Un excelente trabajo el realizado por los ingenieros de Musical Fidelity para poner a punto el que sin lugar a dudas es uno de sus componentes digitales más logrados: el procesador digital de audio M6x DAC. Integrada, como indica su nombre, en la versátil gama M6 de la de veterana firma británica, esta exquisita y muy completa electrónica es una herramienta idónea a fin de “musicalizar” el sonido de un amplísimo espectro de contenidos digitales. Sus “armas” para lograrlo son inequívocamente puristas y entroncan con la mejor tradición de Musical Fidelity, convertida desde hace sus buenas tres décadas en uno de los iconos del celebrado “sonido británico”: “chips” de conversión D/A de grado audiófilo, transformadores ultrasilenciosos, placas de circuito impreso de alta calidad con trayectos de señal optimizados y un amplio etcétera.
Todo ello ha hecho al M6x DAC merecedor de uno de los codiciados Premios EISA (siglas de Expert Imaging and Sound Association) de este año, concretamente al Mejor DAC, valorado por el jurado la citada organización en los siguientes términos: “Firmado por un pionero en materia de DAC, el M6x DAC de Musical Fidelity es un digno sucesor del modelo Digilog con el que todo empezó en 1988. Detrás de su chasis de aluminio, discreto pero finamente construido, hay un montón de potentes soluciones de ingeniería, entre ellas un reloj de sincronismo hecho a medida y un par de “chips” de conversión D/A de última generación firmados por ESS que funcionan como un diseño doble monofónico compatible con contenidos en alta resolución a 32 bits/768 kHz y DSD512. Cuando se pone en marcha, el Musical Fidelity ofrece una imagen sonora y un nivel detalle asombrosamente introspectivos, con ocho filtros disponibles que el usuario ajuste el sonido a sus gustos. Por su parte, las entradas disponibles -USB-B y AES/EBU incluidas- cubrirán prácticamente todo tipo de fuentes digitales. Y el M6x DAC no sólo es un excelente complemento para un sistema de separación con componentes separados basado en cajas acústicas, sino que también incorpora un amplificador de auriculares de alta calidad...”
Rigor objetivo y un punto de “alquimia”: la clave de la excelencia en audio
El determinismo de lo digital –“los números nunca engañan”- suele inducir a equívocos en muchos amantes del buen sonido, por cuanto éstos piensan que el carácter matemático que ello comporta hace que todo sea coser y cantar cuando de diseñar un determinado producto se trata (como por ejemplo un procesador digital de audio o DAC) y la verdad es que tal razonamiento es, aunque bien fundamentado, del todo erróneo. De entrada, bien está saber que en comparación con los amplificadores analógicos, los DAC’s presentan sus propios desafíos en términos de diseño, ya que ambos trabajan en dominios diferentes, tienen sus propias exigencias y necesitan ser tratados en consonancia.
Así, las necesidades de un procesador digital de audio en materia de alimentación son muy concretas y, por lo tanto, las soluciones diseñadas para los amplificadores no exhibirán unos resultados similares cuando sean aplicadas a una circuitería digital. Lógicamente, este razonamiento también se traslada al ámbito de los circuitos propiamente dichos, lo que implica trabajar a fondo tanto la configuración física de los mismos (lo que se conoce como topología) como la construcción, si procede, de la placa de circuito impreso para satisfacer de manera apropiada cada aplicación. Luego habrá que efectuar las preceptivas mediciones y, finalmente, las pruebas de escucha que confirmarán –o no- la validez de todo lo hecho. Si todo ha ido bien, el resultado final será un producto capaz de ofrecer al oyente en su propia casa una sensación palpable del lugar en el que se realizó cada grabación, un lugar que coloca a los intérpretes en un espacio tridimensional perfectamente estructurado.
M6x DAC: un torbellino de refinamientos que se hacen notar
Premio EISA aparte, está claro que los creadores del protagonista del presente Blog tenían muy claro el valor de su obra una vez completada, al considerarlo poco menos que un hito dentro de la rica historia de Musical Fidelity por el concentrado de refinamientos técnicos que alberga en su interior. Hablamos de una nueva circuitería de conversión D/A con arquitectura en Modo Diferencial Doble o el innovador transformador de alimentación Super Silent encapsulado, sin olvidar mejoras sustanciales en el firmware, la siempre atractiva homologación Roon Tested o la compatibilidad con archivos MQA. Entrando más a fondo en los detalles de este DAC, hay que destacar en primer lugar el uso (después de múltiples pruebas de escucha) del nuevo “chip” de conversión D/A ES9038Q2M, integrado en la prestigiosa gama Sabre de ESS Technology.
En concreto, se utilizan dos unidades del mismo montados en modo diferencial doble con el fin de lograr las prestaciones propias de un diseño doble monofónico puro, unas prestaciones que son reforzadas por la presencia de un esquema exclusivo de la firma californiana: el Time Domain Jitter Eliminator. En concreto, los excelentes registros aportados por el citado esquema en parámetros como la relación señal/ruido y el nivel de distorsión armónica total+ruido tienen como resultado una respuesta a los transitorios increíblemente detallada. Otros avances incorporados en la sección DAC del M6x DAC son el remuestreo y el resincronismo, opciones ambas gestionadas por dos procesadores (un XMOS de 16 núcleos y un CPLD MAX II Altera) para garantizar en todo momento una musicalidad óptima. Por otro lado, tanto la salidas no balanceadas con conectores RCA como sus homólogas balanceadas con conectores XLR incorporan su propia etapa separadora a fin de maximizar las prestaciones sonoras mediante la combinación de un ruido extremadamente bajo, una gran amplitud de salida y una elevada capacidad de manejo de corriente.
El M6x DAC también incluye una placa de circuito impreso dedicada y un potente amplificador de auriculares con funcionamiento en Clase AB y topología de alimentación de corriente, cuya gama dinámica es de nada menos que ¡128 dB! Compatible con archivos digitales codificados en PCM hasta 32 bits/768 kHz y DSD hasta DSD512, el Musical Fidelity es además altamente personalizable en términos de sonido gracias a 7 opciones de filtrado digital seleccionables por el usuario. Y, muy importante, está, al contrario que su predecesor, fabricado en la Unión Europea.
Calidez y definición perfectamente armonizadas
Probamos el M6x con un equipo formado por un amplificador integrado M9xi de Musical Fidelity, una mecánica de transporte SACD/CD McIntosh MCT500, un ordenador portátil Apple Mac Pro y una pareja de cajas acústicas Sonus Faber Sonetto VIII, todo ello cableado por la alemana In-Akustik.
La musicalidad del M6x DAC se percibe de inmediato con la escucha de un humilde CD, del que extrae un torrente de sutilezas armónicas combinadas con una presentación espacial rebosante de aireación y una dinámica con su paleta de contrastes muy bien dosificada. Evidentemente, el paso a la “Hi-Res”, empezando con grabaciones codificadas en PCM a 24 bits/192 kHz y terminando por nuestros registros en DSD256 favoritos, realza nuestra sensación anterior manteniendo en paralelo una personalidad sonora (que puede modificarse sutilmente vía selección del filtro digital de nuestro agrado) en la que definición/resolución “digital” y calidez “analógica” van cogidas de la mano.