
No hay en el mundo del audio multicanal/Cine en Casa de alto nivel muchas etapas de potencia con arquitectura circuital “clásica”, léase con funcionamiento en Clase AB y subsistema de alimentación lineal, con una configuración interna de 11 canales de alta salida y elevada capacidad dinámica. Por decirlo con otras palabras, amplificadores de alma High End/audiófila/purista a la manera tradicional, pero aplicada a dotar de músculo a un equipo de audio 3D de, por ejemplo 7.2.4 canales. Pues bien: esto es exactamente lo que nos propone la M6x 250.11, una de las electrónicas más recientes comercializadas por la veterana y prestigiosa Musical Fidelity, a su vez marca icónica donde las haya del conocido como “sonido británico (o inglés)”.
Estamos ante un producto de impactante diseño industrial, cuyo interior alberga los elementos más representativos de la firma (integrada desde hace unos pocos años en la austriaca Pro-Ject Audio Systems) para entregar nada menos que 250 vatios continuos en cada uno de los tres canales principales y 150 vatios, también continuos, en cada uno de los ocho canales restantes. El resultado es una sonoridad deslumbrantemente “Hi-Fi” con todo tipo de contenidos audiovisuales que, en el caso concreto de las películas, aporta una naturalidad, una expresividad y una calidez de las que a menudo carecen las amplificaciones destinadas prioritariamente al audio envolvente en sus facetas multicanal “clásica” y multidimensional o 3D.
El Cine en Casa con mayúsculas exige músculo con mayúsculas
Hay que tener muy claro que si el procesador es el centro neurálgico de un conjunto de Cine en Casa, la etapa de potencia es su “capataz”, por cuanto es el responsable de controlar el componente individual más importante del mismo: la caja acústica. Recordemos que las cajas acústicas no se limitan a aceptar de forma pasiva lo que le envía el amplificador… de hecho, se resisten (de ahí el término “impedancia”). Para complicar las cosas aún más, las cajas acústicas exhiben otras características que hacen que resulte difícil gestionarlas, generando incluso una señal que vuelve al amplificador. En consecuencia, ¿cómo puede un amplificador funcionar adecuadamente bajo estas condiciones? La respuesta es simplemente que algunos no pueden.
Hay amplificadores que son realmente inestables cuando son forzados, hasta el punto de que distorsionan seriamente el sonido, y en las situaciones más extremas pueden destruirse literalmente, al intentar excitar con holgura una caja acústica particularmente difícil. La respuesta a estos problemas reside en el balance entre la etapa de salida de un amplificador y su fuente de alimentación. Si la fuente de alimentación está en el principio de las posibilidades de un amplificador, es la etapa final de este último la que transmite este potencial a las cajas acústicas “reales”. No obstante, las fuentes de alimentación verdaderamente buenas son caras, ya que aseguran que el amplificador pueda transmitir el “músculo” adecuado a cada canal (o, muy importante, a todos los canales a la vez) en cuanto le sea requerida. Una alimentación inadecuada se traduce simplemente en distorsión, que en ocasiones puede ser muy severa. Llegados a este punto, ¿qué deberíamos buscar en un amplificador?
En primer lugar, la capacidad de atacar la totalidad de las cajas acústicas de nuestro equipo para que proporcionen niveles de presión sonora con los que nos sintamos cómodos. En otras palabras, ¿posee un amplificador la “fuerza” suficiente? ¿Es capaz de entregar su potencia nominal (la anunciada por el fabricante) a varias cajas acústicas a la vez? Para algunos, en especial quienes viven en pisos o apartamentos, las exigencias referentes al parámetro comentado son comparativamente modestas, pero quienes insisten en experimentar en una sala de grandes dimensiones y sin limitaciones la fuerza de un terremoto, las necesidades en términos de energía disponible (puesto que en el fondo de eso se trata) serán mucho más importantes.
