
Reputada desde hace décadas por la excelencia sonora y la singularidad de sus cajas acústicas equipadas con transductores electrostáticos, campo en el que continúa siendo el líder indiscutido, la estadounidense MartinLogan dio en su momento un inteligente paso para ampliar el espectro de potenciales usuarios de sus productos en la forma de las gamas Motion y Motion XT. El motivo era bien simple: el particular patrón de emisión sonora de los altavoces electrostáticos implica unas exigencias en términos de espacio que no están al alcance de muchos aficionados. Las dos gamas mencionadas resolvían esta particular ecuación montando altavoces “tradicionales”, es decir, de tipo electrodinámico, aunque, por supuesto, apoyados por soluciones de ingeniería propias de la compañía fundada en Lawrencre, Kansas, en 1983.
Recientemente renovadas, las series Motion y Motion XT justifican el presente Blog, protagonizado por la espléndida columna F200 y máxima expresión de lo que la firma estadounidense hace ahora mismo en cajas acústicas “no electrostáticas” (recordemos que desde hace ya unos 30 años en el catálogo de la marca siempre hay modelos híbridos). El resultado es un exclusivo producto tecnicamente impoluto que brilla por su musicalidad, su versatilidad en términos de ubicación y su polivalencia música/cine.
Altavoces, ciencia de los materiales y astucias de ingeniería en cajas acústicas
Guardando ciertas distancias, puede afirmarse sin problemas que en el mundo de las cajas acústicas la clave de un sonido natural es muy similar a lo que se busca en un giradiscos, como no se cansa de afirmar el número uno mundial en la materia, la austriaca Pro-Ject: el control de las resonancias. A efectos prácticos, esto implica minimizar la distorsión de los transductores por un lado y, por otro, que la caja que los alberga sea absolutamente neutra desde el punto de vista mecanoacústico para que perturbe su emisión sonora. Es fácil deducir que lograr este aparentemente simple objetivo admite múltiples soluciones en función del presupuesto disponible para cada diseño. ¿Por qué? Porque tener calidad y cantidad a la vez comporta jugar con elementos que pueden llegar a ser muy caros dependiendo de su composición.
Lo mismo sucede con los recintos acústicos, por cuanto despojarlos de su tendencia natural a vibrar (tendencia que será mayor y más perjudicial para el sonido a medida que aumenten los niveles de volumen y graves) obliga a desarrollar soluciones de menor a mayor complejidad en lo que concierne a la estructura/composición de los paneles que los constituyen, la geometría del conjunto (dedicando, por ejemplo, “subrecintos” a cada uno de los transductores empleados) y el uso de refuerzos internos. También la parte “eléctrica” de una caja acústica, lease el filtro divisor de frecuencias o filtro, depende en buena medida de los materiales, en este caso los que se utilizan en componentes tales como condensadores, resistencias, bobinas, la placa de circuito impreso que los alberga e incluso el cableado interno y los terminales de conexión al amplificador de ataque. En definitiva, el tándem materiales-cajas acústicas da realmente para mucho, motivo por el que hay en el mercado tantas y tantas opciones para ese crítico eslabón final de cualquier sistema de Alta Fidelidad o Cine en Casa.
F200: un cóctel de tecnologías muy bien pensado
Es el producto que protagoniza el presente Blog un ejemplo casi “de libro de texto” de lo que acabamos de comentar. No en vano, la columna F200 es la máxima expresión del renovado concepto Motion XT de MartinLogan. La F200 es una soberbia columna bass-reflex de 3 vías/5 altavoces que se beneficia de una estética singular y unos parámetros técnicos superiores en comparacion con su antecesora, gracias al uso simultáneo de herramientas de diseño, fabricación y medición de última generación.
En el ámbito electroacústico, sin ir más lejos, hay que señalar en primer lugar el Gen2 Obsidian Folded Motion XT Tweeter, un sofisticado transductor de agudos de película fina y una serie de mejoras internas críticas, entre ellas la guía de ondas Folded Motion Waveguide y un motor más potente, que lo capacitan para ofrecer una limpieza, unos detalles, un control de la dispersión (por cortesia de un área emisiva un 40% superior a la de un tweeter Folded Motion) y una precisión que en opinión del fabricante son superados únicamente por sus legendarios paneles electrostáticos. En cuanto al altavoz de medios, monta, en una cámara hermética no-resonante, un diafragma de Kevlar reforzado con Nomex (especialmente inerte en términos acústicos), mientras que los tres woofers incluyen conos de aluminio y potentes imanes magnéticos que proporcionan delicadeza, profundidad y pegada a partes iguales.
La F200 se completa con dos puertos bass-reflex de emisión inferior dispuestos en una configuración que responde al nombre “Twin Cannon”, un avanzado filtro divisor de frecuencias con topología McCracken-Vojtko, una camara acústica de construcción antiresonante con panel frontal reforzado y los innovadores dispositivos de desacoplo/estabilización ajustables con tratamiento anti-vibración F.A.S.T. Todo ello para un lograr una estabilidad perfecta y una superior limpieza sonora al reducir la transferencia de energía de la caja al suelo.
Un sonido pletórico impoluto con una presentación espacial despampanante
Probamos las F200 en compañía de un amplificador integrado estereofónico con DAC Anthem STR Integrated Amplifier, un ordenador portátil Apple Mac Pro y un giradiscos Pro-Ject The Classic Evo equipado con una cápsula de bobina móvil Ortofon Quinet Black, habiendo sido la totalidad del cableado confiada a In-Akustik. Si prestamos un poco de atención a las especificaciones de la F200 suministradas por sus diseñadores vemos que la respuesta en frecuencia abarca desde 27 Hz hasta 25.000 Hz (+/-3 dB), registro que sugiere una curva tonal subjetiva virtualmente perfecta, a la vez que una sensibilidad de 92 dB/W/m y una impedancia nominal de 4 ohmios da entender que estamos ante un sistema de altavoces relativamente fácil de atacar.
Además, aunque sus dimensiones no son compactas que digamos, le permiten integrarse con comodidad incluso en espacios domésticos de dimensiones comedidas. Dicho lo anterior, es evidente que los creadores de la F200 han sabido mejorar con mano maestra una serie de tecnologías cuya conclusión es un sonido pletórico de microinformaciones, con unos graves casi perfectos y un extremo grave soberbio. Por otro lado, la excelente dispersión de la zona alta del espectro (fruto del uso en el tweeter, de superficie emisiva incrementada y guía de ondas de nueva generación) contribuye a que la presentación de voces e instrumentos sea muy relajada en el contexto de una escena sonora bellamente proporcionada. Evidentemente, todas estas cualidades hacen que la F200 se encuentre igual de a gusto en un sistema de Alta Fidelidad o reproduciendo los canales principales en uno de Cine en Casa.