Es el que nos ocupa un tema recurrente en numerosas discusiones sobre lo que realmente importa a la hora de afinar un sistema de Alta Fidelidad (o de Cine en Casa) para que rinda verdaderamente al 100% de su potencial. Todo el mundo tiene muy claro que la importancia de la sala es crítica, pero todavía son muchos los que piensan que la señal procedente de la red eléctrica, que a la postre es la que acaba excitando los componentes de nuestro preciado equipo, influye pero no tanto como la sala. Craso error, por cuanto la superpoblación de dispositivos electrónicos en muchas zonas, y el funcionamiento simultáneo de electrodomésticos que “devuelven” parte de la energía que reciben a su lugar de procedencia, “ensucia” las instalaciones eléctricas locales y, por extensión, la señal presente en las mismas.
Con más de dos décadas de existencia sobre sus espaldas, la compañía británica IsoTek fue una de las primeras en identificar el problema, desarrollando una propuesta perfectamente estructurada que con el tiempo ha ido evolucionando en sofisticación técnica y en flexibilidad, para adaptarse a las exigencias de un amplísimo espectro de productos audiovisuales. El presente Blog tiene por objetivo explicar el qué y el porqué de filosofía de la marca.
El origen del problema: la contaminación eléctrica
Lo primero que hay que saber si queremos comprender la temática que protagoniza las líneas que siguen es que el aparato auditivo humano puede escuchar frecuencias comprendidas entre 20 y 20.000 Hz. Sin embargo, cuando hablamos de anomalías relacionadas con la alimentación de nuestras fuentes, centros de control amplificadores e incluso televisores, estamos interesados en frecuencias muy superiores, concretamente las correspondientes a las ondas de radio.
Hablamos de formas de onda que transmiten información de programas radiofónicos, teléfonos móviles, televisión, Internet, siendo el rango de frecuencias que abarcan de 30 kHz a 12 GHz. Debemos, pues, pensar muy seriamente en esta enorme cantidad de información que está en el aire a nuestro alrededor.
La “víctima” que además afecta directamente a sonido e imagen: la señal de red
A lo anterior tenemos que añadir el hecho de que cualquier producto que albergue electrónica en su interior, influye en la señal de red. Por ejemplo, las etapas de potencia crean picos pulsantes, mientras que las fuentes de alimentación conmutadas generan polución. Esto significa que cada dispositivo presente en nuestro hogar afectará a la red eléctrica, ergo asegurar la limpieza de esta última es absolutamente vital.
Recordemos que la frecuencia de la que estamos hablando es 50 Hz, y por tanto las formas de onda ajenas a la misma no nos interesa (básicamente porque no la necesitamos). No obstante, las ondas de radio y las de las redes inalámbricas interfieren en la que circula por la red eléctrica y las de la telefonía móvil la corrompen. Esto nos lleva a la obvia conclusión de que las frecuencias no deseadas perjudicarán directamente las prestaciones de un amplísimo espectro de aparatos eléctricos, en especial aquellos que manejan contenidos “sensibles” desde el punto de vista técnico.
¿Cómo resolver este desafío?
Tradicionalmente, han sido varias las soluciones encaminadas a resolver la situación que acabamos de plantear, Así, los anillos de ferrita solamente reducen un poco el ruido y además introducen una cierta capacitancia, mientras que los cables trenzados y/o revestidos lo rechazan de una manera inapropiada. En cuanto a las fuentes de energía separadas, sólo detienen los artefactos procedentes de los electrodomésticos (lavadora, lavaplatos, nevera) de nuestra casa.
Se debe, pues, avanzar en el conocimiento íntimo de la “enfermedad”, con el fin de poder realizar un diagnóstico correcto y desarrollar la “cura” apropiada. Es ahí donde entra en juego el reconocido saber hacer de IsoTek en la materia.
