Sonus Faber es de sobra conocida por el esmero con que pone a punto de sus productos, ya sean “básicos” (siempre en el contexto del High End) como elitistas, lo que significa que cada referencia de la marca transalpina ha sido analizada, estudiada y escuchada hasta el límite antes de ser lanzada al mercado. No obstante, y al igual que hacen otros nombres consolidados del ultracompetitivo universo del audio residencial de altos vuelos, la prestigiosa firma de Arcugnano innova permanentemente para mantenerse en la cúspide de su sector.
Y lo hace en aquellos ámbitos susceptibles de aportar diferencias, incluso aparentemente imperceptibles, en percepción de la excelencia, desde la tecnología utilizada en componentes y subsistemas clave (altavoces, filtro divisor de frecuencias, estructura del recinto) hasta el diseño industrial y los acabados. Una política de “vasos comunicantes” que por primera vez se ha trasladado a la “colección” básica de la marca, la Lumina, y que en la columna Lumina V Amator alcanza su máxima expresión. Y es que cualquier conocedor de la historia de Sonus Faber percibirá de inmediato que la presencia del término “Amator” es sinónimo de refinamientos que se trasladan directamente al ámbito del sonido en la forma de una musicalidad superior, por cuanto conecta con algunos de los modelos más legendarios creados por una compañía que ha sabido aunar tecnología punta y distinción visual al servicio de los melómanos y cinéfilos exigentes.
Filtro divisor de frecuencias y musicalidad: una relación muy especial
A pesar de que la caja acústica ideal sería aquella que constara de un único transductor capaz de reproducir sin distorsión ni pérdidas las frecuencias que constituyen el espectro de audio, la práctica ha demostrado que tal transductor o bien es técnicamente muy complejo o bien descomunal (como consecuencia de la necesidad de tener la superficie requerida para obtener unos buenos graves).
De hecho, ambas cosas, algo que por lógica comporta a un precio a menudo inaccesible. Se impone, pues, usar altavoces dedicados a reproducir las gamas de frecuencias concretas, que por regla general son agudos, medios y graves o agudos y medios/graves, aunque también hay propuestas que separan la gama baja y otras, cada vez menos, que incluyen tweeters. Dando por supuesto que estos transductores son de calidad y que el recinto que los alberga está bien diseñado y construido, es fácil deducir que el resultado será el esperado sólo si los armonizamos debidamente, léase que la transición de uno a otro se lleve a cabo de manera fluida, sin costuras, hasta el punto de formar un todo perfectamente cohesionado. ¿Y “quién” se encarga de llevar a cabo dicha armonización? Pues una circuitería llamada filtro divisor de frecuencias o filtro (en inglés “crossover”).
Sobre el papel, el objetivo a cumplir parece simple, pero la realidad es tozuda y demuestra lo contrario, ya que además de usar componentes “premium” y topologías elegantes (en el sentido de que, por ejemplo, no penalicen la sensibilidad de la caja acústica ni sitúen la impedancia mínima de la misma por debajo de 2 ohmios) hay que comprobar que existe una buena sinergia entre ellos. De ahí que resulte imperativo realizar el ajuste final de una determinada combinación de altavoces a oído, un proceso que muy a menudo conlleva “meter mano” al filtro (cambiando tipos y/o valores de condensadores, bobinas o resistencias) hasta dar con lo buscado en términos de sonido. En suma, un auténtico desafío al que conceden la máxima relevancia los fabricantes de renombre.
Lumina V Amator o la importancia de los cambios sutiles
Los amantes de la reproducción sonora con mayúsculas saben perfectamente que uno de los puntos fuertes de la italiana Sonus Faber es su obsesión por no dar por definitiva ninguna caja acústica hasta que haya superado la crítica evaluación de escucha subjetiva. Una prueba que se lleva a cabo con el filtro divisor de frecuencias a la vista por si fuera necesario efectuar ajustes finos en el mismo encaminados a obtener la personalidad sonora buscada. Es precisamente esta filosofía lo que ha hecho posible la existencia del protagonista del presente Blog: la columna Lumina V Amator.
