OS Screen: Excelencia en imagen gracias a una tecnología superior
Toda una revelación, incluso para nosotros. Es nuestra percepción inmediata después de evaluar con contenidos 4K y Full HD algunas de las pantallas para videoproyección más recientes de OS Screen, con mención especial para el modelo PA-150. Refinamiento tecnológico y calidad de fabricación que las sitúan en la cúspide de los productos de su clase. Sí, nos reafirmamos en ello: en la cúspide… gracias a su apuesta por la tecnología más avanzada en materiales e ingeniería. Sin lugar a dudas, el arma definitiva para que el High End cinematográfico tenga sentido.
Perfeccionismo nipón al servicio del mejor Cine en Casa
Resulta interesante comprobar que, a estas alturas, con la alta definición plenamente consolidada y la que aspira a sustituirla (la UHD/4K) realizando ya movimientos muy importantes entre los fabricantes de hardware y proveedores de contenidos, que, para muchos amantes del Cine en Casa, la pantalla de proyección merezca mucha menos atención que los demás componentes de la cadena de reproducción de la imagen grabada. Y, sin embargo, hay que tener en cuenta que la citada pantalla viene a desempeñar en la citada cadena el mismo papel que las cajas acústicas en su homóloga de audio. Por lo tanto, si todo el mundo está de acuerdo en la importancia fundamental de las cajas acústicas a la hora de reproducir la música, ¿por qué no hacer lo propio con la pantalla de videoproyección en el momento de reproducir una película, un concierto de música o una ópera? Nosotros siempre lo hemos tenido muy claro y consideramos que marcas como OS Screen llevan hasta el límite el cuidado y la búsqueda del detalle en el parámetro imagen de aquellos equipos que realmente aspiran a convertir nuestra sala de estar –o sala dedicada si es posible- en la mejor de las salas cinematográficas.
Quizá muchos aficionados desconozcan que la fabricación de pantallas de proyección es un arte en sí misma pese a su evidente simplicidad formal. Y cuando decimos “arte” queremos decir “alta tecnología”, porque cuando visionamos la imagen procedente de un videoproyector, en realidad estamos viendo dicha imagen “reflejada” por la pantalla, lo cual implica respetar unos parámetros muy precisos en términos de ganancia y uniformidad: la pantalla no debe “comerse” o potenciar en exceso la luminosidad y la luz disponible tiene que ser la misma en los extremos y en la periferia. Si algo falla, la penalización puede ser nefasta: menos gama dinámica y, por tanto, menos contraste por un lado y/o desnaturalización de los colores por otro. Dicho con otras palabras, la destrucción parcial o completa del objetivo que debe cumplir todo equipo de visualización de imágenes de alta calidad que se precie. Incluso la parte de audio puede verse afectada si las necesidades de nuestro equipo nos obligan a colocar la caja acústica central (o la totalidad de las cajas frontales) detrás de la pantalla de proyección, ya que, si esta última no ha sido debidamente diseñada, es posible que atenúe el sonido.
Pantallas de proyección: un mundo en sí mismo
Vayamos primero a lo general. En función de nuestras necesidades, hay pantallas fijas, desplegables (tanto manuales como motorizadas) y pantallas que permiten al usuario seleccionar entre diferentes relaciones de aspecto. Hay incluso pantallas planas y curvadas con una relación de aspecto de 2.35:1, que pueden ser utilizadas con una lente anamórfica, o videoproyectores compatibles con dicho formato por métodos electrónicos. En consecuencia, a la hora de completar un sistema de Cine en Casa hay que escoger, en primer lugar, el tamaño de la pantalla y, a continuación, seleccionar bien una pantalla fija o desplegable, con relación de aspecto panorámica y con una ganancia que variará en función del modelo elegido pero que, en principio, nunca debería ser ni mucho mayor ni mucho menor que 1 (estamos hablando de cine, no de una presentación de empresa). Por otro lado, si la pantalla es desplegable y va a estar montada en el techo, habrá que asegurarse de que el material negro situado sobre la misma baje lo suficiente para que la pantalla se sitúe hasta la altura deseada por el usuario. Con respecto a la crítica ganancia, hay que saber que mide lo bien que el material utilizado en una pantalla refleja la luz.