M6x 250.11: una fusión espléndida de potencia real y musicalidad Hi-Fi
Una estética elegante y minimalista, una robusta construcción enteramente metálica (¡casi 36 kilos de peso!) y una dotación de conexiones que incluye entradas balanceadas y no balanceadas para cada canal, son la antesala de la Musical Fidelity M6x 250.11, una etapa de potencia de última generación equipada con algunas de las soluciones de ingeniería que más prestigio han dado a la veterana firma británica. Como su nombre sugiere, dispone de una topología de 11 canales materializada en una estructura formada por 7 módulos de amplificación en Clase AB independientes. En lo que respecta a la salida disponible, los 3 módulos correspondientes a los canales frontales principales (izquierdo, frontal y derecho) son monofónicos con 250 vatios continuos sobre 4 ohmios cada uno, mientras que los 4 restantes, de tipo estereofónico, suministran 2x150 vatios continuos cada uno destinados a los canales de efectos, “clásicos” y 3D (Dolby Atmos, DTS:X, Auro-3D).
Hablamos siempre de potencia real y, por supuesto, con el 100% de los canales excitados, motivo por el que la M6x 250.11 incorpora una opulenta fuente de alimentación protagonizada por dos imponentes y extremadamente silenciosos transformadores toroidales de grado audiófilo con su propio encapsulado. Gracias a ello, se asegura un “músculo” excepcionalmente limpio maximizándose a la vez el nivel de detalle y, por cortesía una elevada capacidad de manejo de corriente, la gama dinámica. Además, el cuidado diseño del esquema de disipación térmica de la Musical Fidelity elimina la necesidad de recurrir a ventilación forzada, al mantener siempre bajo control la temperatura de funcionamiento. La M6x 250.11 se completa con una entrada/salida para señal de disparo de 12 V y terminales de conexión de alta calidad para las cajas acústicas asociadas. Por lo demás, sus 11 canales ponen en manos del usuario unas amplias opciones de configuración, multiamplificación de cajas acústicas incluida si nuestro equipo de Cine en Casa trabaje con un número de canales inferior.
El sonido: auténtica polivalencia música/cine en clave 100% High End
Para probar la M6x 250.11 la asociamos, en una combinación de 7.2.4 canales, a un preamplificador/procesador de A/V Anthem AVM 90, siendo los 7 canales de sonido envolvente “tradicionales” reproducidos por cajas acústicas de la gama Lumina de Sonus Faber (dos Lumina V para los canales principales, una Lumina C para el canal central y cuatro Lumina II para los efectos laterales y posteriores) y los 4 canales “3D” por tres Sonus Faber Palladio PC-562, confiándose el extremo grave a 2 subwoofers activos Gravis II de la propia marca italiana. Como fuente de audio y vídeo optamos por un reproductor de Blu-ray Disc 4K Reavon UBR-X110 y para la visualización de imágenes por el imponente y ultramoderno videoproyector Sony VPL-XW5000ES.
Para las conexiones se utilizaron modelos de la alemana In-Akustik. Dos son los elementos sobresalientes aportados por la M6x 250.11 al conjunto descrito: en primer lugar una calidez simple y llanamente “Hi-Fi” en el sentido más exquisito del término. Esto significa precisión tonal y alta capacidad de análisis de microinformaciones, aderezadas por la agilidad dinámica (aquí el muy bajo ruido de fondo de la fuente de alimentación desempeña un papel crucial) consustancial del ADN de Musical Fidelity. En segundo lugar, la disposición de canales empleada hace que la separación entre los mismos se haga notar en la forma de una presentación sonora verdaderamente holográfica (y en consecuencia poderosamente inmersiva y envolvente) de todo tipo de contenidos cinematográficos y musicales. La conclusión de lo dicho es obvia: la M6x 250.11 es uno de los amplificadores multicanal más rabiosamente musicales, en términos absolutos, que hay ahora mismo en el mercado mundial. En suma, una electrónica digna del legado de Musical Fidelity.