Sonus Faber Venere 1.5
Fecha 14 Agosto 2014 Autor Juan Tags Sonus Faber

Perfectas para disfrutar de la música en la intimidad

Nuestro primer Blog de “pleno verano”, por llamarlo de algún modo, está dedicado a comentar una opción que posiblemente se plantean muchos aficionados con intereses diferentes deseosos de configurar y disfrutar un equipo de reproducción sonora moderno y potente pero a la vez discreto y fácilmente integrable en espacios domésticos o de trabajo.
Para entendernos: una solución vistosa en lo estético, práctica y con autoridad en cuanto a opciones de utilización y, como es norma en nuestra empresa, con una calidad sonora capaz de satisfacer las más altas expectativas. Le añadiremos un toque “vintage” –es un decir- en la forma de una fuente analógica de excepcional relación calidad/precio que complemente al otro extremo del espectro de fuentes, un “streamer” de última generación. 
Parece lógico que el punto de partida de esta propuesta, y por tanto el protagonista del presente Blog, sea una caja acústica cuyo diseño le permita armonizar los conceptos de forma y función para que el sistema que lo acompañe se sienta igual de a gusto en un despacho, en un salón o apartamento de verano... Aunque las opciones disponibles son muy numerosas, hemos querido dar a nuestra elección un toque aristocrático, de refinamiento y elegancia si quieren, por lo que hemos optado por la Venere 1.5 de Sonus faber, una caja acústica bellísima, compacta y ultramoderna cuya concepción le permite ser instalada literalmente en cualquier parte sin que rompa ninguna continuidad estética y, lo más importante, la calidad sonora no se resienta por ello.

 

 

 

 

Tecnología punta en formato ultracompacto

Pese a nuestra conocida devoción por Sonus faber –que a finales de marzo de este año celebró por todo lo alto el trigésimo aniversario de su fundación- no se puede negar que en la marca italiana ha habido un antes y un después motivado por el sensacional “tour de force” tecnológico, industrial e incluso estético que hizo posible la monumental caja acústica The Sonus faber, a su vez “madre” de la no menos sensacional Aida.

El resultado lo podemos ver y palpar en la Venere 1.5, que, pese a ser un modelo relativamente sencillo de una familia de cajas acústicas en la que por encima de todo manda la búsqueda de la mejor relación calidad/precio, constituye, hasta donde llega nuestro conocimiento, una verdadera revolución entre los productos de su clase.

Y es que la Venere 1.5 refleja perfectamente ese “Equilibrio armonioso entre cualidades internas y externas” que hay detrás de la idea de belleza pura representada por la diosa Venus (traducción de Venere) y que Sonus faber ha convertido en realidad concentrando un combinado de innovaciones técnicas francamente impactantes. Así, en la Venere 1.5 tenemos en primer lugar un elemento que llama la atención por su vistosidad física pero que, desde luego, cumple una función muy concreta: un recinto sin paneles paralelos, con forma de lira (igual que el modelo Aida), reforzado internamente y con la parte superior inclinada para maximizar la rigidez estructural, controlar las resonancias y linealizar la respuesta en fase.

A ello se añade otro elemento de gran utilidad práctica porque permite adosar literalmente la caja a cualquier pared junto a libros u objetos decorativos varios: un puerto bass-reflex frontal rectangular y por tanto con flujo de aire laminar, que permite controlar de manera efectiva la respuesta en graves sin sacrificar su extensión (corte inferior a 50 Hz, lo que para un producto de esta clase es una cifra muy interesante, sobre todo si tenemos en cuenta que en este caso se ajusta estrictamente a la realidad).

 

En definitiva, tenemos una caja acústica en la que, como es norma en Sonus faber, se presta una gran atención a la rigidez estructural. Pero hay más, como lo corroboran los dos transductores empleados, enteramente desarrollados en el laboratorio de Sonus faber por Paolo Tezzon (el diseñador acústico jefe de la marca italiana) y Joseph Szall y fabricados a medida por proveedores de prestigio, caso de la reputada firma alemana DKM en lo que respecta al tweeter (un diseño de cúpula de seda de 29 mm que aúna precisión, alta capacidad dinámica y elevada dispersión).