A su vez, otro parámetro clave, la difusión, es una medida del grado de dispersión de la luz a lo largo del área de visionado. La ganancia es determinada como una referencia contra una placa de color blanco (óxido de magnesio) y se mide desde el punto con más brillo de la pantalla, que está situado frente al videoproyector (es decir la fuente de luz) y es perpendicular a su superficie. Una pantalla que refleja el 80% de la luz reflejada por la placa de referencia de blanco tiene una ganancia de 0’8. Por el contrario, si una pantalla refleja el 150% de la luz que incide en la citada placa, su ganancia es de 1’5. De aquí se pueden ya sacar conclusiones prácticas en función de cuáles sean nuestras necesidades.
Por regla general, la ganancia es inversamente proporcional al ángulo de difusión de la pantalla. Expresado en otros términos, cuanto mayor sea la ganancia, más estrecha será el área de visión de la que dispondremos. Cuando la luz impacta en la pantalla, se dispersa en muchas direcciones. Un espectador situado en el extremo izquierdo o derecho de la pantalla verá una imagen que será aproximadamente la mitad de brillante que la percibida por otro espectador que esté sentado frente a la parte frontal de la pantalla. Esto es lo que se conoce como límite del “ángulo de visión” de la pantalla. Así, si una pantalla tiene un ángulo de visión de 120º, significa que un espectador puede desplazarse 60º en cualquier dirección partiendo del centro y seguir percibiendo una imagen cuyo nivel de brillo sea la mitad de una vista en la zona central de dicha pantalla. Todo esto tiene consecuencias prácticas que dependerán de los materiales empleados en la fabricación de la pantalla propiamente dicha. Por otro lado, y, como ya hemos comentado, el material empleado para fabricar una pantalla perforada o de fibras entrelazadas siempre tendrá algún efecto en el sonido procedente de cualquier caja acústica colocada detrás de la misma. De ahí soluciones tan elaboradas como el tejido SoundMat desarrollado por OS Screen, que no sólo respeta escrupulosamente la calidad sonora en términos puristas, sino que su homologación THX garantiza su perfecta “sintonización” con los requerimientos de la industria cinematográfica. Llegados a este punto, nos gustaría transmitirles qué es lo que hace posible la mencionada “sintonización” porque, en cierto modo, es lo que diferencia la calidad de imagen propia de una presentación comercial, que caracteriza a muchas pantallas, de la casi imagen “fotográfica” que se obtiene con los diseños de OS Screen.
Una superioridad basada en la tecnología
Repasando lo comentado anteriormente, es evidente que el “Santo Grial” de una visualización de imagen a tamaño natural pasa por conseguir la luminosidad adecuada y, muy importante, hacer que sea idéntica en todos y cada uno de los puntos de la pantalla. Un objetivo nada fácil de conseguir por los motivos antes expuestos y que se puede alcanzar con una cota de credibilidad muy elevada sólo si se utilizan soluciones realmente elaboradas. Y ahí es donde entra en juego el apabullante perfeccionismo de OS Screen, que, con sus modelos SoundMat, logra la cuadratura del círculo al conseguir la combinación óptima de materiales y estructuras para que los contenidos cinematográficos puedan reproducirse exactamente tal y como sus creadores lo idearon. Claro que a simple vista lo que se percibe es una tela impoluta, inmaculada, bien hecha… y poco más. Pero si nos adentramos en sus intimidades –para ello hay que utilizar instrumental potente- vemos, en primer lugar, que la estructura real de la superficie es entrelazada con el fin de reducir el molesto pixelado –crítico en 4K/UHD- y el molesto “efecto moiré”. Si observamos el gráfico adjunto, veremos que la SoundMat consta en realidad de cuatro capas, cada una de ellas con una función claramente definida.
De entrada, la parte más “obvia” es, por supuesto, la superficie reflectante con la que se presenta la pantalla. A continuación, tenemos un revestimiento que protege la pantalla y, justo después, una capa de material textil especial detrás de la cual figura una última y finísima capa de acero obtenida mediante pulverización catódica y cuya “misión” es bloquear la luz que se haya podido perder y la luz reflejada. Todo ello con el fin de mejorar la relación de contraste y la definición de la imagen. De la sofisticación tecnológica extrema que maneja OS Screen habla por sí sola el hecho de que la mencionada técnica de “metalización” se aplica a nivel atómico y molecular. Puestos a rizar el rizo, la estructura entrelazada de la SoundMat se completa con un tratamiento a base de pigmentos combinados para hacerla más “plana”, lo que a su vez permite aumentar el ángulo de visión. ¿Y qué se consigue con este “mix” de refinamientos técnicos? Pues una ganancia que se adapta como un guante a las especificaciones establecidas por THX en íntima conexión con la industria cinematográfica y que es de 0’58 a 85 grados con respecto al punto central (que es el de luminosidad máxima), mientras que el nivel de pico es extraordinariamente regular, con un valor jamás superior ni inferior en un 10% a 0’76. En la práctica, esto se traduce en una luminosidad prácticamente idéntica en todos y cada uno de los puntos de la pantalla; en definitiva, una muy lograda aproximación al ideal teórico.
