Un excelente punto de partida
Hace medio año, dedicamos un Blog al monitor compacto Mercury V1i de Tannoy por lo increíblemente “redondo” que nos pareció en todos y cada uno de sus aspectos. Una “redondez” que sin embargo venía de largo porque se trataba de una nueva edición de uno de los grandes “clásicos democráticos” del que sin duda es el decano europeo en materia de sistemas de altavoces para aplicaciones domésticas y profesionales: la británica Tannoy. Nos pareció magnífica la Mercury V1i para entrar sin complejos en el mundo de la Alta Fidelidad, de la reproducción musical a tamaño natural, en el contexto de un equipo de muy alta relación calidad/precio. Pero un monitor de estantería es un monitor de estantería, con sus ventajas estéticas y de polivalencia pero también con sus limitaciones a nivel de presión sonora máxima y extensión de la respuesta en graves cuando se dispone de una sala con unas dimensiones mucho mayores. Cierto que siempre tenemos la opción de añadir un subwoofer a nuestros monitores, pero para muchos amantes del buen sonido la “opción columna” siempre resulta más/mucho más agradecida. Y como el factor precio importa, y mucho, nos pareció que la traslación lógica de nuestras reflexiones sobre la citada Mercury V1i al ámbito de las columnas no tenía un candidato mejor que su hermana mayor, la esbelta y distinguida Tannoy Mercury V4i. Así llegamos, de nuevo, a otro excelente punto de partida, en este caso con el “plus” de una presencia física y un sonido que también se adaptarán –lo hemos comprobado- a las exigencias de los amantes del cine a lo grande que busquen un sistema de altavoces solvente y convincente para acompañar a su televisor (o videoproyector) y su reproductor de Blu-ray Disc o servidor multimedia a la última.
Mejorando una receta ya muy elaborada
No son los creadores de la Tannoy Mercury V4i especialmente prolijos a la hora de dar a conocer los detalles que marcan las diferencias clave entre esta sugerente –punto de lujo y exclusividad incluidos- columna y su celebrada antecesora, la ultravendida Mercury V4. Sin embargo, la combinación de los datos técnicos publicados con las sensaciones irreemplazables que se sienten cuando tenemos el producto delante nuestro permite deducir lo previsible: que una empresa como Tannoy no sustituye así como así, en plan “cambiar por cambiar” una de sus familias de productos más exitosas. El primer elemento destacable lo encontramos en un recinto cuya estructura de refuerzos internos ha sido cuidadosamente modificada con respecto a la versión anterior para que mejore no sólo la rigidez del conjunto sino también la neutralidad acústica del mismo, un detalle con amplias repercusiones en el sonido final al haber menos energía “mala” y por tanto susceptible de ser “invertida” en coloraciones.
Un sonido decidido, enérgico y equilibrado… muy bien resuelto
Nada como mantener unas mismas condiciones de evaluación para conocer el potencial de un determinado producto, por lo que nos pareció idóneo combinar la Mercury V4i con las mismas electrónicas que la Mercury V1i, es decir el amplificador integrado Marantz PM6005 y el reproductor de discos compactos CD6005 de la misma marca, cableado todo ello por van den Hul, a los que añadimos un giradiscos Pro-Ject Elemental equipado con una cápsula Ortofon OM10.
Amplio y generoso: así es ya de entrada el sonido de las Mercury V4i. Una excelente presentación espacial –incluso en altura por cortesía de la capacidad dinámica del amplificador empleado- es el prólogo para una equilibrada combinación de armónicos en la zona alta. Ecuanimidad en los medios y un impacto imponente en los graves, todo ello en el contexto de una estética sonora global armoniosamente estructurada. La Tannoy da realmente mucho de sí porque es delicada por un lado y exhibe grandes dosis de autoridad por otro. Sólo hay que afinar en la elección de la electrónica de ataque para que esta sorprendente caja acústica revele lo mejor de sí misma. ¿Más vatios? Desde luego, con el PM6005 se las apaña más que bien, aunque si tenemos una sala más grande igual necesitaría unos vatios de más (aquí entraría en juego el Marantz PM8005, aunque, claro, tendríamos que incrementar nuestro presupuesto). Por otro lado, la Mercury V4i también le echa un guiño al Cine en Casa precisamente como consecuencia de ese sonido vistoso y dinámico que posee. Sin duda, una excelente inversión con el valor añadido de una estética que gusta a primera vista.


