Sonus Faber Venere 3.0
Fecha 21 Julio 2013 Autor Juan Tags Sonus Faber

Revolución  Sonus Faber en clave democrática

 

Quizá para muchos el término “revolución” no encaja del todo con una marca que, por encima de todo, pasa por ser uno de los iconos de la elegancia, el clasicismo y el sentido de la musicalidad más celebrados del mundo del audio desde hace más de dos décadas. Pero lo cierto es que, desde que Sonus faber entró a formar parte del potente grupo Fine Sounds (al que también pertenecen nombres tan celebrados del High End de todos los tiempos como las estadounidenses Audio Research y McIntosh), se han producido cambios importantes en la dinámica innovadora –que siempre ha existido, pero manteniendo un perfil intencionadamente discreto- de la marca. Y es que la entrada de Fine Sounds se hizo notar, y mucho, desde el primer momento, gracias a un acto emblemático: la presentación, nada menos que en un exclusivo palacete veneciano, de la fastuosa The Sonus faber, una monumental caja acústica que, preservando la inconfundible línea estética de la firma de Vicenza, hacía gala de un inusual concentrado de soluciones tecnológicas altamente originales en todos y cada uno de sus puntos clave: altavoces, filtro divisor de frecuencias y, sobre todo, el recinto, con un sofisticado y efectivo sistema de anclajes internos y un imaginativo (y complejo) esquema bass-reflex.

Lo más importante de todo es que el nuevo buque insignia de Sonus faber se convirtió en el patrón de referencia para las nuevas generaciones de cajas acústicas de la marca italiana… unas nuevas generaciones plasmadas en varios modelos excepcionalmente avanzados y musicales (con mención especial para las bellísimas Aida), pero también inaccesibles para el aficionado de a pie. Este panorama cambió drásticamente cuando hace apenas un año se presentó en Hong Kong la gama Venere (“Venus”), a la que pertenece el protagonista de estas líneas.


La Venere 3.0 es una columna de 3’5 vías (con 4 altavoces, 2 de ellos de graves) que destaca de inmediato por el perfil continuo de su característica forma de lira (convertida en seña de identidad de Sonus faber), con paneles laterales no paralelos y contornos curvados para minimizar las resonancias de caja y los efectos de difracción, fenómenos ambos que, por regla general, suelen ser nefastos para el sonido.

Otro aspecto  interesante de la Sonus faber es la robusta y ultradelgada base (plinto) con conos de desacoplo ajustables sobre la que descansa y, sobre todo, –por su novedad- el uso de un puerto bass-reflex rectangular –y, por tanto, con flujo de aire laminar, que permite un control más preciso que en los puertos convencionales- en la zona inferior del recinto. También los altavoces, que han sido montados en unos elegantes recesos sin ningún tipo de saliente (tornillos, elementos de sujeción) para maximizar la dispersión-presentación espacial, han sido diseñados y construidos expresamente para la Venere 3.0 (y, por tanto, para el resto de modelos de la serie) partiendo de un proyecto de base firmado por Paolo Tezzon (cabeza visible del departamento de diseño de Sonus faber) y Joseph Szall. En concreto, tenemos un tweeter de cúpula de seda de 29 mm de diámetro originario de la firma alemana DKM, un altavoz de medios de 150 mm con tecnología Curv de Sonus faber y 2 woofer también con tecnología Curv, todos ellos dispuestos de tal modo que su alineamiento temporal –respuesta en fase- sea óptimo y gobernados por un filtro divisor de frecuencias que, como es habitual en la marca translapina, combina componentes de la máxima calidad con un diseño asistido por ordenador y afinado final mediante pruebas de escucha, todo ello con la novedad –en Sonus faber- de la posibilidad de conexión en bicabeado.

En síntesis, un conjunto muy logrado, con unas características electroacústicas muy atractivas –la potencia de amplificación mínima recomendada por el fabricante es de 40 vatios continuos-, que permiten al usuario contemplar un extenso número de opciones de amplificación, todo ello sin descuidar el sustancial hecho de que, contrariamente a otros diseños equivalentes de la propia Sonus faber que vieron la luz en el pasado, la Venere 3.0 ha sido concebida específicamente para encontrarse como pez en el agua tanto en un equipo de Alta Fidelidad estereofónico, como en uno de audio multicanal/Cine en Casa.

 

Ya para finalizar, es de ley comentar uno de los elementos fundamentales de la Venere 3.0: su muy competitivo precio, cortesía de una colaboración entre los ingenieros que la firma italiana tiene en su sede de Vicenza (nordeste de Italia) y maestros artesanos de Extremo Oriente en la delicada disciplina de las técnicas de lacado. Sinergias que suman, en definitiva.
 

Van en compañía de un amplificador integrado CTA 405 de la escandinava Copland, una ya veterana electrónica integrada a válvulas cuyos 50 vatios continuos por canal se encuentran en la franja “baja” de lo que admiten las Venere 3.0, pero que invita a evaluar los aspectos más “emocionales” de su potencial sonoro. Utilizando como fuente un reproductor de SACD SA-11S3 de Marantz, lo mínimo que se puede decir de las Sonus faber es que sus medios y sus agudos son absolutamente deliciosos y la escena sonora que proyectan permite recrear con una elevada credibilidad incluso grandes formaciones orquestales. Por otro lado, el uso de una configuración de 3’5 canales permite disfrutar de unos graves robustos y –aquí el puerto réflex rectangular se hace notar- muy controlados, lo que permite atreverse con niveles de volumen elevados sin que la distorsión ni la compresión dinámica hagan acto de presencia. ¿Carencias? Se le podría pedir un poco más de extremo grave, a la vez que, para disfrutar de una dinámica sin cortapisas -rock, jazz con “big band”, ciertas piezas de clásica-, siempre se puede sacrificar una parte de la humanidad extrema de las válvulas por unos cuantos vatios de más (o pagar un poco más para que esos vatios sigan siendo a válvulas). En cualquier caso, la Venere 3.0 exhibe una relación calidad/precio difícil de superar por sus competidores directos, a la vez que la impronta de Sonus faber y su renovada apuesta por la tecnología punta le proporcionan un aura de prestigio que la hace muy deseable.

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