
Sonus Faber amplía su leyenda con unos auriculares únicos
Son los primeros auriculares firmados por Sonus Faber. Se han hecho esperar, sí, pero la espera ha valido la pena porque la firma de Arcugnano ha demostrado una vez más que su condición casi única de líder en “continente y contenidos” de componentes de audio “Made in Italy” va a más.
Con los Pryma, Sonus Faber ha rizado el rizo de su reputación creando un producto con una estética radical e innovadora que se complementa brillantísimamente con una calidad industrial y un diseño electroacústico espectaculares. Exclusividad pura en todos los sentidos es lo menos que se puede decir de una realización que impacta desde el primer momento.
Radicalmente distintos y radicalmente musicales
¡Parece que nadie se acuerde ya de que los auriculares para Alta Fidelidad existen desde hace más de medio siglo! Sin embargo, la explosión del audio personal de alto nivel sin soporte físico –descargas y, sobre todo, “streaming”-, provocada por el auge exponencial del acceso a Internet, ha hecho que ahora mismo el de los auriculares sea uno de los sectores del universo del audio “puro” con mayor crecimiento.
Tanto, que rara es la marca especializada en sonido que no tenga en su catálogo no ya unos buenos auriculares, sino toda una gama con diseños de lo más variado (intra-aurales, supra-aurales, circumaurales). De hecho, hay ahora mismo en el mercado tantos modelos de auriculares que, salvo en el caso de que vayamos a la zona más alta de la pirámide –los modelos Sonorous de Final son en este sentido el actual no va más- decidirse por alguno de ellos es una tarea más que ardua.
De entrada, porque a nivel de principio de funcionamiento la uniformidad es casi total (la excepción serían unos pocos modelos electrostáticos y otros con transductor plano), ya que los transductores electrodinámicos, es decir, de tipo convencional, imperan a placer. Por lo tanto, ¿qué es lo que permite marcar diferencias? Si dejamos de lado la exclusividad y el lujo más absolutos, que implican precios elevados/muy elevados, dos son las opciones que nos quedan: refinamientos en los cascos, que no dejan de ser los particulares “recintos acústicos” de los auriculares y, por supuesto, en el diseño/ergonomía.
Y esto es exactamente lo que ha hecho, y además, con nota muy alta –sobresaliente en tecnología y matrícula de honor en estética- la italiana Sonus Faber. Tras varias décadas de éxitos continuados en el competitivo mundo de las cajas acústicas para Alta Fidelidad y Cine en Casa, gracias a una fusión difícilmente igualable de pasión por la música, saber hacer tecnológico, espíritu artesanal y diseño genuinamente italiano, ha decidido también crear sus propios auriculares.
Evidentemente, unos auriculares firmados por Sonus Faber no podían ser unos auriculares más, ni siquiera unos auriculares de gama alta/de lujo más. Tenían que ser unos “auriculares Sonus Faber” y, por tanto, acordes con la leyenda de la marca, y la verdad es que los Pryma reflejan perfectamente esta percepción. Y es que lo mínimo que se puede decir de los Pryma es que no se parecen –en el sentido literal del término- a nada de lo que ahora mismo se puede encontrar –que, lo decimos una vez más, es mucho- en las tiendas. Repetimos: nada, absolutamente nada.
De entrada, por “culpa” de un diseño extremadamente innovador y rompedor que los hace llamativos como pocos, gracias a la combinación de unos cascos con una geometría sin precedentes que ha sido cuidadosamente estudiada en términos de acústica y ergonomía (almohadillas “inteligentes”, peso total de 355 gramos) y una diadema que utiliza un sistema de fijación y ajuste –como si de un cinturón de una marca de lujo se tratara- también sin precedentes por su elegancia y originalidad.
Desde luego, quienes han diseñado estos auriculares tenían muy claro desde el principio que debían ser un producto altamente deseable por un tipo de público muy concreto, en principio, masculino y con una fuerte pasión por el diseño y la exclusividad, porque la exigencia de calidad sonora ya se da por supuesta. Desde el punto de vista tecnológico, los Pryma son unos auriculares de tipo circumaural cerrado que basan sus atributos en unos sofisticados transductores electrodinámicos de última generación desarrollados por Sonus Faber. Sobra decir que dichos transductores se aprovechan de las más de tres décadas de experiencia de la compañía italiana en el diseño de sistemas de altavoces de muy altas prestaciones con el fin de ofrecer una experiencia única en musicalidad y, fundamental en un producto como el que estamos analizando, confort durante la escucha en la intimidad.
