Sólo el nombre de su fabricante resulta evocador para muchos apasionados de la Alta Fidelidad, porque la marca LEAK fue fundada nada menos que en 1934 y a ella se le deben realizaciones tan icónicas como el amplificador integrado Stereo 30, uno de esos productos que merecerían figurar en una especie de “Hall of Fame” de la reproducción musical doméstica de alto nivel.
Versión corregida en lo digital gracias a su flamante compatibilidad DSD512 y ampliada en lo analógico (en este caso vía potencia de salida sustancialmente superior) del celebrado STEREO 130, el STEREO 230 ofrece la característica dulzura y elegancia del mejor sonido británico con el “plus” de dinámica, exigido por las nuevas generaciones de entusiastas del audio con el objetivo de encarar con plenas garantías la “Hi-Res” digital. El resultado es un producto evocador debido a su estética única y, por encima de todo, tremendamente musical, que es rematado por una excelencia constructiva y una relación calidad/precio magníficas.
El arte de armonizar el clasicismo analógico con la cambiante tecnología digital
Hace ya unos años que incluso los fabricantes más celosos del purismo analógico están incorporando progresivamente secciones DAC, cuando no directamente streamers, a sus amplificadores integrados estereofónicos (en los de A/V es la norma), siendo el parámetro precio el que acaba determinando la solución adoptada.
Sea cual sea la opción elegida, para que el resultado final seduzca a todos los niveles hay que saber armonizar las partes analógica y digital de cada modelo, lo que significa que por un lado hay que desarrollarlas como si cada una fuese completamente autónoma y, por otro, cuidar debidamente la “interfaz”, la unión, entre ambas. ¿Qué implica esto?
De entrada, emplear componentes premium cada subsistema, desde los transistores (o válvulas de vacío) de las secciones de entrada y de salida del amplificador hasta el “chip” de conversión D/A y los elementos que lo acompañan en la circuitería DAC. Pero hay además un subsistema crítico que por lo general es compartido por los subsistemas mencionados: la fuente de alimentación. Hay aquí elementos muy relevantes a considerar, porque en primer lugar se buscará potencia continua y capacidad dinámica, es decir, habilidad para restituir transitorios musicales que demanden potencia extra de manera prácticamente instantánea. Y en segundo lugar se exigirá que la citada “fuerza bruta”, por llamarla de algún modo, tenga su debida correlación en términos de muy bajo ruido de fondo.
El motivo es bien sencillo: las mejores grabaciones, sobre todo las “Hi-Res” más exigentes, exhiben una riqueza de matices armónicos, dinámicos y espaciales que se irá al traste si su escucha es perturbada por parásitos externos debidos a, por ejemplo, una radiación magnética parásita motivada por un transformador mediocre o mal apantallado. Y, por supuesto, si se utilizan placas de circuito impreso de alta calidad dispuestas de tal modo que las potenciales interferencias entre las mismas se reduzcan a la mínima expresión, y si además la construcción mecánica está orientada a la evacuación de vibraciones nocivas para el sonido, mejor que mejor. Si todo se hace correctamente, tendremos un todo que superará la suma de las partes.
Stereo 230: 115 robustos vatios continuos por canal y sección DAC a la última
No cabe la menor duda de que el amplificador integrado estereofónico con DAC LEAK Stereo 230 cumple con creces, apoyado por la potencia industrial del potente grupo empresarial (IAG) al que pertenece) las anteriores premisas. Precioso en su estética, que conecta con la del antes mencionado Stereo 30, destaca de entrada por utilizar una circuitería de amplificación configurada en Clase AB que entrega 75 vatios continuos por canal sobre 8 ohmios o 115 vatios continuos por canal sobre 4 ohmios. A ello hay que añadir múltiples detalles de su concepción que dan fe de un alma inequívocamente purista, como por ejemplo el uso de transistores JFET en la etapa de ecualización RIAA de la sección de fono (sólo MM), a fin de asegurar la plena compatibilidad con los estándares establecidos por la industria del audio para la escucha de discos de vinilo.
Asimismo, el Stereo 230 incluye un amplificador de auriculares dedicado con topología de realimentación de corriente cuyas prestaciones son perfectamente equiparables a las de muchos amplificadores de auriculares independientes, destacando especialmente del mismo una excepcional velocidad de respuesta gracias a su elevado “slew rate”. Como consecuencia de ello, se consigue un sonido excepcionalmente rico y dinámico que va como anillo al dedo a la “Hi-Res” digital de última generación. Esto nos conduce a una sección DAC diseñada sin ningún tipo de compromiso, protagonizada por uno de los reputados “chips” ES9018 Sabre32 Reference con tecnología de 32 bits de la firma californiana ESS Technology.
Equipado con refinamientos tecnológicos exclusivos tan efectivos como la arquitectura HyperStream y el esquema Time Domain Jitter Eliminator, el citado “chip” permite al LEAK exhibir unos registros particularmente brillantes en parámetros como el ruido de fondo y la gama dinámica, parámetros ambos esenciales para, insistimos en ello, la perfecta transcripción tanto de contenidos digitales tradicionales como de archivos “Hi-Res” codificados en PCM hasta 32 bits/768 kHz y DSD hasta DSD512.
Y por si la vocación vanguardista y polivalente del Stereo 230 todavía no ha quedado suficientemente clara, vale la pena señalar la presencia de una toma HDMI compatible ARC con el fin de asegurar una musicalidad del máximo nivel también con contenidos audiovisuales.
Sonido “british” clásico con una dinámica fantástica
Para probar el Stereo 230 lo combinamos con su mecánica de transporte CD a juego, un giradiscos Pro-Ject Debut Carbon PRO equipado con una cápsula fonocaptora Ortofon 2M Red, un ordenador portátil (para evaluar la sección DAC) Mac Pro y una pareja de cajas acústicas Wharfedale Linton Heritage montadas sobre sus soberbios soportes dedicados, habiendo sido la totalidad de las conexiones confiadas a la alemana In-Akustik.
¿Qué decir del Stereo 230? De entrada, que su sonido es grandioso, casi opulento, repleto de sutilezas y con una visión de conjunto que honra las esencias de ese “sonido inglés” del que LEAK es un abanderado distinguido. Esto se palpa en la escucha de vinilos, pero también en la de discos compactos y grabaciones digitales almacenadas en dispositivos externos, donde el nivel de silencio entre notas es sencillamente abrumador. De hecho, la naturalidad global es tal (la espectacular sinergia con las Linton Heritage ayuda lo suyo, justo es reconocerlo) que el Stereo 230 merece englobarse sin la más mínima duda en el ámbito del High End, y además High End democrático con mayúsculas. Un logro indiscutible.