Tannoy Revolution XT8F a prueba
Fecha 5 Febrero 2016 Autor Juan Tags Tannoy

Tannoy lleva hasta el límite la relación calidad/precio

Sí, lo reconocemos: la gama de cajas acústicas Revolution XT de Tannoy nos ha sorprendido muy favorablemente por la profundidad de las innovaciones que incorpora, la calidad de su construcción, la nada convencional asequibilidad de su precio y el realismo de su sonido.

Unas cualidades que se elevan a la máxima potencia en el buque insignia de la gama en cuestión, la espléndida columna Revolution XT 8F, que ofrece una irreprochable combinación de naturalidad sonora y versatilidad a los amantes del mejor sonido a precio no ya razonable, sino asequible. En nuestra opinión, estamos ante una columna que compite de tú a tú con modelos tres veces más caros. Toda una lección de saber hacer de Tannoy.

 

Tecnología fantástica en un envoltorio perfecto 

Resulta digno de admiración que una firma ya nonagenaria – fue fundada en 1926- consiga mantener de manera simultánea su “status” de líder en tecnología electroacústica en el ámbito profesional y en el doméstico, este último además con un abanico de productos que va desde modelos extraordinariamente musicales y asequibles hasta el High End más atemporal y exclusivo.

Un liderazgo que, obviamente, no ha caído del cielo, sino que es fruto de un poderoso esfuerzo combinado en I+D por un lado y capacidad industrial por otro. Dicho con otras palabras, Tannoy mantiene las espadas en alto para reinventarse continuamente a sí misma preservando a la vez unas esencias cuyos orígenes se confunden con los de la historia del audio. Que desarrollos como el sistema de altavoces coaxial “Dual Concéntrico” –una de las aproximaciones más interesantes y efectivas al concepto de fuente sonora puntual- lleven décadas en el mercado, manteniendo intacto el interés de los aficionados y profesionales más exigentes del mundo, dice mucho a favor del rigor con que Tannoy aborda sus planteamientos. Por otro lado, la paulatina incorporación de los elementos tecnológicos más punteros en gamas de cajas acústicas populares ha hecho que ahora mismo la relación calidad/precio de la inmensa mayoría de diseños de Tannoy sea sencillamente estratosférica.

Una excelente muestra de esta filosofía la encontramos en la serie Revolution XT, cuyas propuestas llegan mucho más lejos de lo que cabría esperar de una simple renovación de una familia de cajas acústicas de éxito. Con las Revolution XT no es difícil darse cuenta de que Tannoy se ha empleado a fondo no sólo para mejorar un producto ya existente, sino para crear algo verdaderamente novedoso, en algunos aspectos incluso rompedor, si tenemos en cuenta el nivel de precio en el que nos estamos moviendo. Y si esta percepción ya la tuvimos cuando probamos los modelos básicos de la citada serie, hay que reconocer que se multiplica con la Revolution XT 8F, buque insignia de la misma y uno de los sistemas de altavoces del “High End asequible” más logrados que hemos escuchado en los últimos meses. Veamos por qué.
Lo que más llama la atención de esta estilizada y marcadamente clásica columna de poco más de 1 metro de altura es el peculiar –heredado de la gama Revolution anterior- diseño de la zona inferior de su recinto. No es plano, sino que tiene forma de cuña en sentido delante-detrás, descansando el mismo sobre un plinto –con dos vistosas columnas metálicas en la parte frontal- que, a su vez, incorpora las preceptivas puntas de desacoplo metálicas para conseguir un desacoplo efectivo de la sala de escucha mediante la evacuación de la energía vibracional no deseada.

Pues bien, como cabe suponer, esta configuración no es fruto de ningún capricho, sino que está directamente relacionada con uno de los aspectos técnicos más llamativos de la Revolution XT 8F: el esquema que utiliza para los graves, que posibilita un punto de corte inferior a -6 dB para su curva de respuesta en frecuencia situado en nada menos que ¡34 Hz!, cifra colosal para una caja acústica de dimensiones más bien moderadas (el volumen total no llega a 50 litros). Sobre el papel, dicho esquema es de tipo bass-reflex, pero con la singularidad de que consta de dos cavidades acopladas, una que conecta los recintos internos correspondientes a cada altavoz (coaxial de agudos+medios y woofer) y otra  situada en la zona inferior del recinto principal, que se encarga de la emisión de graves propiamente dicha. Al respecto hay que destacar que, además del control y la flexibilidad de ubicación que proporciona la combinación formada por puerto inferior+plinto, la forma de cuña de la zona inferior contribuye eficazmente a dispersar los graves, siendo el resultado una clara mejora en la presentación espacial del sonido.

