Sonus Faber Lumina III a prueba
Fecha 20 Septiembre 2020 Autor ada Tags Sonus Faber

LUjo-MInimalismo-NAturalidad, tres sílabas que se juntan para formar el nombre de la nueva propuesta de Sonus Faber en High End asequible: la gama Lumina. Una propuesta que adopta algunas de las particularidades tecnológicas más relevantes de la celebrada “colección” Sonetto de la prestigiosa firma de Arcugnano, y que encuentra su más alta expresión en la columna Lumina III.

Estamos ante una caja acústica cuyo diseño industrial rehúye por completo de los barroquismos y, sin embargo, está rodeada por una potente aura de exclusividad. Una exclusividad reafirmada por un sonido que marida espléndidamente transparencia, atención por los detalles, presentación holográfica de voces e instrumentos, sentido del ritmo y una polivalencia que le permite sentirse igual de a gusto reproduciendo un cuarteto de cuerda en estéreo, un concierto de rock en multicanal o el último superéxito de Hollywood.

 

Sonus Faber o la apología de la forma al servicio de la función en audio

Pocas marcas ejemplifican con tanta fidelidad esa idea que subyace en el diseño industrial verdaderamente excelso: que la forma de un producto vaya, independientemente de lo audaz y atrevida que pueda ser, siempre por detrás de la función que dicho producto debe desempeñar. No es fácil cumplir tal objetivo sin que haya que realizar sacrificios inasumibles o aceptar compromisos que a la postre acaban perjudicando a la citada función, una función que en el ámbito del audio está más que clara: reproducir el sonido de cada contenido con una fidelidad tal que, idealmente, se confunda con el original.

De ahí la tradicional dificultad de hacer que un determinado producto visualmente muy atractivo “suene” o que uno musicalmente cautivador sea mínimamente agradable a la vista o, por lo menos, “práctico”, léase que no disipe mucho calor o, en el caso de ciertas cajas acústicas, no implique la ocupación de espacios imposibles para la inmensa mayoría de usuarios. Admirada y envidiada, a la vez que mil veces copiada en lo estético, Sonus Faber fue una de las marcas pioneras en la “integración” de forma y función a la que nos acabamos de referir. Lo hizo utilizando una receta aparentemente muy simple: combinando materiales y componentes de alta calidad en recintos acústicos inspirados en la lógica centenaria de algunos instrumentos musicales y terminando el conjunto con el tradicional buen gusto italiano por la belleza clásica, atemporal. Más mérito aún tiene el hecho de que tal operativa se aplique a todas las gamas de cajas acústicas comercializadas por la marca desde el “instante cero” de su fundación, una exhibición de coherencia cuya materialización más reciente es la gama Lumina.

 

Lumina III: “menos es más” como símbolo máximo de refinamiento

Para Sonus Faber, la palabra Lumina, que no sólo significa “Luz” en latín, sino que también hace referencia a una fuente de vida y energía, puede desgranarse aún más hasta conectarse íntimamente con la esencia de la música en una especie de acrónimo. Así, las dos primeras letras –“LU”- significan lujo, en este caso el descubrimiento de detalles relevantes y la comprensión de las cosas verdaderamente importantes.

Una reflexión que simboliza el compromiso de la firma italiana para disfrutar de una experiencia musical lujosa facilitada por una tradición continuada en refinamiento de los materiales y fabricación artesanal. Las dos segundas letras –“MI”- hacen referencia a minimalismo, un principio que captura directamente la esencia de un producto que ha sido minuciosamente diseñado en conjunción con la teoría “menos es más”. Las últimas letras del “acrónimo” LUMINA –“NA”- encarnan la reproducción sonora natural que caracteriza a Sonus Faber partiendo de un proyecto electroacústico que busca, gracias al uso de tecnologías actualizadas, soluciones concebidas para estilos de vida modernos y varios ambientes de escucha sin comprometer las prestaciones. Y así llegamos a la Lumina III, una compacta y estilizada columna diseñada y construida íntegramente en Italia que resulta ideal para sonorizar salas de tamaño mediano en las que, gracias a la efectividad del diseño acústico que incorpora, es capaz de proporcionar una generosa curva de respuesta en frecuencia, un espectacular impacto dinámico, una exquisita presentación de la zona media y una elevadísima resolución.

 

Polivalencia y naturalidad asequibles en clave Sonus Faber

Como consecuencia de su pertenencia a la gama Lumina, la Lumina III combina de manera armoniosa lujo en los materiales y la construcción, minimalismo en el diseño –que irradia con fuerza su recinto completamente cuadrado- y naturalidad en el sonido, que además se complementa con una polivalencia que le permite rendir al máximo tanto en la reproducción de música en estéreo o en multicanal como de bandas sonoras cinematográficas.

Desde el punto de vista electroacústico, la Lumina III utiliza una configuración bass-reflex de 3 vías y 4 altavoces, concretamente uno de los icónicos tweeters de cúpula de seda de 29 mm de diámetro revestida a mano D.A.D. (Damped Apex Dome) utilizados en la gama Sonetto de Sonus Faber, un altavoz de medios con cono de compuesto multifibra de 150 mm importado también de la gama Sonetto, y dos woofers de 150 mm diseñados partiendo de cero para la serie Lumina. Este conjunto es gestionado por un filtro divisor de frecuencias con topología exclusiva de Sonus Faber ejecutado con componentes de grado audiófilo. En lo que concierne a los acabados, al panel frontal de madera auténtica multicapa –nogal y wenge mate con inserciones de arce- hay que añadir el revestimiento del resto de paneles con el ya icónico cuero negro de Sonus Faber. En el ámbito acústico, es importante insistir en un elemento de diseño central de la Lumina III: el uso de un puerto bass-reflex de emisión inferior, una solución de ingeniería que está ganando muchos adeptos, al facilitar enormemente el control de la repuesta en graves y, por tanto, la ubicación en la sala.

 

El sonido: fresco, natural, pletórico de detalles y con unos graves en su punto

Los 89 dB/W/m y los 4 ohmios de impedancia nominal de la Lumina III dan para mucho a la hora de buscar un amplificador adecuado para que se exprese al máximo, a la vez que la posibilidad de bicablearla nos parece harto interesante. Es por ello que la escuchamos en compañía de un amplificador integrado estereofónico con conectividad a redes Marantz PM7000N y un giradiscos Pro-Ject X1 con cápsula de imán móvil Pro-Ject Pick-IT S2, estando todo el conjunto cableado con In-Akustik.

Dos son los elementos que impactan –aparte de su singular refinamiento estético- de la Lumina III: la extensión de su curva de respuesta en frecuencia subjetiva –que como mínimo en Hi-Fi permite omitir por completo el uso de un subwoofer- y la transparencia, resolución y apertura globales del sonido por cortesía no sólo de un conjunto de altavoces de alta calidad perfectamente integrados, sino también del uso de un puerto bass-reflex de emisión inferior que minimiza la sensibilidad a la ubicación en la sala. En estas coordenadas, las Lumina III se expresan con una elegante vistosidad que hace honor a su nombre, reflejando con maestría el espíritu de apuesta incondicional por la musicalidad de Sonus Faber y, muy importante, poniéndolo al alcance de un mayor número de usuarios.