La idea de aprovechar lo mejor de las válvulas de vacío y los transistores con el fin de “motorizar” un sistema de sonido de referencia siempre ha resultado de lo más apetitoso para muchos puristas del audio. Pero la legendaria firma estadounidense McIntosh, especialista donde las haya en amplificación de altos vuelos destinados a aplicaciones domésticas, dio un paso más allá con su monumental y exclusivísima etapa de potencia MC901: concentrar ambas opciones en un único aparato.
La flamante MC451 se aprovecha de la misma filosofía, materializada en el esquema “Hybrid Drive”, que vendría a ser algo así como “Tracción Híbrida”, con el objetivo de poner la singularidad de su hermana mayor al alcance de un mayor número de entusiastas del sonido absoluto. Todo ello, por supuesto, sin renunciar a una serie de atributos que lo sitúan en la cúspide de las realizaciones de su clase: vatios en abundancia, soluciones circuitales muy elaboradas, componentes de la máxima calidad, una estética inconfundible y, como colofón, una fabricación enteramente individualizada en Estados Unidos, rematada por la leyenda de una marca que el próximo año cumplirá el 75º aniversario de su fundación. Una electrónica, en definitiva, única en su especie, que además define una nueva categoría de producto: lo que se podría llamar “etapa de potencia monofónica doble”.
“Hybrid Drive”: una idea clásica ejecutada con tecnología punta
Decimos “clásica” cuando quizá lo correcto sería “largamente acariciada”, puesto que lo verdaderamente difícil de aunar válvulas y transistores en la etapa de amplificación es precisamente armonizar ambos dispositivos en la circuitería pertinente, a fin de que puedan aprovecharse plenamente las características de cada uno en términos de sonido.
En este sentido, no está de más recordar que la clave de tales características radica, sin que ello sea una ley inmutable, en el comportamiento de los dispositivos en cuestión a la hora de tratar señales de audio, por cuanto los “solid state” tienden a favorecer los armónicos de orden impar (que suelen aportar aspereza), mientras que los de vacío hacen lo propio con los de orden par (portadores de calidez). Es en estas coordenadas que McIntosh sitúa su tecnología “Hybrid Drive”, siendo el elemento que marca la diferencia la presencia de los dos tipos de amplificación mencionados en, repetimos, un mismo aparato. Tal y como la firma de Binghamton muestra con claridad meridiana en su página web, a nivel formal el esquema en cuestión se organiza en cinco pasos, siendo el primero de ellos, lógicamente, la entrada de la señal de audio procedente del preamplificador.
A continuación, y basándose en los ajustes de una circuitería de filtrado dedicada, las frecuencias bajas son enviadas a la sección “solid state” y sus homólogas medias y altas a la “tube”. La tercera etapa de la “Hybrid Drive” consiste en amplificar las zonas media y alta del espectro por la circuitería “tube” de nuestro amplificador, mientras que en la cuarta se hace lo propio en la transistorizada, con las octavas inferiores. Finalmente, las frecuencias biamplificadas excitan una caja acústica compatible con el fin de explotar plenamente la reconocida suavidad de las válvulas de vacío en la restitución de medios y agudos y el poderío y la pegada de los transistores en los graves.
MC451: un auténtico lujo para los melómanos y audiófilos más exigentes
La escucha: eclecticismo conceptual, magnificencia musical
Probamos la MC451 acompañada por un preamplificador a válvulas con funcionalidad DAC McIntosh C2700, un previo de fono MP1100 de la misma marca, un giradiscos Brinkmann Spyder con cápsula de bobina móvil Ortofon MC Windfeld Ti, nuestro habitual Apple Mac Book Pro y una pareja de cajas acústicas Sonus Faber Amati G5, habiéndose cableado el conjunto con Transparent Ultra de 6ª Generación. El fabricante especifica una respuesta en frecuencia de 10-100.000 Hz en la parte a transistores y de 10-70.000 Hz en la de transistores, siendo la relación señal ruido de, respectivamente, 112 dB y 118 dB, valores a todas luces sobresalientes.
Esto nos lleva directamente al primer atributo de la MC451 en términos de sonido: su excepcionalmente bajo ruido de fondo, con lo que ello conlleva en definición, apertura escénica y dinámica. A continuación, los dos bloques que la componen hacen su trabajo magistralmente, con unas voces dulces y melodiosas que se complementan con unos agudos rebosantes de matices armónicos y unos graves monumentales en estructura física y precisión tonal. Además, ello se consigue realizando muy pocos ajustes en el filtro, algo que los amantes de la excelencia técnica que tengan alergia a las complicaciones técnicas agradecerán. En síntesis, un producto extraordinario en el sentido literal de la palabra: “fuera de lo ordinario”.