Al igual que en el resto de modelos de la serie Revolution XT, de la 8F hay que destacar la presencia de lo que sus creadores consideran la más profunda remodelación del legendario sistema de altavoces coaxial “Dual Concentric” de Tannoy en sus más de 60 años de existencia: el “Omnimagnet Dual Concentric”. Evolución radical del más emblemático de los transductores creados por la marca británica, el “Omnimagnet Dual Concentric” mantiene la reconocida coherencia espacial de su predecesor aportando mejoras perceptibles en la suavidad de los timbres e incrementando la capacidad para generar imágenes sonoras creíbles. Desde el punto de vista de ingeniería, esta reinterpretación del concepto de fuente sonora puntual de Tannoy combina un nuevo diafragma y una nueva guía de ondas en la sección de agudos con un único imán que excita simultáneamente las bobinas móviles de las secciones de agudos y graves.

Por otro lado, la cúpula del transductor de agudos tiene ahora una forma toroidal (es decir como un “donut”) que le permite situarse en una posición más adelantada dentro del sistema coaxial, mientras que un modificador de fase en forma de ojiva situado frente al diafragma contribuye a acortar el trayecto recorrido por las señales emitidas. Los ingenieros de Tannoy destacan que esta nueva guía de onda, bautizada con el nombre “Torus Ogive”, exhibe un comportamiento más agresivo que el de su predecesora “Tulip”, siendo el resultado una mayor coherencia de la fase entre las secciones de agudos y de graves del transductor. Por otro lado, la mayor y más uniforme dispersión del “Omnimagnet Dual Concentric” tiene un efecto muy positivo en la imagen sonora, lo que junto con la mejora de la coherencia de la fase garantiza un sonido abierto y natural. En lo que concierne a la sección de medios/graves, el rediseño del cono (ahora es menos profundo) permite, combinado con la configuración de graves antes descrita, mejorar la suavidad de las zonas media y baja del espectro manteniendo una más que notable capacidad dinámica. De la parte electroacústica de Revolution XT 8F hay que destacar también el uso de devanados planos en la bobina móvil del woofer, que gracias a la combinación de un cono de pulpa tratada de 200 mm de diámetro, un potente motor magnético (la bobina móvil tiene nada menos que 44 mm de diámetro) y, volvemos a insistir en ello, el sistema de carga de graves con doble carga acoplada y emisión inferior, exhibe una respuesta impactante.

 

Increíblemente fabulosa y versátil 

Los 91 dB de sensibilidad de la Revolution XT 8F y una impedancia nominal de 8 ohmios facilitan las cosas a la hora de buscar una electrónica asociada a su medida, aunque si lo que queremos es verla funcionar en plenas facultades parece lógico subir el listón lo máximo posible, aunque respetando en todo momento la relación calidad/precio del conjunto. Por lo tanto, combinamos la Tannoy con las flamantes electrónicas de la serie 14S1 de Edición Limitada de Marantz, es decir, el amplificador integrado PM-14S1 SE y el reproductor digital con funcionalidad USB-DAC incorporada SA-14S1 SE, todo ello cableado por Van en Hul.

Y la verdad es que, tanto en CD/SACD como escuchando archivos de alta resolución desde nuestro habitual Apple Mac Pro, los resultados no se hacen esperar: la presencia de los nuevos transductores desarrollados por Tannoy aporta una mejora indiscutible en la restitución de las zonas media y alta, y no sólo en términos espaciales –y por tanto de incremento de la sensación de amplitud del espacio sonoro recreado-, sino también tímbricos. Esto se da como consecuencia de la elevada calidad de los componentes empleados en los mismos, ganándose perceptiblemente en confortabilidad del sonido. Más aún, la nueva configuración del tweeter cumple con autoridad su misión contribuyendo eficazmente a forzar la capacidad de la Revolution XT 8F para analizar las microinformaciones contenidas en el mensaje sonoro, mientras que la respuesta en graves es sencillamente deslumbrante tanto en términos de control como de extensión. Además, el sistema de carga utilizado aporta un plus de pegada que permite a la número uno de la Revolution XF lidiar con grabaciones particularmente enérgicas –música electrónica- sin que en ningún momento se tenga la sensación de carencias en la octava inferior del espectro. Sobra decir que todas estas percepciones las damos por supuestas si pasamos del universo estereofónico al multicanal. Aún así, y a la vista de lo experimentado con los nuevos Marantz “SE”, la Revolution XT 8F nos parece fantástica para transmitir la emoción de la música en clave High End, barriendo además a la competencia como consecuencia de su alucinante precio.