versión más avanzada del exclusivo puerto “Slot Loaded Profiled Port” (SLPP) de Wharfedale, que, al contrario de lo que sucede en otros sistemas de carga réflex, hace que la onda posterior emitida por el woofer no sea desperdiciada sino reenviada a la sala de escucha.

Pero lo más importante de todo es que se suprimen los efectos perniciosos –soplidos generados por turbulencias, por ejemplo- que se producen en los puertos bass-reflex convencionales, al salir de manera abrupta al exterior el aire contenido en los mismos. Para ello, en el SLPP los dos extremos del conducto réflex están ensanchados con un reborde semiparabólico para linealizar el flujo de aire a través del mismo, siendo a continuación la energía de graves dirigida a una ranura que ocupa todo el perímetro de la base de la caja acústica. Una ranura que, por su parte, ha sido diseñada para nivelar la elevada presión interna del recinto con la de la sala de escucha. La Elysian 2 se completa con un sofisticado filtro divisor de frecuencias modelado por ordenador y cuidadosamente afinado mediante largas sesiones de escucha, en el que se ha cuidado muy especialmente la coherencia de la respuesta en fase entre altavoces para lograr de este modo que la distribución del sonido sea muy lineal a lo largo y ancho de la sala de escucha.

 

La escucha: poderío y refinamiento con unos graves sublimes

Colocadas sobre soportes de suelo dedicados y acompañadas (con conexionado Transparent Super de 5ª Generación) por un reproductor digital Marantz SACD 30n, un amplificador integrado estereofónico Model 30 de la misma marca y un giradiscos Pro-Ject Classic EVO con cápsula fonocaptora de bobina móvil Ortofon Cadenza Red, las Elysian 2 deslumbran por la honestidad de un sonido que se sitúa desde el primer momento a la altura de las expectativas que despiertan.

Un sonido que integra a la perfección una zona alta limpia y rica sin ser jamás incisiva con una zona media que destaca por el realismo otorgado a las voces. Todo ello sin descuidar una zona baja que roza la perfección, como consecuencia del control ejercido sobre la misma sin que ellos comporte sacrificios en materia de extensión ni de pegada. De hecho, los 35 Hz que Wharfedale da como límite inferior de la curva de respuesta en frecuencia de la Elysian 2 se quedan cortos, por cuanto nuestra percepción de dicha curva es que apenas tiene limitaciones. Como bien afirman sus creadores, estamos ante una caja acústica cuyos resultados superan con brillantez la suma de los elementos que la constituyen.