El segundo de los modelos de la nueva y esperadísima gama de subwoofers activos Gravis de Sonus Faber nos ha dejado abrumados por la exquisitez, léase naturalidad, de su sonido. Un sonido que respeta a rajatabla las esencias musicales de la reputada, admirada y mil veces copiada firma italiana para ponerse el servicio de cualquier sistema de Alta Fidelidad y Cine en Casa.
Todo ello apoyado por el uso de componentes exclusivos, un diseño de incuestionable elegancia, unas dimensiones muy compactas, una gran flexibilidad de configuración y, como colofón, un precio que lo hace accesible a un abanico de usuarios muy amplio. En definitiva, una opción clásica, casi atemporal, para completar la respuesta en graves de cualquier equipo al combinar de manera magistral lo cuantitativo –pegada, presión sonora- con lo cualitativo.
Poniendo al día una tradición que comenzó hace más de 30 años
A Sonus Faber, la mayoría de amantes de la reproducción sonora de alta calidad la conocen por la calidad sonora y la exquisitez estética de sus cajas acústicas, que, siempre dentro de un conecto de apuesta por la excelencia, han cubierto históricamente un abanico que va desde el High End accesible hasta las referencias absolutas. No obstante, pocos son los subwoofers comercializados por la marca de Arcugnano en sus exactamente 35 años de historia, pese a que en 1986 comercializó el primero de ellos, de nombre Gravis FB100, y en 1996 lanzó al mercado el Cremona Subwoofer M para completar su colección de cajas acústicas para Alta Fidelidad y Cine en Casa Cremona. Más recientemente, en 2014 para ser exactos, Sonus Faber puso su talento y experiencia a disposición de la Sumiko, integrada en el mismo grupo empresarial que la marca transalpina, a fin de desarrollar la gama de subwoofers S.
Aún así, ya empezaban a ser muchos los aficionados y profesionales que exigían la puesta a punto de subwoofers genuinamente “Sonus Faber” equipados con la tecnología más avanzada para complementar sistemas configurados con cualquiera de las gamas que configuran su vasto catálogo. Y así llegamos, en pleno 2018, a la esperada “colección” de subwoofers activos Gravis, materialización de un nuevo y ambicioso proyecto en el que Sonus Faber ha regresado a sus raíces incorporando tecnología de vanguardia manteniendo, a la vez, su tradicional pasión por el sonido natural, las prestaciones elevadas y la calidad de la fabricación artesanal italiana. Cuatro son los modelos que configuran dicha gama, siendo el segundo de ellos empezando por abajo, el Gravis II, el protagonista de las presentes líneas. Un subwoofer muy interesante que, en nuestra opinión, constituye un éxito sin paliativos en términos de relación calidad/precio para audio de alto nivel.
Diseñado y construido íntegramente por Sonus Faber en Italia
22 años han transcurrido desde que vio la luz el último de los subwoofers genuinamente “Sonus Faber”. Mucho tiempo para tratarse de un ámbito íntimamente relacionado con la tecnología. Y más aún si introducimos en la ecuación los cambios experimentados por la firma italiana a nivel empresarial, unos cambios que le han permitido realizar avances muy ambiciosos en materia de tecnología –altavoces, materiales, filtros recintos- sin por ello renunciar a unas esencias en las que la naturalidad sonora, es decir, lo que llamamos musicalidad, ha marcado y sigue marcando la pauta.
Esto es exactamente lo que ofrece y además por un precio muy interesante, el Gravis II, resultado de un proyecto cuyo objetivo era crear un producto versátil que pudiera integrarse a la perfección en cualquier espacio residencial y adaptarse de forma idónea no sólo a las cajas acústicas de la nueva gama Sonetto de Sonus Faber, sino también a prácticamente cualquier tipo de sistema de reproducción musical y audiovisual. Como consecuencia de ello, el Gravis II se puede considerar como una opción más que atractiva para aquellos equipos de audio en los que la exigencia de calidad viene cogida de la mano con un precio moderado.