En concreto, los transductores incorporados en los Pryma montan un diafragma ultraligero de Mylar 40 mm de diámetro que, junto a una bobina móvil sobredimensionada con devanados de cobre de muy alta pureza (99’99%), un imán de neodimio de gran potencia y la característica geometría de los recintos que los albergan, ofrecen unas prestaciones excepcionales en parámetros como la respuesta en frecuencia (10-25.000 Hz: “Alta Fidelidad” sin limitaciones), la sensibilidad (118 dB a 1 kHz con una señal de entrada de 1 mW) y la potencia admisible (120 mW).
Asimismo, el diseño técnico de los Pryma les permite exhibir una impedancia de 32 ohmios, asegurando de este modo la plena compatibilidad con la inmensa mayoría de dispositivos portátiles –reproductores de audio, teléfonos móviles- del momento. De los Pryma hay que destacar asimismo el cuidado extremo puesto en la selección de los materiales empleados, en especial el aluminio de los cascos y el cuero de origen italiano –con relleno de material poroso- de alta calidad de la cinta soporte (diadema) intercambiable. Por otro lado, las almohadillas son desmontables, a la vez que se utilizan cables con conductores de cobre de muy alta pureza para minimizar la distorsión y maximizar la dinámica. Otro detalle que delata el espíritu perfeccionista y purista/audiófilo que hay detrás de los Pryma es que la soldadura entre cables y conectores se ha realizado con aleaciones de estaño puro con el fin de minimizar las pérdidas de señal y asegurar una fiabilidad máxima durante largos años sean cuales sean las condiciones de funcionamiento. Está, por lo tanto, más que claro que estamos no ante otro diseño de lujo para el amante de la escucha musical en la intimidad, sino ante unos auténticos, como decíamos antes, “auriculares Sonus Faber”.
Un sonido a la altura de Sonus Faber
Para probar los Pryma no se nos ocurre una combinación mejor que con uno de los extraordinarios reproductores portátiles de Astell&Kern, a su vez todo un icono en diseño, construcción y tecnología. De hecho, viendo juntos el AK240, que es el modelo de la marca surcoreana que finalmente seleccionamos, y los Pryma, parece casi que han sido hechos el uno para el otro. La primera sensación que se desprende de los Sonus Faber es de confortabilidad extrema gracias al particular diseño de la diadema/cinta soporte y, sobre todo, de los cascos, cuyo considerable volumen interno permite disponer de un espacio acústico muy amplio que contribuye de manera sustancial a que la música no suene “forzada”.
Por otro lado, la sensibilidad de los Pryma permite conseguir niveles de presión sonora respetables con el AK240 sin necesidad de forzar el control de volumen, lo que significa que los Sonus Faber encajarán a la perfección en cualquier equipo de Alta Fidelidad que podamos tener en casa. Respetando las lógicas diferencias existentes entre una pareja de cajas acústicas y unos auriculares, lo cierto es que los Pryma son tremendamente musicales. Sí, hay pegada y, si queremos, mucha garra, pero tanto si escuchamos una voz solista, como una gran formación orquestal, un conjunto de rock, un trío de jazz o una Big Band, los Sonus Faber exhiben un sonido dulce y relajado que incluso a volúmenes elevados no provoca fatiga. Por otro lado, la sofisticación técnica del conjunto transductor/casco se traduce no sólo en una resolución de grandísimo nivel, sino en una componente dimensional que ayuda a conseguir esa “ilusión espacial” de estar ahí, de tener al artista delante de nosotros. Nuestra conclusión es que Sonus Faber ha sido fiel a sí misma creando un componente de audio indiscutiblemente High End con unos atributos físicos que, además, lo engloban en el universo de los productos tecnológicos más lujosos y deseables del mercado mundial.