Es la propuesta más reciente de la revitalizada firma británica Audiolab, uno de esos grandes nombres del sonido “british” de alta relación calidad/precio que hace ya cuatro décadas pusieron, por primera vez en la historia de la electrónica de consumo, el tradicionalmente elitista audio High End al alcance de un amplísimo número de bolsillos. La entrada de Audiolab, fundada en 1983, en el potente IAG Group le ha permitido renovar por completo su propuesta, respetando a su vez la filosofía de las emblemáticas realizaciones que certificaron su bautismo de fuego en el universo de la Alta Fidelidad.
Con la novísima Serie 9000, formada por el amplificador integrado estereofónico con DAC incorporado 9000A y la mecánica de transporte para discos compactos 9000CDT, la carismática compañía británica asciende un nivel más en su particular búsqueda de la excelencia asequible en la reproducción de sonido. Y lo hace tanto en lo conceptual como en lo técnico, lo constructivo y lo estético, con el añadido de una inteligente capacidad de diálogo con el usuario, materializada en la presencia de una muy bien pensada y confortable interfaz gráfica que revaloriza el atractivo de dos productos de brillante musicalidad.
¿Tiene sentido una mecánica de transporte CD separada de alta precisión en 2023?
La respuesta es concluyente: ¡sin ninguna duda, en especial si se dispone de una colección generosa de discos compactos! Cierto: siempre habrá quienes opten por copiar y organizar dicha colección en un servidor dedicado, algo que implica tiempo y dinero, pero para no pocos amantes de la música a quienes les guste escucharla con la máxima calidad sonora posible la disponibilidad de un lector a la manera tradicional continúa resultando una opción más que interesante, a la vez que más/mucho más económica. Dicho esto, concentrémonos en la respuesta a nuestra pregunta: ¿por qué? Pues porque el soporte físico primigenio del digital es una caja de sorpresas, pese a llevar ya 41 años entre nosotros. De nuevo, el motivo conecta con una reflexión todavía válida en la actualidad: pese a los indiscutibles progresos experimentados por todos y cada uno de los elementos implicados en las fuentes digitales de audio, en última instancia es la parte analógica de las mismas la clave de la diferencia.
Sin embargo, hay una estrategia inicialmente pensada para reducir el “jitter” (léase esas fluctuaciones de sincronismo en el “desfile” de los unos y ceros lógicos de una señal digital de audio y pueden llegar a perjudicarla muy seriamente) harto efectiva: la “resincronización” de las mismas mediante un “depósito” (memoria) donde se almacenan y la salida de dicho depósito ya en perfecta sincronía. Lógicamente, si a ello se le añade un bloque de transporte de alta precisión, las antes citadas fluctuaciones iniciales serán menores tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo, al minimizarse los errores de lectura. El resultado, sobra decirlo, será una gestión menos “estresada” de los datos digitales (se realiza en tiempo real) y por tanto un sonido superior.
9000A+9000CDT: Un combinado que suma.
Los protagonistas del presente Blog son, por el momento, los únicos componentes de la flamante Serie 9000 de Audiolab. Quede claro antes de nada que pueden adquirirse por separado y combinarse con los productos que queramos, pero la propia esencia de su concepción invita a hacerse con los dos de una tacada. Partiendo del legado de la mítica Serie 8000 original de Audiolab y la más reciente y accesible Serie 6000, la reputada firma británica ofrece, en la forma del amplificador integrado estereofónico con DAC incorporado 9000A y la mecánica de transporte CD de alta precisión 9000CDT, un deslumbrante concentrado de refinamientos técnicos con el fin de proporcionar unas prestaciones imbatibles dentro de las realizaciones de su categoría.
