Preamplificador de referencia de la icónica gama EVO de PrimaLuna, el EVO 400 Preamplifier es una nueva demostración del dominio que los ingenieros de la firma holandesa tienen de todo lo que tiene que ver con el uso de válvulas de vacío en audio, en este caso aplicado a la gestión de la señal procedente de la fuente.
Este dominio conduce directamente al que sin ninguna duda es el elemento diferenciador clave de una electrónica cuya apariencia clásica y discreta esconde, como sucede con los amplificadores integrados y las etapas de potencia de PrimaLuna, una serie de astucias que permiten llevar las posibilidades de los componentes que utiliza hasta unas cotas inimaginables. ¿El resultado? Un prodigio de neutralidad y precisión que permite enviar a la etapa de potencia asociada una señal musical impoluta.
La influencia crítica de los componentes en la calidad sonora
Si echamos un vistazo a cualquier catálogo de electrónicas de audio de cierto nivel mínimamente bien concebido, nos daremos cuenta de que casi siempre hay un apartado importante dedicado a hablar de los componentes utilizados. La realidad es que hay transformadores, bobinas, transistores bipolares, transistores FET, transistores MOSFET, válvulas de vacío (tanto para preamplificación como para amplificación de potencia), diodos, condensadores e incluso cables de interconexión conectores y ¡soldaduras! que “suenan” mejor que otros. De ahí que muchas marcas evalúen el diseño final de sus productos cambiando tal o cual componente clave en términos de sonido. Pero, contrariamente a lo que sin duda debe pensar más de un usuario no experto, también esta práctica eminentemente audiófila y purista tiene su explicación.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, es posible modelar incluso los más complejos de los dispositivos mencionados y conocer de este modo su comportamiento en el dominio de la frecuencia, es decir, vía respuesta en amplitud y fase. ¿Cómo? Pues cargando en un ordenador las fórmulas matemáticas que permiten llevar a cabo dicho proceso de modelado, lo que a la postre nos permitirá encontrar puntos débiles de los componentes involucrados y, como consecuencia de ello, diseñar un circuito de audio a la carta. Aún así, siempre habrá imponderables derivados de la complejidad de la música y la imposibilidad de controlar todos los parámetros técnicos (por ejemplo los relacionados con los materiales) de cada uno de los elementos utilizados en cada diseño. Y por si lo que acabamos de decir no basta, hay que tener en cuenta algo tan fundamental como es el carácter no lineal de nuestro sistema de audición. Una característica que deja mucho margen para lo subjetivo, animando a los más entusiastas a seguir buscando su particular Olimpo sonoro a través de un amplísima combinación de componentes y circuitos.
PrimaLuna EVO 400: un preamplificador a válvulas extraordinariamente cuidado
El “ethos” de la más que interesante firma holandesa PrimaLuna no sólo conecta a la perfección con esa obsesión por la calidad de los componentes, sino que va más allá, al organizarlos en circuitos que permiten redescubrir sus posibilidades sonoras. De ahí que el EVO 400 Preamplifier, actual modelo de referencia de PrimaLuna en materia de preamplificadores, no sólo sea una electrónica cien por cien analógica y a válvulas (incluye ocho dobles triodos, concretamente seis 12AU7 y dos 5AR4), sino que combina algunos de los desarrollos técnicos más brillantes de la marca con una ejecución completamente manual a la manera clásica con componentes de la máxima calidad. Con una topología circuital totalmente doble monofónica y equipado con tomas balanceadas y no balanceadas, el EVO 400 Preamplifier es un refinado preamplificador estereofónico que utiliza la tan purista como efectiva conexión punto por punto de PrimaLuna mediante cableado interno de alta calidad.
A ello hay que sumar la presencia de componentes tan renombrados por sus virtudes sonoras como son las resistencias Takman, los condensadores de láminas finas hechos a medida por DuRoch o el potenciómetro de volumen motorizado ALPS Blue Velvet, a los que se suman dos transformadores de alimentación toroidales de baja dispersión magnética exhaustivamente blindados. Como es la norma en PrimaLuna, a la calidad de los componentes empleados hay que añadir brillantes innovaciones técnicas exclusivas de la marca, como por ejemplo el esquema AC Offset Killer (que minimiza el ruido de los transformadores de alimentación) o el uso de válvulas de vacío (las antes mencionadas 5AR4) para rectificar la señal procedente de la red eléctrica, sin olvidar el uso de relés en la conmutación de entradas, solución esta última que maximiza el nivel de silencio. Gracias a todo ello, el EVO 400 Preamplifier exhibe un registro espectacular en la fundamental curva de respuesta en frecuencia, por cuanto abarca desde 10 hasta 95.000 Hz, +/-1 dB y por tanto aporta unas garantías máximas para el mejor audio “Hi-Res”.
Un sonido líquido que conecta a la perfección con el alma de la música
Probamos el EVO 400 Preamplifier con su etapa de potencia estereofónica “a juego”, la EVO 400 Poweramp, utilizando como fuente un reproductor de CD con conectividad a redes Primare CD35 Prisma y una pareja de cajas acústicas Wharfedale Elysian 2 montadas sobre sus magníficos soportes de suelo dedicados, estando todo el conjunto cableado con In-Akustik. Una vez en funcionamiento (con dos horas largas de precalentamiento) el conjunto que acabamos de describir exhibe un sonido de una presencia que se asocia de inmediato a la inconfundible personalidad sonora de las válvulas de vacío, en este caso los dobles triodos 12AU7 del EVO 400 Preamplifier.
Es el PrimaLuna una electrónica que realmente da mucho de sí, sobre todo en términos de calidez y de tangibilidad de la música. Así, la escucha de un trío de jazz conducido por el legendario Bill Evans en una grabación realizada en 1958 permite al sistema expresarse sin limitaciones incluso en el complicado (cuando hacemos trabajar a la EVO 400 Poweramp en modo triodo) ámbito cuantitativo, mientras que en términos de calidad pura y dura disfrutamos con la calidez de un sonido que nunca fatiga. Además, el parámetro resolución/definición se hace notar con una intensidad abrumadora, a la vez que el bajísimo ruido de fondo del preamplificador de PrimaLuna revela el rigor de un diseño en el que la calculada disposición de los componentes clave denota la inteligencia y audacia de quienes dirigen los destinos de la marca holandesa.