Altavoces activo/pasivo para una mayor calidad y versatilidad
En lo que a ingeniería se refiere, lo primero que llama la atención del Gravis II es el tipo de configuración acústica que utiliza, puesto que combina un radiador pasivo de emisión frontal de 254 mm con uno activo de idénticas dimensiones, pero emisión inferior. Recordemos que el sistema activo/pasivo es una versión más elaborada del tradicional esquema bass-reflex en el que el conducto de aire y el puerto que lo termina son sustituidos por un altavoz pasivo cuyo diafragma es excitado por la onda posterior del altavoz activo.
De este modo, se consigue una respuesta más controlada, léase con menos distorsión, que con el sistema bass-reflex, a la vez que si el diseño utilizado está bien ejecutado se logra incluso una mayor extensión de aquélla. Además, los citados transductores han sido concebidos para realizar grandes desplazamientos gracias a la combinación de diafragmas de papel, potentes motores magnéticos, suspensiones periféricas de goma muy generosas y, por supuesto, una electrónica de amplificación de grado audiófilo. En concreto, un diseño de 350 vatios continuos y 700 vatios de pico altamente lineal configurado en Clase AB que permite al Gravis II exhibir un punto de corte a -6 dB en 25 Hz.
Alta flexibilidad de ubicación y ajuste
Otro elemento clave de este subwoofer de Sonus Faber es la flexibilidad que aporta a todos los niveles. Para empezar, a nivel acústico, ya que el altavoz activo está situado en el panel inferior, un detalle que, junto con un recinto de dimensiones muy compactas -404 mm de alto por 356 mm de ancho y 408 mm de profundidad- facilita la ubicación no sólo en cualquier sala, sino incluso en espacios “sensibles” de la misma, caso de una esquina. Un detalle de ingeniería del Gravis II que merece ser subrayado es el hecho de que la etapa de preamplificación que incluye ha sido desarrollada específicamente para él.
En lo que respecta a las posibilidades de ajuste, tenemos un panel posterior con una conectividad muy completa, que incluye controles de volumen separados para las entradas de Nivel Alto y Línea/LFE con el fin de facilitar una integración perfecta tanto en equipos de Alta Fidelidad como de Cine en Casa. De este modo, mientras que la conexión de Nivel Alto permite una mezcla sin fisuras con las cajas acústicas principales en la reproducción de música, la entrada LFE puede ser utilizada simultáneamente para proporcionar una experiencia cinematográfica altamente envolvente. A todo ello contribuye una frecuencia de corte superior continuamente ajustable hasta 120 Hz, que permite afinar la integración con las cajas que tengamos.
El sonido: en realidad, como si cambiáramos las cajas acústicas
Probamos el Gravis II en compañía de las que sin duda podrían ser su complemento natural: una pareja de cajas acústicas Sonetto II de la propia Sonus Faber. Como electrónica, optamos por el conjunto amplificador/fuente digital PM8006/ND8006 de Marantz. El cableado, Van den Hul en su totalidad.
Al realizar las pruebas en estéreo, elegimos la conexión de Nivel Alto, ya que por regla general suele ser la más musical, a la vez que la frecuencia de corte la dejamos finalmente en 80 Hz para que las Sonetto II trabajen lo más relajadas posible. Extremadamente “amable” en términos de ubicación, el Gravis II logra, y además con nota, lo que se busca en un producto de su clase cuando se integra en un equipo estereofónico: que su respuesta se “conecte” sin fisuras con la de los woofers de las cajas acústicas a las que complementa. En este caso, al utilizar todos los altavoces implicados una ingeniería muy similar, lo que logramos es “convertir” las Sonetto II en una pareja de Sonetto III –incluso V- si nos atenemos sólo a la respuesta en graves, manteniéndose intacto el carácter del sonido en lo que a tímbrica se refiere.