Con un nombre que es toda una declaración de intenciones, la Maxima Amator es mucho más que el monitor compacto Electa Amator III con un recinto de suelo, por cuanto a partir de una misma configuración acústica de base, los ingenieros de Sonus Faber han logrado dotarla de una personalidad sonora “diferente”. La clave radica en dos elementos altamente indicativos de la obsesión por los detalles que, desde siempre, ha caracterizado a la firma italiana.
En primer lugar, el uso nuevas técnicas de tratamiento de la madera maciza, que han permitido poner a punto un recinto especialmente adaptado a la configuración acústica empleada. En segundo lugar, la integración de los altavoces mediante un sofisticado y cuidadosamente afinado filtro divisor de frecuencias de topología circuital exclusiva que sencillamente obra maravillas. El resultado es una caja acústica de musicalidad genuinamente “Sonus Faber clásica”, es decir, con ese punto de calidez natural que evoca el ambiente de un concierto en directo.
Sonus Faber y filtros divisores de frecuencias: una relación de largo recorrido
Son casi 40 años en la cúspide del audio doméstico de alta calidad, lo que significa que tamaño éxito no se puede atribuir al azar ni a la buena suerte, sino a un cúmulo de factores que desde 1983 han confluido en todos y cada uno de los productos de Sonus Faber. Una confluencia que ha convertido a la firma de Arcugnano en el número uno indiscutible de las cajas acústicas “Made in Italy” y un referente de musicalidad para aficionados y críticos especializados de todo el mundo. Tales factores son el recinto, los altavoces, el filtro divisor de frecuencias y el diseño estético, todos ellos objeto de un cuidado extremo por parte de Sonus Faber incluso en sus realizaciones más asequibles. Hay, no obstante, uno que desde siempre ha tenido una importancia singular, por cuanto desempeña un papel fundamental en la “personalidad” sonora de cada combinación altavoces/recinto concreta: el filtro divisor de frecuencias, encargado de ”armonizar” o “integrar” las cualidades de una determinada combinación de transductores para que se comporte como un todo perfectamente cohesionado.
Lo que acabamos de comentar tiene su traslación al ámbito práctico en la relevancia que el ajuste fino –siempre a oído- del filtro divisor de frecuencias tiene en Sonus Faber. Una operativa que implica el cambio/modificación de ciertos componentes en el transcurso de las citadas pruebas y, con anterioridad, el diseño de configuraciones circuitales propias. Es el caso de la innovadora topología Paracross, empleada en muchas “colecciones” de la marca transalpina, que Paolo Tezzon, Brand Ambassador de Sonus Faber, describe como una circuitería de filtrado semibalanceada/totalmente balanceada cuya característica clave es la utilización de elementos reactivos en la “pata” negativa de dicha circuitería. En esencia, lo que hace una topología circuital de filtrado Paracross es replicar con exactitud las mediciones acústicas de un filtro divisor de frecuencias “single-ended” tradicional, pero la realidad es que cuando se comparan ambas configuraciones en una sesión de escucha la Paracross suena infinitamente mejor, aportando un fondo más oscuro, detalles más refinados y un colocación de voces e instrumentos más focalizada en la escena sonora. Una posible explicación es que tal circuito es menos sensible a las radiofrecuencias que los filtros divisores de frecuencias “single-ended” convencionales, un efecto que algunos ingenieros electroacústicos asocian a la denominada “impedancia retrospectiva”, léase la impedancia vista desde la perspectiva de la caja acústica y por tanto considerando el amplificador como carga de la caja acústica y no al revés.
La única realidad que importa para Sonus Faber es que esta estrategia permite obtener un sonido más natural en el contexto de una configuración de altavoces determinada. De ahí la relevancia que tiene la topología de filtrado incorporada en la realización más novedosa de Sonus Faber: la columna Maxima Amator.
