
“Benjamina” de las columnas que forman parte de la flamante serie Olympica Nova de Sonus Faber, la Olympica Nova II demuestra con indiscutible brillantez que es posible poner a punto un sistema de altavoces de dimensiones relativamente modestas capaz de ofrecer unas prestaciones deslumbrantes. Y lo hace gracias a la aplicación inteligente de soluciones de ingeniería procedentes de la élite de una marca que, a pesar de haber fascinado siempre por la musicalidad de sus productos, desde hace una década lo hace también por la sofisticación y originalidad de su tecnología.
Porque la Olympica Nova II no sólo exhibe un sonido de impecable factura que encaja a la perfección con el espíritu del audio sin compromiso, sino que la elegancia de su diseño y la calidad tanto de su ejecución como de los materiales empleados en la misma la convierten en un producto destinado a ofrecer grandes dosis de placer musical durante décadas.
Por qué una columna y por qué de tres vías
Aunque hay cajas acústicas de estantería capaces de ofrecer unas prestaciones soberbias en todos los sentidos, léase tímbrica, dinámica y espacialidad, el formato columna es el más versátil a la hora de conseguir armonizar exigencias tan dispares como disponer sin limitaciones de tales prestaciones y asegurar una integración estética perfecta en una determinada sala y/o decoración. Lo segundo es fácil de entender, ya que una columna puede diseñarse sin mayores problemas para que ocupe un espacio de suelo -“huella”- muy reducido y, a la vez, resulte muy agradable a la vista. En el ámbito de las prestaciones sonoras, el formato columna es el único que permite disponer, manteniendo esa “huella” reducida, del volumen de caja suficiente para que la respuesta en graves “baje” hasta unos niveles imposibles de lograr con un monitor de estantería compacto por muy bien diseñado que esté.
¿Por qué tres vías? Una vez hemos optado por el formato columna, la lógica nos dice que lo mejor es tener un transductor dedicado para cada una de las tres gamas en que se divide el espectro de audio: agudos, medios y graves… todo ello sin desmerecer en absoluto la viabilidad de los diseños de dos vías correctamente ejecutados. De nuevo, volvemos a lo anterior: con una columna podemos tener simultáneamente “huella” reducida y volumen de aire interno suficiente para tener unos graves holgados.
Olympica Nova: un planteamiento y una ejecución impolutos
Lo que acabamos de decir presupone que no sólo los altavoces utilizados son de alta calidad, sino que la circuitería encargada de gestionar el conjunto, es decir, el filtro divisor de frecuencias está lo suficientemente bien diseñada para que dicho conjunto se comporte como un todo perfectamente cohesionado, léase sin que se noten las “costuras” entre altavoces.
Todo esto confluye en la protagonista del presente Blog, la columna Olympica Nova II de la italiana Sonus Faber, una marca que durante los últimos años ha estado realmente “ocupada”, hasta el punto de permitirse el lujo de reinventar algunos de sus modelos más legendarios y, en paralelo, poner al día gamas enteras. Es el caso de la celebrada Olympica, que mediante la calculada introducción de algunos de los desarrollos tecnológicos más significativos de la firma de Arcugnano ha conseguido elevar notoriamente las prestaciones globales de los modelos que la constituyen, así como ampliarla con modelos de nueva factura, en su flamante “colección” Olympica Nova.
Un portal exquisito para entrar en el universo del sonido de altos vuelos
Pues bien: la Olymplica Nova II es un sistema bass-reflex dre 3 vías/3 altavoces que constituye la expresión “básica”, aunque dentro de las particulares coordenadas “High End” de Sonus Faber, de caja acústica de suelo. Contrariamente a sus hermanas mayores, las también columnas Olympica Nova III y Olympica Nova V, monta un único transductor de graves aunque –muy importante- comparte diseño, componentes y materiales conceptualmente idénticos. Esto significa que los paneles utilizados en la Olympica Nova II están fabricados con ocho capas de madera doblada y prensada que proporcionan una rigidez extrema al recinto, en cuyo interior se utilizan nervaduras estructurales cuidadosamente ubicadas a modo de refuerzo para reducir la vibración y manejar la totalidad de la potencia acústica generada por el movimiento de los altavoces.
Por su parte, el panel frontal está hecho de madera natural terminada a mano para realzar la totalidad del recinto, habiéndose asimismo aplicado un revestimiento de piel auténtica alrededor de los altavoces de agudos y medios –el conjunto conocido como “Voice of Sonus Faber”- y del woofer. Además, la parte exterior del exclusivo puerto bass-reflex Stealth Ultraflex, caracterizado por sus extremadamente bajas turbulencias, ha sido fabricada a partir de un bloque macizo de aluminio extrusionado. En lo que respecta a la tecnología electroacústica, la Olympica Nova II monta 1 tweeter de cúpula de seda con tecnología DAD (“Damped Apex Dome”) de Sonus Faber, acompañado de 1 altavoz de medios de 150 mm y 1 woofer de 180 mm derivados de los empleados en la colección Homage Tradition, habiéndose introducido en los mismos varios cambios significativos.
En el caso del woofer, destaquemos que su cono se beneficia de una sofisticada estructura sándwich en la que dos láminas de pasta de celulosa flanquean un núcleo de espuma sintáctica de última generación, mientras que el altavoz de medios incluye una bobina libre de corrientes turbulentas. De la gestión de este conjunto de altavoces se encarga un filtro divisor de frecuencias basado en la exclusiva “Paracross Topology” de la firma italiana, que permite, mediante la optimización de las curvas de respuesta en amplitud y fase, reducir de manera sustancial la sensibilidad a las interferencias de radiofrecuencia, mejorando la respuesta a los transitorios y reduciendo el ruido de fondo.
Precisión tonal y empuje sobresalientes
En principio, la Olymplic Nova II no es particularmente difícil de atacar, ya que su moderaba sensibilidad -88 dB/W/m- y sus 4 ohmios de impedancia nominal no sugieren el uso de una electrónica particularmente contundente. Pero si queremos que rindan al 100% en una sala de ciertas dimensiones –unos 25 metros cuadrados, por ejemplo- lo mejor es jugar sobre seguro y elegir un amplificador bien dotado en términos de empuje, caso del nuevo y más que interesante Krell K-300i. Como fuente, el CD35 Prisma de Primare nos permite disfrutar por igual de discos compactos y audio digital de alta resolución. Para las conexiones, elegimos Transparent Super de 5ª Generación.
Lo primero que sorprende de las Sonus Faber es el combinado de opulencia y control de su respuesta en graves, hasta el punto de que dar la sensación de bajar bastante más de los 40 Hz que el fabricante especifica como punto de corte inferior. Esto hace que la curva tonal subjetiva de la Olympica Nova II sea muy completa, hasta el punto de que uno se olvida de un posible subwoofer para completar la respuesta a la octava inferior del espectro. Evidentemente, las zonas media y alta son inmaculadas, con precisión, calidez y resolución a partes iguales, a la vez que la presentación espacial del sonido permite disfrutar de unos niveles de realismo espectaculares si tenemos en cuenta las relativamente comedidas dimensiones del recinto. En suma, estamos ante una caja acústica con un diseño muy logrado que le permite exhibir una relación calidad/precio magnífica si consideramos la categoría a la que pertenece.