Al respecto hay que recordar que “Amator” es un nombre altamente evocador en la historia de la compañía italiana, por cuanto ha determinado la virtual totalidad de los modelos especiales puestos a punto por la firma a lo largo de los años, convirtiéndose en sinónimo de singularidad y exclusividad. A nivel estético, la Lumina V Amator preserva el recinto con base cuadrada que identifica a la gama a la que pertenece, a fin de realzar la calidad de los materiales utilizados en su construcción y reforzando adicionalmente los valores clave de su creador, destacando al respecto el uso de nuevos paneles frontales de madera y una terminación con chapas de alto brillo dedicadas. En el ámbito de la tecnología, la principal novedad se concentra en el fundamental filtro divisor de frecuencias, que bebe de avances incorporados en la columna Maxima Amator y en la última generación más de la carismática serie Homage, caso de la circuitería IFF (“Interactive Fusion Filtering”) y la filosofía de fase coherente, con el objetivo de mejorar de manera perceptible en parámetros como la resolución y la coherencia de la presentación tridimensional del sonido.
Lógicamente, Sonus Faber no da muchos detalles al respecto, pero subraya que entre los beneficios clave aportados por esta estrategia figura la reducción de la fuerza contraelectromotriz de los altavoces, que les permite trabajar con un grado de interconectividad máximo, disminuyendo a la vez la sensibilidad del filtro a las radiofrecuencias. Por lo demás, se mantienen las características técnicas del desarrollo de base y por lo tanto estamos ante una elegante columna dedicada a salas de tamaño mediano a grande que, gracias a la efectividad de su concepción acústica, es capaz de proporcionar una generosa curva de respuesta en frecuencia, un fabuloso impacto dinámico y una exquisita presentación de la zona media. En paralelo, su pertenencia a la gama Lumina garantiza una espléndida polivalencia que brilla tanto en la reproducción de música como de bandas sonoras cinematográficas.
En cuanto a configuración electroacústica, la Lumina V Amator es una columna bass-reflex de 3 vías y 4 altavoces, concretamente uno de los refinados tweeters de cúpula de seda de 29 mm revestida a mano D.A.D. (Damped Apex Dome) empleados en la gama Sonetto de Sonus Faber, un altavoz de medios con cono multifibra de 150 mm importado también de la gama Sonetto y tres woofers con diafragma de estructura sandwich de 165 mm destinados a la serie Lumina. Un último dato a tener en cuenta relacionado precisamente con las modificaciones en la sección de filtrado lo encontramos en la frecuencia de corte superior, que pasa de 2.600 Hz a 2.850 Hz.
El sonido: el “punto Amator” se hace notar
Probamos las Lumina V Amator junto al flamante amplificador integrado con streamer RAS-5000 de la japonesa Rotel, habiéndose confiado la unión entre ambos productos a Van Den Hul. Aparte del evidente “plus” en vistosidad debido a la introducción de elementos lujosos (recordemos que estamos ante un producto hecho a mano en Italia) en el acabado del panel frontal, se percibe una superior integración entre las zonas media-alta y alta del espectro que incrementa la resolución por un lado y la sensación de aireación, de tridimensionalidad, por otro.
A su vez, las voces graves suenan con una limpieza superior, al haber sido el transductor de medios ligeramente “descargado” de trabajo por el tweeter, mientras que la curva de respuesta en frecuencia subjetiva preserva la linealidad y generosidad (en un recinto de dimensiones tan comedidas) del modelo original. Notamos asimismo calidez extra en las microinformaciones correspondientes a la zona alta del espectro, algo que no pasa desapercibido en la escucha de grabaciones en alta resolución con una buena toma de sonido. En definitiva, el “toque Amator”, audiófilo a la manera clásica por decirlo con otras palabras, se traduce en una musicalidad que con muchas composiciones ejecutadas con instrumentos acústicos es sutilmente superior.