A un nivel menos complejo, pero igualmente refinado se sitúan otros diseños de tipo difusivo de OS Screen, como son el Pure Mat III Cinema, el Pure Mat III, el Pure Mat II EX,el Pure Mat II Plus y el White Mat. De nuevo, una elaborada estructura multicapa con materiales cuidadosamente elegidos marca la diferencia. Así, en la Pure Mat III Cinema se utiliza un doble trenzado de fibra de vidrio con poliéster y un revestimiento posterior en negro para conseguir una ganancia de 1+/-1% a 3 grados, que se reduce a la mitad a partir de 60 grados. El nivel de exigencia es aquí inferior al de la SoundMat, pero la calidad global es perfectamente comparable. Luego, para condiciones de visionado/aplicaciones distintas, OS Screen ha creado pantallas de tipo reflectante muy depuradas, como la Ultra-beads, cuya estructura combina una película transparente, un “collar” de microscópicas lentes ópticas (en vez del más tosco PVC), un revestimiento frontal de uretano, una fina lámina de tejido de vidrio y un revestimiento posterior también de uretano. El resultado es una ganancia de 1’5+/-10% a 5 grados que se reduce a la mitad a partir de 16grados, unas características que resultan idóneas para presentaciones en salas parcialmente iluminadas o incluso con iluminación normal.
Fidelidad absoluta en Full HD y 4K
La traducción al mundo real de lo que acabamos de comentar es una gama de pantallas de proyección destinadas a aplicaciones cinematográficas domésticas de alto nivel, que apuesta mayoritariamente por los diseños con microperforaciones. Un ejemplo perfecto lo tenemos en el modelo PA-150, que con unas dimensiones de visión útil de 2.657x1.497 mm en formato 16:9, y una ganancia de 0’8, constituye una herramienta idónea para el visionado de películas a tamaño real. Microperforada, con tela SoundMat y una calidad de fabricación excelsa… por más señas, japonesa. La coherencia de la gama de OS Screen queda demostrada por el hecho de que en la misma hay modelos más compactos y asequibles que la PA-150, pero que, sin embargo, exhiben el mismo nivel de sofisticación técnica y la misma calidad de fabricación. ¿Un ejemplo? La PA-080, con superficie de proyección útil de 1.771x996 mm y la misma ganancia.
Dicho lo anterior, evaluamos la PA-150 con un videoproyector Sony VPL-VW300ES y un reproductor universal “HD” Primare BD32 MKII ,acompañados por un receptor de A/V Marantz SR7009 y un conjunto de cajas acústicas de la gama Revolution XT de Tannoy. Cables Van den Hul en audio e In-Akustik en vídeo.
Resulta fascinante comprobar hasta qué punto los diseñadores de OS Screen han afinado el potencial de sus pantallas de proyección para convertirlas en un producto radicalmente nuevo, en un componente con personalidad propia, y, lo que es más importante, perceptiblemente superior a la práctica totalidad de sus competidores directos. Así, la PA-150 preserva la luminosidad –tanto en Full HD como en 4K- manteniendo, a la vez, la relación de contraste, lo que tiene como resultado unas imágenes con un relieve superior y, por tanto, con una gama dinámica “subjetiva” mayor. Otro elemento espectacular lo percibimos en la gradación y la suavidad de los colores, más ricos en matices y mucho más naturales, a lo que se suman unos contornos muy bien definidos y una transición de colores entre los mismos absolutamente realista. En función de la grabación elegida, incluso los negros son más negros, consiguiéndose que las escenas nocturnas de grabaciones tan cuidadas como el “Cuento de Navidad” se perciban casi como “negras del todo” y no con el clásico gris muy oscuro cuando el visionado se lleva a cabo con una total ausencia de luz. Y, además, tanto en 2D como en 3D. El “rico” lo percibimos concentrándonos en las esquinas de la pantalla y las zonas situadas en las zonas más alejadas del centro de la misma: las diferencias de luminosidad apenas son apreciables. En suma, cine en estado puro, como en la mejor sala profesional, gracias a un cuidado por los detalles que convierte a OS Screen en el no va más del momento en pantallas de proyección para aplicaciones domésticas.