Un recinto exquisito y un filtro divisor de frecuencias altamente creativo
Integrada en la “colección” Heritage, la Maxima Amator es una elegante columna que lleva a su máxima expresión el concepto de sistema de altavoces de dos vías, a menudo considerado el más puro desde el punto electroacústico y que, en cualquier caso, ha sido uno de los pilares de identidad de marca más sólidos en Sonus Faber. Lo primero que hay que tener claro es que no estamos ante una versión “en formato columna” de la Electa Amator III, sino de un exhaustivo rediseño de esta última, siendo los únicos elementos comunes por un lado la filosofía “Heritage” en lo que respecta a la concepción, y, por otro, los transductores empleados. Así, tenemos un recinto de nogal macizo cuya puesta a punto ha sido posible gracias al uso de sofisticados procesos de tratamiento de la madera, que han proporcionado a la firma italiana la capacidad requerida para fabricar una columna extremadamente fiable y superar las limitaciones estructurales de la madera maciza. También se ha prestado una atención extrema a la hora de definir los volúmenes internos del mencionado recinto, que ha sido dividido en tres cámaras separadas diseñadas para incrementar la rigidez de la estructura, minimizando a la vez las resonancias y blindando el filtro divisor de frecuencias (alojado en una cámara dedicada visible desde el panel posterior de la Maxima Amator).
En lo que respecta a los altavoces, se utilizan, como decíamos anteriormente, los mismos que en la Electa Amator III, es decir, un tweeter DAD (“Damped Apex Dome”) de 28 mm de diámetro con imán de neodimio y cámara posterior construida en madera de abeto maciza y un “midwoofer” cuyo cono de 180 mm está fabricado en una mezcla de pulpa de celulosa y fibras naturales secada al aire. La Maxima Amator se completa con una innovación clave que determina en buena medida su inconfundible personalidad sonora: un filtro divisor de frecuencias con un diseño circuital rompedor que responde a la denominación IFF, siglas de “Interactive Fusion Filtering”. La IFF se materializa en una configuración que prescinde de la topología de primer orden clásica utilizando funciones de transferencia no convencionales basadas en el concepto de pendientes de corte progresivas aceleradas de Sonus Faber.¿Qué significa esto? En esencia, el uso combinado de pendientes de corte muy suaves y abruptas, de tal modo que las primeras se utilicen en la región de corte propiamente dicha y las segundas fuera de la misma, con el fin de asegurar una transición sin fisuras entre transductores y que el funcionamiento de uno no interfiera en el otro. A efectos prácticos, lo más importante es saber que la tecnología IFF viene a ser un “afinado” del enfoque utilizado por la marca italiana en el diseño de filtros de frecuencias durante los últimos 15 años.
El sonido: delicadas sutilezas que marcan la diferencia
Probamos la primera pareja de Maxima Amator que llega a nuestras salas de audición con el mismo amplificador que las Electa Amator III, es decir, el soberbio modelo Integrated de la alemana Brinkmann, cuyos 100 vatios continuos por canal sobre 4 ohmios van como anillo al dedo a la Sonus Faber. Como fuente hemos elegido el flamante lector digital SACD 30n de Marantz, mientras que las diferentes conexiones han sido confiadas a los sensacionales Transparent Ultra de 5ª Generación.
Con un rodaje de apenas 100 horas, las Maxima Amator ya logran transmitir de inmediato esa sensación de familiaridad, sobre todo en la escucha de piezas ejecutadas con instrumentos acústicos, que tan bien define el sonido de los modelos más tradicionalistas de Sonus Faber. Una musicalidad materializada en la perfecta estructuración por capas (armónicas, espaciales y dinámicas) de las diferentes interpretaciones y una tímbrica global que invita a sumergirse en la música durante largas horas. La respuesta en graves es casi perfecta a nivel subjetivo, mientras que las zonas media y alta del espectro se benefician de los buenos oficios de una circuitería de filtrado de la que salta a la vista que ha sido afinada pensando más en lo emocional que en lo puramente técnico. Todo ello convierte a la Maxima Amator no solo en un nuevo clásico de Sonus Faber, sino en un producto de inequívoca vocación atemporal.