
Se mire por donde se mire, el RS150B es una auténtica maravilla, un soberbio ejercicio de estilo de la surcoreana HiFi Rose tanto en musicalidad como en estética, en polivalencia y, gracias a una app de gestión sencillamente sublime, en funcionalidad. Un cúmulo de elogios totalmente justificado por la confluencia, en un aparato de dimensiones estándar, de una concepción inequívocamente purista con componentes de la máxima calidad y una serie de elementos destinados a que el usuario simple y llanamente disfrute.
Y que lo haga no sólo escuchando sino, gracias a una generosa pantalla de visualización que ocupa la totalidad de su panel frontal, también viendo (tanto imágenes animadas como fijas relacionadas como portadas de álbumes y fotografías varias) sus contenidos musicales favoritos en ultra-alta definición. Es, en definitiva, el RS150B una máquina fantástica creada para figurar en lo más alto de la jerarquía de fuentes digitales de los amantes de la música y el sonido con mayúsculas, todo ello por un precio que, a tenor de la calidad intrínseca del producto y las prestaciones que ofrece, nos parece más que rompedor.
Streamers: como en toda fuente digital, la diferencia lo marca lo analógico
En no pocos Blogs dedicados a fuentes digitales “clásicas” de renombre, como por ejemplo las apabullantes realizaciones de la japonesa Esoteric en materia de reproductores de SACD integrados, procesadores digitales de audio y mecánicas de transporte SACD, hemos insistido en que la diferencia en términos de sonido la suele marcar, con permiso de alguna que otra solución exclusiva en el ámbito digital, lo analógico. Pues bien: por pura lógica, con los streamers sucede lo mismo, ya que la única diferencia con respecto a las dos primeras de las categorías mencionadas es que no incorporan ningún elemento mecánico móvil.
Por otro lado, hay en los streamers un elevado grado de homogeneización, por cuanto tanto los “chips” de conversión D/A como los encargados de gestionar la conectividad a redes son ajenos a la práctica totalidad de fabricantes de componentes de audio. Dicho de otro modo: en el ámbito del hardware son relativamente pocos los elementos susceptibles de “personalizarse” para poder marcar diferencias y, sobra decirlo, que tales diferencias se trasladen al ámbito del sonido.
¿Y cuáles son dichos elementos? Aparte de los componentes y circuitos que acompañan a los citados “chips” de conversión D/A, hay que tener también en cuenta el reloj de sincronismo, la fuente de alimentación, la conectividad USB y la propia construcción física, por cuanto las vibraciones siempre son malas compañeras para reproducir música incluso cuando la fuente utilizada no utiliza ningún soporte físico. Todo lo dicho aporta su grano de arena porque no hay que olvidar que, a igual que sucede con un CD o un SACD, por ejemplo, la reproducción de música en streaming se lleva a cabo en tiempo real y, por lo tanto, son muchos los factores que pueden influir negativamente en la misma. Hablamos de factores externos como la baja calidad/interrupciones en la transmisión de datos, pero también internos como la presencia de un ruido de fondo molesto generado por componentes, circuitos y subsistemas de alimentación pocos “silenciosos”. Sólo actuando de manera conjunta para atajar los mencionados “efectos colaterales” se consigue que un streamer suene diferente que otro o mejorar sus prestaciones sonoras con respecto a un diseño anterior de la misma marca. La surcoreana HiFi Rose demuestra dominar a la perfección lo que acabamos de decir, dando toda una lección al respecto con su magnífico RS150B, una verdadera revolución en relación calidad/precio para streamers High End.
Una herramienta exquisita para disfrutar el audio digital sin soporte físico
Una presencia deslumbrante constituye la antesala de un reproductor de música en red de auténtica referencia, concebido para facilitar el acceso a múltiples servicios multimedia con una calidad sonora excepcional. Por si ello fuera poco, esta calidad sonora es acompañada por vídeo UHD gracias a la pantalla de visualización táctil que ocupa la totalidad del panel frontal (14’9 pulgadas/39 cm). Del RS150B tambén hay que subrayar que está construido en aluminio de alta pureza obtenido mediante el mecanizado de precisión de un bloque macizo para maximizar la eficiencia térmica y reducir de manera sustancial las vibraciones susceptibles de afectar a la calidad sonora.
En lo que a la parte electrónica se refiere, varios son los elementos que hacen del HiFi Rose un producto singular, siendo el primero de ellos el uso de un “chip” de conversión D/A de referencia firmado por la californiana ESS Technology, asistido por un reloj de sincronismo con precisión de femtosegundos, que le permite ofrecer baja distorsión, bajo ruido de fondo y, gracias al concurso de esquemas de procesado de señal exclusivos, una resolución sonora sin precedentes. Gracias a ello, se asegura la plena compatibilidad con lo más granado del actual audio “Hi-Res”, léase archivos PCM hasta 32 bits/384 kHz y DSD hasta DSD512, a la vez que con la interesante codificación MQA. Otro elemento fundamental del RS150B es que incorpora una fuente de alimentación lineal de última generación con transformador blindado para minimizar el ruido de la señal de red entrante.
A ello hay que añadir el Ideal Circuit, un esquema desarrollado por HiFi Rose para eliminar el ruido eléctrico a fin de crear unas condiciones óptimas en el momento de reproducir las sutilezas armónicas y espaciales de la música. Con una conectividad muy completa tanto en analógico (salidas balanceadas con conectores XLR incluidas) como en digital, el RS150B está homologado Roon Ready y es compatible DLNA y AirPlay, a la vez que puede reconocer bibliotecas musicales de hasta 4 TB sobre soporte SSD, 10 TB en discos duros externos y 400 GB en tarjetas microSD. El HiFi Rose, que integra de serie los servicios de audio y vídeo online más populares, se completa, como decíamos al principio, con la posibilidad de visualizar señales de vídeo 4K en su panel frontal, estando la gestión del sistema asegurada por un sistema operativo propio (ROSE OS) y la tan robusta como intuitiva ROSE Connect, que en nuestra opinión es una auténtica maravilla.
Musicalidad y funcionalidad sublimes
Para probar el RS150B lo conbinamos con un conjunto previo/etapa C22 MkV/MC275 MkVI de la estadounidense McIntosh y una pareja de “supermonitores” Elysian 2 de la británica Wharfedale, unido todo ello por cables Transparent Ultra de 6ª Generación. Fascina desde el primer momento la hilera de iconos que se muestran en el panel frontal del HiFi Rose. Y fascina todavía más la potencia de la app ROSE Connect, que en todo momento exhibe una fluidez en su funcionamiento digna del mejor audio profesional, a la vez que la armonización que hace de bibliotecas de música locales y servicios online (entre ellos TIDAL, Qobuz y YouTube ) le permite manejar una cantidad de contenidos descomunal.
Pero si la app de gestión del RS150B impresiona, más aún lo hace el sonido, un auténtico portento en precisión tonal, capacidad de análisis y presentación espacial. Y es que la combinación de una “dirección” extremadamente potente (el HiFi Rose está pilotado por una CPU se seis núcleos) con soluciones dignas de los componentes de audio más tradicionalistas, hace que el HiFi Rose exhiba un sonido en el que la calidez está a la orden del día incluso con la “Hi-Res” menos elitista, léase los archivos con calidad CD. En estas coordenadas, sobra decir que a medida que aumentan los bits de codificación y la frecuencia de muestreo de los contenidos reproducidos, el sonido compite de tú a tú –siempre y cuando la grabación esté a la altura-con el habitual en un estudio profesional. Creemos, pues, que el HiFi Rose RS150B es simple y llanamente toda una revelación.