En la Venere 1.5 también encontramos paneles superior e inferior de vidrio templado, una solución que, de nuevo, aporta un plus en atractivo estético pero que también, al implicar la adición de un nuevo tipo de material, contribuye a reducir la coloración al combinar sus características acústicas con las de los paneles de madera que constituyen el recinto. Y si prestamos atención al recinto, nos damos cuenta de que las esquinas del mismo son curvadas con el fin de evitar la difracción (traducción: re-radiación) del sonido y por tanto preservar su neutralidad. La Venere 1.5 puede ganar todavía más en aislamiento mecanoacústico –desacoplo- si se monta sobre sus soportes de pie dedicados, aunque a nosotros nos gustaría insistir en el potencial de la caja colocándola tal cual, sin más, sobre la estantería de un mueble de despacho flanqueada por libros en ambos lados. Como corresponde a una caja acústica firmada por Sonus faber, la Venere 1.5 gestiona sus altavoces mediante un filtro divisor de frecuencias de diseño minimalista ejecutado con componentes de alta calidad cuidadosamente ajustado tanto en el laboratorio como a oído para que la respuesta en el dominio del tiempo sea lo más coherente posible. Asimismo, la impedancia nominal se sitúa en 6 ohmios, lo que sobre el papel (y pese a que, como es habitual en muchos diseños equipados con filtros de diseño minimalista, la sensibilidad es más bien baja) da margen para trabajar con la práctica totalidad de amplificadores disponibles en el mercado. También tenemos otra novedad que sin duda interesará a más de un aficionado purista: la posibilidad de conexión en bicableado, que se lleva a cabo con unos terminales inteligentemente dispuestos (lo que da mucho margen a la hora de seleccionar el cable) en la zona inferior del panel posterior.

 

 

Un sonido bello y una flexibilidad espléndida

Montamos una pareja de Sonus Faber Venere 1.5 en una salita perfectamente asimilable a un despacho privado –unos 15 metros cuadrados- atacada por un amplificador integrado Primare I22 –un valor seguro en sonido, tecnología y precio- y combinada con dos fuentes extraordinariamente musicales: el hiperversátil (y novísimo) “streamer” Roomplayer+ de Simple Audio y un giradiscos Pro-Ject RPM 5.1 con cápsula de bobina móvil (MC) Sumiko Blue Point EVOIII (uno de nuestros clásicos más queridos en materia de lectura analógica).

A su vez, el Simple Audio estaba conectado a una de nuestras unidades NAS mientras que la señal procedente del RMP 5.1 era tratada por un previo Phono Box DS+ de la propia Pro-Ject. ¿El control del sistema? Vía iPhone/iPad, que por algo Simple Audio está en la vanguardia de la tecnología digital. Para los enlaces “físicos” confiamos en nuestros infalibles van den Hul, en concreto el modelo The Isis para el giradiscos y el The Revolution para las cajas. En suma, un conjunto que promete, por bonito, formalmente sencillo y con recursos… y logra fascinar. La primera sensación agradable del combinado protagonizado por las Venere 1.5 es la facilidad con que fluye el sonido. Es evidente que el sistema trabaja de una manera muy relajada, lo que se traduce en una presentación sonora en la que las asperezas asociadas al uso de configuraciones poco “musicales” brillan por su ausencia, En estas coordenadas, no sorprendente en absoluto que la Venere 1.5 sea una de las cajas acústicas con más temperamento puestas a punto por Sonus faber porque sus aparentemente “tímidos” transductores literalmente “rugen” cuando, por ejemplo, se reproduce una pieza tan dinámica como los célebres “Planetas” de Gustav Holst o uno de los resultones cortes –en este caso por cortesía del Pro-Ject RMP 5.1- de los celebérrimos Daft Punk . El control de la situación es absoluto, en línea con el de sistemas mucho más onerosos, y los graves exhiben un cuerpo y un control nada habituales en un monitor compacto. Y ello, insistimos, con las Venere 1.5 montadas sobre unos sencillos estantes.

Por otro lado, la impresionante banda pasante –que permite que tanto los vinilos como los registros con resolución “24/192” descargados de Internet se puedan reproducir sin la más mínima pérdida de linealidad- de estos sorprendentes monitores provoca como interesantísimo “efecto colateral” una espacialidad que hace que la música fluyan con la facilidad propia del High End más exclusivo. Y no hemos dicho nada sobre aspectos prácticos como la utilización porque, como decíamos antes, estando Simple Audio (y Apple) de por medio la gestión del conjunto es una delicia por su elegancia, rapidez y precisión. En suma, magnífico.