
Hay momentos en los que cuesta encontrar el término adecuado para calificar algo que se sitúa, sin discusión, fuera de los caminos trillados. En el ámbito del audio doméstico sin compromiso, no nos cabe la menor duda de que la etapa de potencia monofónica MC1.25KW de la estadounidense McIntosh encaja a la perfección con estas coordenadas. El motivo es bien simple: estamos ante una electrónica que concentra todo el saber de una marca verdaderamente legendaria en topología circuital, componentes, construcción mecánica y, sobra decirlo, en sonido.
Porque no son sólo los 1.200 vatios continuos que entrega y el uso de carga por transformadores de salida lo que impresiona de esta etapa de potencia “solid state” superlativa, sino la sensación de fuerza y control ilimitados que desprende cuando se conecta a la más exigente de las cajas acústicas. Todo ello con el añadido de una presencia que impone desde el primer momento por su contundencia (451 mm de ancho por 313 mm de alto y 559 mm de profundidad más casi 72 kilos de peso no pasan desapercibidos) y esa estética icónica, materializada en la legendaria combinación de vidrio tratado y vúmetro analógico con retroiluminación azul que preside su panel frontal. En suma, una máquina que define su propia leyenda.
Potencia de salida de calidad y en abundancia, una garantía de musicalidad
Esto significa que hay una relación íntima entre sensibilidad de la caja acústica y potencia del amplificador asociado a la hora de conseguir el nivel de presión sonora que buscamos en nuestra escucha. Lo que acabamos de decir significa que, por ejemplo, si queremos 110 dB continuos para escuchar un concierto de rock en condiciones ”del mundo real” necesitaremos muchos más vatios de amplificación con una caja acústica de, por ejemplo, 90 dB/W/m de sensibilidad que con una de 100 dB/W/m. Todo ello en el bien entendido de que la distorsión está completamente bajo control y dejando de lado las variaciones de impedancia de la caja acústicas, que en el caso de comportar un valor mínimo inferior a 3 ohmios implicará exigir a nuestro amplificador una corriente (para mantener la potencia de salida) que igual no podrá suministrar. Dicho esto, está claro que para que la Alta Fidelidad en la escucha de música sea digna de tal nombre hay que hacer muchos equilibrios, en especial si el espacio y el presupuesto disponibles son limitados.
Pero existe una “vía real” (con su precio) para obviar de un plumazo todas estas limitaciones: disponer de una electrónica cuya potencia de salida sea virtualmente ilimitada y por lo tanto pueda llevar hasta las últimas consecuencias las posibilidades de las cajas acústicas que se le pongan por delante. La etapa de potencia monofónica MC1.25KW de la neoyorquina McIntosh no sólo es una de dichas electrónicas, sino que lleva ese concepto de “amplificador sin compromiso” hasta sus últimas consecuencias
Tecnología con alma “valvular” para un amplificador “solid state” único
Completamente rediseñada a partir de la venerada MC1.2KW, la MC1.25KW es la etapa de potencia monofónica montada en un solo chasis más exclusiva de McIntosh, amén de uno de los amplificadores más exclusivos del mercado mundial. Al igual que la mencionada MC2KW, la MC1.25KW está basada en la innovadora arquitectura Quad Balanced de McIntosh, una declinación del concepto de topología circuital balanceada desarrollada por la firma estadounidense para resolver el que sin duda es el principal rompecabezas de la amplificación de audio: lograr una entrega de potencia máxima acompañada por una distorsión y un ruido de fondo mínimos.
Pero la singularidad tecnológica de la MC1.25KW no se detiene aquí, puesto que la McIntosh también incluye otro elemento de ingeniería único de la firma estadounidense: el uso de uno de los transformadores Autoformer en su sección de salida, es decir, la que envía potencia a las cajas acústicas. Gracias a ello, la MC1.25KW entrega un total de 1.200 vatios continuos a cargas de 8, 4 ó 2 ohmios con una distorsión prácticamente despreciable, a la vez que la introducción de mejoras tan relevantes con respecto a la antes mencionada MC1.2KW como el incremento del 50% en la capacidad de filtrado le permiten exhibir unos registros simple y llanamente deslumbrantes en parámetros como la reproducción del extremo grave y la gama dinámica.
Una calidad de fabricación sobrenatural rematada por una presencia única
La MC1.25KW también es singular en el ámbito de su construcción mecánica, como refleja la ubicación del citado Autoformer y el transformador de alimentación justo detrás del panel frontal, aunque montados ambos en recintos de nueva factura con un panel superior de vidrio para realzar la belleza global del conjunto. Otro elemento clave del exterior de la MC1.25KW son los cuatro disipadores térmicos Monogrammed Heatsinks exclusivos de McIntosh que incorpora, fabricados en materiales de alta calidad seleccionados por su excepcional conductividad térmica. Conectados a sofisticados transistores de salida de alta corriente que eliminan el tiempo de espera para alcanzar su equilibrio térmico, dichos disipadores están cubiertos con placas embellecedoras de ventilación fabricadas en aluminio a juego con el anillo embellecedor de aluminio del panel superior.
La MC1.25KW también incluye uno de los desarrollos técnicos más característicos -¡y veteranos!- de McIntosh: el efectivo sistema Power Guard para evitar que una posible saturación/recorte de la señal de audio dañe los altavoces de la caja acústica. Al Power Guard lo acompaña el más novedoso Sentry Monitor, un circuito de protección extremadamente rápido que desactiva la etapa de salida para evitar que la corriente sobrepase los límites de funcionamiento seguro. Ya para terminar, vale la pena destacar los tan bonitos como robustos y efectivos terminales de conexión Solid Cinch, de los que la MC1.25KW monta tres juegos para garantizar una adaptación óptima a la impedancia -8, 4 y 2 ohmios- de la caja acústica utilizada.
Un sonido absolutamente superlativo en poderío y sensibilidad
La combinación de dos MC1.25KW con un preamplificador a válvulas C2700 (que además incluye funcionalidad DAC) y un preamplificador de fono MP1100, ambos de la propia McIntosh, es la antesala de un fabuloso sistema que se completa con un giradiscos Brinkmann Spyder (equipado para la ocasión con una cápsula de bobina móvil Ortofon MC Windfeld Ti) y una pareja de cajas acústicas Aida de Sonus Faber, todo ello cableado con Transparent Ultra de 5ª Generación.
¿Qué decir de sonido? En principio, recordar que las Aida son capaces de soportar potencias continuas del orden de 1 kilovatio y que el ruido de fondo anunciado por McIntosh para la MC1.25KW es de 124 dB en modo balanceado (una cifra espectacular), lo que permite hacerse una idea bastante clara de lo que nos deparará la escucha. Pero no es así, porque la realidad supera nuestras expectativas, como consecuencia de una transparencia y un control que parecen de otro mundo, con un extremo grave visceral cuando la situación lo requiere. Por otro lado, la sensación de relajación absoluta que transmite el sonido por la total ausencia de restricciones en la entrega de potencia se combina con una escena sonora perfectamente estructurada en las tres dimensiones del espacio, que hace que los músicos “estén ahí”. Si a todo ello se le añade una curva tonal subjetiva perfectamente equilibrada sea cual sea el nivel de volumen, no cabe la menor duda de que con la MC1.25KW estamos ante poco menos que el ideal teórico en lo que a la relación caja acústica/amplificador se refiere.