Esto se logra con una innovadora tecnología de streaming Wi-Fi (y WLAN), que a su vez es gestionada por una potente “app” capaz de manejar simultáneamente cientos de señales concurrentes. Expresado con otras palabras, el T2 W está capacitado para que el usuario cree una especie de servicio de música “online” propio, utilizando como contenidos los de sus discos favoritos y enviándolos a cuantos streamers le apetezcan, todo ello sin renunciar a la escucha tradicional en su cadena de Alta Fidelidad. Una propuesta cuya singularidad ha hecho que este mismo año haya sido reconocido por la reputada asociación de revistas especializadas EISA (“Expert Imaging and Sound Association”), con el premio al “Mejor Sistema Basado en Vinilo 2023-2024” , cuyo jurado ha valorado su decisión en los siguientes términos: “El T2 W es un audaz intento de maridar la reproducción de vinilos analógica con la comodidad digital, un objetivo que Pro-Ject consigue con creces.
En su núcleo encontramos un giradiscos con tracción por correa con un brazo de lectura de aluminio de 9 pulgadas y una cápsula de imán móvil Sumiko, además de un control de velocidad electrónico; pero el T2 W se eleva con un módulo inalámbrico interno que permite a los usuarios enviar su música favorita a cajas acústicas y equipos Hi-Fi conectados a redes. La app "Pro-Ject Control" facilita la configuración y el funcionamiento, con opciones entre las que se incluyen una salida FLAC sin pérdidas a 24 bits/48 kHz y el streaming automático al colocar la aguja. Escuchar discos de vinilo, integrándolos a la vez en un conjunto “moderno”, nunca había sido tan fácil.”
Una fusión de tecnologías impensable hasta hace muy poco en audio “mainstream”
No se trata del factor precio, que también, sino de la accesibilidad de una serie de recursos que hasta hace relativamente poco sólo estaban al alcance del sector profesional por complejidad y precio. ¿Se imaginan la posibilidad de crear, manteniendo las debidas distancias, su propio servicio de música online privado? Esto significa tener una especie de “generador” de contenidos, que en su mínima expresión sería una fuente de audio convencional y la circuitería necesaria para que la señal generada se convierta en un flujo de datos digitales asimilable al de, por ejemplo, TIDAL, Spotify o Qobuz, y ser enviada a electrónicas compatibles a fin de reproducirla allí donde nos apetezca.
Si el envío en cuestión se va a realizar por vía inalámbrica con el fin de agilizar la conectividad a múltiples fuentes ubicadas en los puntos de escucha que nos apetezca (las estancias de una vivienda, por ejemplo), habrá que cuidar muy especialmente la robustez/estabilidad de la transmisión y, obviamente, la protección frente a potenciales pérdidas de datos. Pues bien: esto es perfectamente plausible con el protagonista del presente Blog, y además tomando como base el disco de vinilo.
Pro-Ject T2 W o cómo crear con nuestro propio servicio de música online
De entrada, vemos un precioso y estilizado giradiscos construido según los reconocidos estándares de excelencia de Pro-Ject. Sin embargo, si miramos debajo del capó encontraremos una placa de circuito impreso que alberga, debidamente separados, dos elementos clave: un “generador” de streaming de audio y una etapa de fono. Gracias a ello, el T2 W mejora brillantemente su celebrada plataforma T1 mediante la introducción de una innovadora tecnología de acceso a archivos de audio remotos sin cable (de ahí la “W” de su nombre), desarrollada íntegramente por la marca austriaca.
Así, este rompedor producto facilita el streaming de música sin fisuras a una extensa gama de componentes de audio de última generación con conectividad a redes compatibles UPnP, entre ellos lectores de música en red, Smart TV, receptores y procesadores de A/V y cajas acústicas activas conectadas, pudiendo ser instalado en cualquier espacio y llevar el concepto “lifestyle” moderno a un nivel de flexibilidad y elegancia sin precedentes. En concreto, el T2 W incorpora tecnología Wi-Fi de vanguardia, estándares WLAN más recientes y MIMO 2x2 incluidos, asegurando de este modo la obtención de velocidades de acceso superiores (hasta 866 Mb/s) a las de conexiones a Internet modernas. En el caso concreto del protocolo de mejora de redes inalámbricas MIMO (siglas de “Multiple-Input Multiple-Output”), se garantiza la máxima estabilidad de la señal, así como protección frente a pérdidas de flujos y datos, transcribiéndose sin fisuras archivos comprimidos y sin compresión, estos últimos codificados a 24 bits/48 kHz.
En el ámbito práctico, la nueva “app” Pro-Ject Control ofrece una experiencia de usuario rápida, muy potente (es capaz de gestionar cientos de flujos digitales concurrentes) e intuitiva y capacidad multisala, pudiendo llevarse a cabo fácilmente la configuración Wi-Fi vía funcionalidad BLE (“Bluetooth Low Energy”). Sobra decir que la sección de lectura de vinilos del T2 W está a la altura de lo previsible en Pro-Ject, empezando por un chasis con mecanizado de alta precisión virtualmente libre de espacios huecos y sin ningún componente de plástico.
Por su parte, el plato es de vidrio libre de resonancias, mientras que el sistema de tracción, por correa, recurre a un “sub-platter” montado en un eje de acero endurecido de tolerancia muy estricta y un motor de corriente alterna regulado electrónicamente. En cuanto al brazo de lectura, mide 9” (algo más largo que el del antes mencionado T1), está fabricado en una única pieza de aluminio y monta cojinetes de baja fricción mejorados. El T2 W, que está diseñado y construido en la Unión Europea, se completa con una sofisticada circuitería de fono de dos etapas compatible con cápsulas de imán móvil (MM), una cápsula fonocaptora Sumiko Rainer preajustada en fábrica y un cable de conexión semibalanceado que asegura una transmisión de libre de interferencias.
La escucha: musicalidad genuina en vinilo, efectividad absoluta en streaming
Probamos el T2 W en compañía de un “streamer” Stream Box S2 Ultra (siguiendo las recomendaciones del fabricante), un “micropreamplificador digital” Pre Box S2 Digital Edition 2023 y una etapa de potencia estereofónica Amp Box DS2, todos ellos de Pro-Ject, completando el conjunto una pareja de cajas acústicas Wharfedale EVO4.2. El cableado, In-Akustik en su totalidad. Una vez finalizada la configuración y activada la muy versátil “app” Pro-Ject Control (que va como una seda), se impone antes que nada escuchar el T2 W en “modo analógico”, obteniéndose un sonido fluido, incisivo, cálido, rico y espacioso, con un buen nivel de silencio que es consecuencia directa de las estrategias de aislamiento/supresión de resonancias aplicadas y del muy notable (a tenor del precio del T2 W) refinamiento de la sección de fono.
En “modo streaming”, impresionan la rapidez y fluidez con que se gestiona la generación y el envío de nuestros vinilos ya convertidos en un flujo binario. Subrayemos al respecto que estamos trabajando con un único “streamer” en un único espacio, pero no hay que olvidar que la tecnología Wi-Fi del Pro-Ject ofrece muchísimo más sin que se produzcan pérdidas de ningún tipo. En cuanto a la calidad del sonido, variará en función del uso de codificación con o sin pérdidas en el flujo de datos generado, una calidad que con el equipo descrito es indiscutiblemente “Hi-Res”.