Del 9000A hay que decir que es el más potente y versátil de los amplificadores integrados creados hasta la fecha por Audiolab, fusionando conectividad analógica y digital “clásica” de alto nivel con conectividad inalámbrica para dispositivos portátiles y un exclusivo amplificador de auriculares. La potencia continua disponible es de 100 vatios en Clase AB por canal sobre 8 ohmios o 150 vatios por canal sobre 4 ohmios, acompañados de una soberbia capacidad dinámica (¡la corriente de pico puede alcanzar un máximo de 15 amperios, valor del todo inusual en un producto de esta clase y precio!) por cortesía de una opulenta fuente de alimentación, mientras que la sección DAC combina el celebrado “chip” con tecnología de 32 bits Sabre ES9038PRO de ESS Technology y una circuitería analógica con topología de Realimentación Complementaria (CFB). En lo que a compatibilidad digital se refiere, el 9000A puede reproducir archivos codificados en PCM hasta 32 bits/768 kHz, DSD hasta DSD512 y también MQA.
A ello hay que sumar la homologación Roon Tested y una gestión por menús desde una bella y bien dimensionada pantalla de visualización con tecnología LCD IPS, que además proporciona al usuario una gran capacidad de personalización. Por lo que respecta a la 9000CDT, se trata de una mecánica de transporte CD pensada para los audiófilos exigentes deseosos de sacar el máximo jugo a su colección de discos compactos de audio, un formato que, como hemos comentado anteriormente, todavía tiene mucho que decir en términos de musicalidad. Para ello, monta un bloque de lectura óptica de alta precisión asociado a una etapa intermedia (buffer) de datos para captar sin perturbaciones (al reducir de manera drástica los errores de lectura) todas las sutilezas contenidas en los “surcos” de un disco compacto.
Por otro lado, y a fin de asegurar que la señal entrante del DAC sea lo más pura posible, la salida coaxial de la 9000CDT es alimentada por un circuito excitador de línea diferencial. En cuanto al crucial reloj maestro, está controlado por un oscilador de cuarzo extremadamente preciso con unos niveles de “jitter” muy bajos en las salidas digitales. En el ámbito mecánico, la Audiolab destaca por su bloque de transporte de baja fricción con bandeja de carga, montado en un recinto propio blindado frente a interferencias electromagnéticas y con fuente de alimentación propia, a lo que hay que añadir la construcción en aluminio de su base y su chasis. Ya para finalizar, la 9000CDT es compatible con múltiples formatos de archivo (WAV y WMA incluidos) gracias a su toma USB-A y que, al igual que el 9000A, su gestión se lleva a cabo mediante una atractiva interfaz gráfica de usuario.
Un sonido detallado, robusto e impecablemente bien dimensionado.
Probamos el conjunto Audiolab 9000 en compañía de un giradiscos Pro-Ject Debut Carbon PRO equipado con una cápsula fonocaptora Ortofon 2M Red, un ordenador portátil (para evaluar la sección DAC) Mac Pro y una pareja de Wharfedale EVO4.4, todo ello interconectado vía Van den Hul. Sin dejar de lado la tan útil como imaginativa interfaz de usuario, que en el caso del amplificador 9000A puede mostrar incluso un par de vúmetros analógicos, la característica principal de los 9000 es un sonido perfectamente estructurado.
Así, armoniza con brillantez una excelente capacidad de análisis de microinformaciones con la autoridad aportada por una capacidad dinámica sobresaliente muy superior a la de muchas realizaciones de categoría y precio similares. Menos vistosa pero igual de impactante es la supina elegancia de la 9000CDT a la hora de devolver a la vida la precisión tonal oculta en un formato olvidado por muchos aficionados, al haber apostado por la “Hi-Res” sin soporte físico y que, sin embargo, precisamente por esta última condición, no deja de sorprender. En cuanto a la “Hi-Res” propiamente dicha, la musicalidad alcanza cotas de realismo apabullantes en las grabaciones más logradas, gracias al extraordinariamente bajo ruido de fondo del subsistema de alimentación del 9000A. No cabe ninguna duda de que con sus “9000” Audiolab se ha superado a sí misma a un nivel nunca visto hasta ahora.