Buscando la solución definitiva
¿Por qué definitiva? Sencillamente porque “ataca” la anomalía allí donde debe ser atacada. La clave radica en que, en su momento, los ingenieros de la firma británica dictaminaron que, por regla general, la distorsión presente en la red eléctrica puede desglosarse en dos áreas fundamentales denominadas Modo Diferencial y Modo Común. Aunque son numerosos los debates relativos al ruido en Modo Diferencial, es comúnmente aceptado que esta interferencia es provocada por una acción de conmutación en y fuera de fase, léase picos de idéntico valor y opuestos (normalmente con una simetría perfecta) que aparecen en los cables vivo y neutro de la red eléctrica.
Además, se trata de una interferencia generada por equipos eléctricos puesto que consume energía. En este sentido, las fuentes conmutadas, cuyo elemento competitivo diferenciador (y muy publicitado) es que conservan la energía, emiten distorsiones superiores como consecuencia del muestreo continuado al que someten la señal procedente de la red eléctrica. Con respecto al ruido en Modo Común, ha sido causado históricamente por interferencias de radiofrecuencia (RFI), aunque a medida que el tamaño de las redes de telefonía móvil y las comunicaciones inalámbricas ha ido aumentando, idéntica situación se ha dado con los diferentes “artefactos”. Las interferencias debidas al Modo Común tienen como resultado formas de onda que llegan a los cables vivo, neutro y de tierra; si se visualizan en un osciloscopio, son idénticas.
De la teoría al mundo real
Pasando al ámbito práctico, la propuesta de IsoTek a la hora de limpiar esos 50 Hz se podría resumir en los siguientes puntos: en primer lugar, se lleva a cabo el filtrado de frecuencias correcto; en segundo lugar, se utilizan de manera sistemática partes de la máxima calidad; en tercer lugar, no se introduce ninguna resistencia en la red eléctrica; en cuarto lugar, se dispone de un rango de filtrado enorme que abarca desde 300 Hz en adelante; y en quinto y último lugar, se lleva a cabo un sólido aislamiento entre elementos individuales.
Estos cinco puntos son rematados por un sexto, que a menudo (seguro que son legión los aficionados que lo piensan) es crítico: el 100% de los modelos de IsoTek están fabricados en el Reino Unido siguiendo unos estándares de calidad extremadamente altos, y por tanto de fiabilidad, a la vez que son escuchados de manera intensiva para asegurar así que sus prestaciones sean óptimas.
Una gama perfectamente estructurada
Desde el punto de vista conceptual, la “misión” de base que llevan a cabo los modelos integrados en las gamas de IsoTek (cinco en total, desde la versátil Discovery hasta la sensacional Ultimate, pasando por la Performance, la Select y la Mosaic) es idéntica, situándose las diferencias en el grado de sofisticación de la ingeniería pertinente, puesto que es importante diferenciar un cable de una regleta de corriente y un esquema de filtrado básico de uno High End.
Así, una regleta de corriente, por ejemplo, aporta un filtrado mínimo, una sólida reducción de la “suciedad” de alta frecuencia y el filtrado de componentes individuales, sumándose a ello la inmediatez de la instalación. A partir de ahí, el grado de elaboración se complica, con arquitecturas multietapa en los dispositivos de filtrado complejos (conocidos como acondicionadores de red y en cuyo interior encontraremos redes circuitales serie, paralelo, delta e incluso adaptativas), que se completan con protecciones capaces de lidiar con picos de corriente de decenas de miles de amperios.
Una ventaja extra: la seductora posibilidad de mejora escalonada
La lógica aplastante del concepto puesto a punto por IsoTek hace que el usuario pueda mejorar su equipo sin estar sometido a los imperativos de un conjunto cerrado.
En consecuencia, y en consonancia con la categoría del equipo de que disponga, podrá en primer lugar adquirir una regleta de corriente y, seguidamente, sustituir el cable de red de origen de aquellos cuando esto sea posible y, en una etapa posterior, reemplazar la regleta por un acondicionador de red en consonancia.