
El número uno de la flamante Serie Studio 6 de JBL es una exquisita columna que nos ha sorprendido más que gratamente por el cuidadísimo cóctel de refinamientos tecnológicos y estéticos que incluye y la extrema agilidad de un sonido que se siente como pez en el agua tanto reproduciendo música como bandas sonoras cinematográficas. Un cóctel que convierte a la Studio 698 en una caja acústica idónea para quienes buscan precisión tonal al máximo nivel sin necesidad de añadir un subwoofer y, en paralelo, la transparencia y la pegada que desde siempre han caracterizado a las realizaciones de una marca verdaderamente legendaria.
Todo ello se combina con un precio realmente competitivo para ofrecer un producto de sensacional relación calidad/precio desde todos los puntos de vista.
Columna, 3 vías y 4 altavoces: el compromiso perfecto entre prestaciones y estética
Una de las constantes que se vienen observando en los últimos años en el mercado del audio doméstico de alta calidad es la progresiva estilización de los recintos de las cajas acústicas para que la integración en salas de estar sea lo menos invasiva/intrusiva posible. Hay excepciones en el ámbito del High End más extremo, cierto, pero la realidad es que cada día son más los amantes de la experiencia audiovisual de alto nivel en el hogar que exigen altas prestaciones sin que ello comporte sacrificios en lo visual/estético. En estas coordenadas, ¿cuál es la mejor solución? De entrada, hay que tener muy claro que “altas prestaciones” significa en primer lugar una curva tonal subjetiva lo más extensa y plana posible en todo el espectro de audio y, en segundo lugar, que tal curva se mantenga a niveles de volumen elevados, dándose por supuesto que ello viene acompañado de una dinámica realista. Tal curva tonal implica tener unos buenos graves y éstos exigen altavoces dotados en consonancia y un recinto que les permita rendir al cien por cien.
Si además dicho recinto debe ser estilizado para que ocupe la menor superficie de suelo posible, tenemos ya un problema potencialmente importante: la limitación del diámetro de los altavoces de graves. Por fortuna, los avances en tecnología electroacústica permiten solucionar este inconveniente actuando en tres frentes: en primer lugar, utilizando transductores equipados con motores magnéticos de alta potencia que les permitan mover la misma cantidad de aire que otros equipados con diafragmas de mayores dimensiones. En segundo lugar, aplicando el muy lógico hecho de que dos altavoces de “x” mm de diámetro disponen de una superficie emisiva de sonido mayor que la de uno de “y” mm siendo “y superior a x”. Y en tercer lugar diseñando el recinto de tal modo que permita optimizar el comportamiento de esos altavoces de “x” mm de diámetro respetando el, como les gusta decir a los anglosajones, “factor de forma” requerido para que la integración en la decoración de la sala que albergue nuestras cajas acústicas sea lo menos invasiva posible. La solución de esta particular ecuación si queremos jugar sobre seguro se llama “sistema de 3 vías/4 altavoces”, con 2 de dichos altavoces dedicados en exclusiva a reproducir la zona baja del espectro… y esto es exactamente lo que nos propone el producto que protagoniza el presente Blog.
Solvencia y polivalencia garantizada en clave JBL
La Studio 698 es una imponente columna bass-reflex de 3 vías/4 altavoces con doble puerto trasero que constituye la máxima expresión de la que en este momento es una de las gamas más competitivas de la veterana y mítica firma californiana JBL. Como consecuencia de un pedigrí que parte de lo más alto del audio profesional, esta caja acústica bass-reflex de suelo combina una monumental polivalencia música/cine con una relación calidad/precio excepcional, aderezada por un elegante diseño industrial y, lo que de verdad marca la diferencia, elementos de ingeniería exclusivos de la firma estadounidense. De los citados elementos hay que destacar en primer lugar el innovador cono de PolyPlas empleado en los dos woofers de 203 mm –cargados en bass-reflex con dos puertos situados en la zona posterior del recinto- y el altavoz de medios de 152 mm de la Studio 698.
Del PolyPlas hay que destacar una composición acorde con lo que sin duda es el “Santo Grial” en materia de electroacústica: el balance óptimo entre rigidez, ligereza y neutralidad tímbrica, a lo que hay que sumar la habitual contundencia de los motores magnéticos empleados por JBL en sus transductores. La Studio 698 se completa con un tweeter en el que destaca la presencia de una de las exclusivas guías de ondas High Definition Imaging (HDI) de la marca, que le permite exhibir una presentación espacial de un realismo extraordinario tanto en la reproducción de música estéreo o multicanal como de bandas sonoras cinematográficas, al controlar la dispersión de las frecuencias altas del espectro. De la Studio 698 también hay que destacar un filtro divisor de frecuencias ejecutado con componentes de alta calidad cuyas características eléctricas (la sensibilidad de la JBL es de 90 dB/W/m y la impedancia nominal 6 ohmios) facilitan enormemente al usuario la elección de la electrónica de ataque. Por otro, la total ausencia de aristas en el recinto aporta no sólo belleza estética sino también una minimización adicional de posibles resonancias internas susceptibles de colorear el sonido
Sonido enérgico y transparente en la mejor línea de JBL
Probamos la Studio 698 en compañía de dos etapas de potencia monofónicas 8000B y un preamplificador con lector de CD y DAC incorporado 8300 CDQ, todos ellos de la británica Audiolab, estando el conjunto cableado con In-Akustik.
Como corresponde a una caja acústica firmada por una marca cuyo prestigio se basa en buena parte en el éxito de sus sistemas de altavoces para aplicaciones profesionales, la Studio 698 destaca de inmediato por la vitalidad de su sonido, un sonido en el que destaca el control absoluto de la respuesta en graves y una presentación espacial que le permite crear escenas sonoras extraordinariamente convincentes, gracias a la uniformidad de la dispersión en la zona alta del espectro aportada por la guía de ondas HDI que acompaña al tweeter. La zona media está, por su parte, perfectamente articulada gracias al carácter neutro del material utilizado en el cono del transductor de medios, contribuyendo eficazmente a un carácter tonal que se adapta como anillo al dedo a todo tipo de géneros musicales. Sin lugar a dudas, la Studio 698 es una perfecta demostración de la efectividad de la política de “vasos comunicantes” de JBL, por cuanto permite dotar de unas prestaciones francamente contundentes a un producto de precio muy competitivo.