Su precio es de poco más de 300 euros; no obstante, la cantidad de trabajo de investigación y desarrollo que hay detrás de su increíblemente natural sonido y su excepcional ergonomía nos ha dejado literalmente boquiabiertos. La razón es bien simple: los ZE8000 MK2 de la japonesa Final son fruto de un enfoque completamente distinto del que ahora mismo manda en el ultracompetitivo sector de los auriculares inalámbricos “True Wireless” (TW). Un enfoque que los responsables de la muy purista firma nipona denominan “8K SOUND”, que, en un guiño al término “8K” en el mundo del vídeo, intenta reflejar una concepción en la que la perfecta restitución de las sutilezas que constituyen una grabación musical marca la diferencia.
De ahí que la definición de este producto sea “los auriculares intraaurales que le sumergen en la orquesta”, una frase que en realizaciones de muchas compañías sonaría pretenciosa, pero que conociendo las pautas de trabajo que rigen en Final es una clara declaración de intenciones. Lógicamente, la parte genuinamente “TW” en lo que a concepto se refiere está impecablemente tratada en la forma de inteligentes soluciones de ingeniería (los cuatro modos de control del ruido y el de cancelación del mismo son un buen ejemplo de ello), que tienen por objetivo armonizar las particularidades de esta categoría de producto con la vocación inequívocamente audiófila de los ZE8000 MK2.
“8K SOUND” un enfoque rompedor en auriculares “True Wireless”
Por su propia naturaleza, los diseños “True Wireless” buscan maximizar la portabilidad hasta el límite, liberando al usuario de ataduras en el disfrute de su música favorita cuando y donde le apetezca, ofreciéndole asimismo un extenso repertorio de opciones de desconexión del entorno circundante. Esto implica el uso de tecnología electrónica altamente sofisticada que, además, debe caber en cada “casco” sin por ello renunciar a la comodidad (adaptación perfecta al canal auditivo, ligereza). Se dispone, por tanto, de poco margen para concentrarse en el sonido puro y duro sin hacer sacrificios en lo que acabamos de decir.
Sin embargo, hay empresas que consideran que la obtención de un sonido lo más natural posible es poco menos que su razón de ser. Una de ellas es la japonesa Final, que aplica esta filosofía en la práctica totalidad de los modelos que configuran su vasto catálogo, plasmándose la misma en un concepto cuyo nombre no deja indiferente: “8K SOUND”, alias SONIDO 8K y que, “hace referencia a un concepto en términos de sonoridad que adopta propiedades físicas a fin de expresar música en ultra-alta definición”. La motivación existente detrás de esta reflexión es la siguiente: los auriculares intraaurales tradicionales emplean a menudo una concepción que a nivel de sonido comporta picos (énfasis) a frecuencias específicas. A menudo, esto se traduce en una clara incapacidad en el momento de reproducir fielmente grabaciones con muchos instrumentos (dotados de timbres únicos), en especial formaciones orquestales, en concordancia con los deseos de los compositores e intérpretes de las mismas.
Es en este contexto donde entra en juego el “8K SOUND”, “importado” del estándar de vídeo 8K y el grado de información increíblemente detallado que es capaz de proporcionar, hasta el punto de revelar la textura de la piel de una persona. Final observa al respecto que “Al contrario que anteriores estándares que se basaron en el procesado con el objetivo de, por ejemplo, realzar los contornos, a la hora de crear una sensación de alta definición, el vídeo 8K logra una imagen superior multiplicando por 16 el número de píxeles de los estándares actuales, haciendo que tales adornos resulten innecesarios”. La consecuencia de aplicar esta línea de pensamiento al ámbito del sonido implica dirigir la atención a un instrumento o voz en particular y el usuario pueda percibir detalles delicados previamente ocultos debajo de tonos acentuados.
ZE8000 MK2: armonizando musicalidad y movilidad
Evolución de la filosofía “8K SOUND”, aplicada por vez primera en los ZE8000, los ZE8000 MK2 son unos exquisitos auriculares “True Wireless” que incorporan mejoras sustanciales en aspectos críticos relacionados con el software y el hardware de sus predecesores, con el fin de incrementar la relación señal/ruido y optimizar la extracción de las microinformaciones de una grabación. En su doble condición “TW” y audiófila, incluyen un esquema de cancelación de ruido que no compromete la sonoridad y cuya concepción es por tanto muy diferente a la de los sistemas de Cancelación de Ruido Activa (ANC) convencionales, donde retardos intrínsecos pueden provocar molestos “ahogamientos” en los graves.
En comparación con el modelo original, los ZE8000 MK2 exhiben un incremento del 32% en materia de aislamiento acústico, gracias a modificaciones muy elaboradas de su estructura interna, al uso de cascos “Shield Fin” de nuevo desarrollo y a la reevaluación del algoritmo de cancelación de ruido activa al que antes hacíamos referencia. También hacen gala de una mayor resistencia al ruido del viento y de un aumento de 5 dB en el volumen máximo, realzándose la facilidad de escucha al volumen deseado. Se obtiene así una versión corregida y ampliada de la extremadamente plana curva tonal que caracteriza al “8K SOUND”, asegurando en consecuencia los ZE8000 MK2 una reproducción enérgica y cálida del timbre de los distintos instrumentos (el amplificador interno está configurado en Clase AB y es complementado por componentes discretos de grado audiófilo, algo inusual en unos cascos intraaurales sean de la clase que sean) sin comprometer el balance entre instrumentos la interpretación, al disponerse de 4 modos de control del ruido adaptados a otras tantas condiciones ambientales/de funcionamiento.
Un sonido natural y transparente en el que la fatiga auditiva brilla por su ausencia
Probamos (vía Bluetooth) los ZE8000 MK2 junto al novísimo reproductor de audio digital “Hi-Res” portátil KANN Ultra de la surcoreana Astell&Kern. Un paso fundamental antes de entrar en materia es descargar la app “FINAL CONNECT”, de la que se debe destacar el increíblemente preciso ajuste de la salida acústica permitido por la función “Volume Step Optimization”.
La adaptación a los oídos se nos antoja perfecta, en una clara demostración de la visión global con la que los ingenieros de Final desarrollan sus propuestas. Nos ha fascinado especialmente la fidelidad con que se restituyen los registros sonoros más complejos, hasta el punto de que en aquellos realmente bien estructurados somos capaces de discriminar los intérpretes (grabaciones de música clásica ejecutadas por grandes formaciones orquestales) en el contexto de una escena sonora que uno asociaría no ya a unos casos circumaurales de alto copete, sino directamente a una pareja de cajas acústicas. En síntesis, un excelente trabajo en múltiples disciplinas al servicio del audio que refuerza todavía más el aura de perfeccionismo que desde siempre ha rodeado a Final.