En el año 2017, la prestigiosa firma japonesa Final, uno de los iconos reconocidos del perfeccionismo audiófilo del Imperio del Sol Naciente, lanzó al mercado sus refinados auriculares D8000, los primeros de su extenso catálogo equipados con transductores magnéticos planos (“planar magnetic”, popularmente denominados “planar”). Un dispositivo rompedor que, como siempre en Final, rompió esquemas y definió un nuevo estándar de excelencia entre los productos de su categoría.
Con los novísimos D7000, comercializados casi 7 años después, el fabricante nipón pone en manos del melómano exigente el fruto de miles de horas de investigación y desarrollo, para que disfrute de una estética sonora que preserva las cualidades que tanta reputación han dado a los cascos “planar”, añadiendo a las mismas la fuerza y pegada del grave que caracterizan a los mejores diseños electrodinámicos. En definitiva, la cuadratura del círculo en esa reproducción sonora a tamaño natural en la intimidad (o, por lo menos, en una simulación creíble de la misma), que cuenta cada vez con un creciente número de adeptos gracias a la popularización de la “Hi-Res”. Una creación de auténtica referencia que merece formar parte del Olimpo de uno de los segmentos del mercado del audio más reñidos del momento.
Conocer los límites de la tecnología “planar” para redefinirlos
Aunque los orígenes de los auriculares equipados con altavoces magnéticos planos se remontan a hace casi medio siglo, ha sido en los últimos 10-15 años cuando el rápido avance de la tecnología ha permitido poner a punto los materiales y componentes necesarios a fin de explotar plenamente su potencial, en términos no sólo de prestaciones sonoras puras y duras, sino también de aplicaciones tan demandadas hoy en día como la movilidad/portabilidad.
Es fundamental subrayar este último parámetro, por cuanto es uno de los puntos débiles, por lo menos a nivel “comercial”, de la tecnología que desde el punto de vista formal compite directamente con la “planar”, es decir, la basada en paneles electrostáticos, puesto que por regla general los modelos que la utilizan necesitan una electrónica externa (“energizador”) para poder funcionar correctamente. Llegamos así al momento actual, donde el perfecto maridaje de diafragmas ultrafinos y ligeros con agrupaciones de imanes de alta potencia aporta una transparencia, una precisión tonal y una dinámica sin parangón a partir de realizaciones en las que la impedancia y la sensibilidad están en condiciones de satisfacer demandas extremas de excelencia sonora en todo tipo de lugares y situaciones. En consecuencia, ¿qué se puede mejorar? Básicamente la respuesta a las octavas inferiores del espectro, por el mismo motivo que una caja acústica que monte un altavoz con diafragma plano: o se dispone de mucha superficie emisiva, o de mucha potencia de amplificación, o de ambas cosas.
Sin embargo, si la concepción del sistema no se lleva a cabo con el debido cuidado se puede generar distorsión, a lo que se suma, en el caso que nos ocupa, la baja magnitud de las distancias en liza. Esto significa que el desplazamiento necesario del diafragma para restituir unos buenos graves a presiones sonoras realistas puede provocar efectos indeseados. Es el caso del contacto físico del elemento en cuestión con los imanes que lo excitan, que nos lleva de nuevo a una situación altamente peligrosa. Trabajar a fondo este contexto ha facultado a la nipona Final crear el protagonista el presente Blog: los auriculares circumaurales “planar” D7000.
Armonizando los beneficios de los D8000 Pro Edition con I+D de vanguardia
Integrados en la élite de Final, de los D7000 hay que destacar por encima de todo una concepción de base que se beneficia de un enfoque distinto del de los admirados modelos D8000 y D8000 Pro Edition, ambos también “planar”. Una evolución lógica ya que, en línea con lo dicho anteriormente, el punto de partida de la propuesta de Final al respecto se remonta a 2017 y los continuos progresos en ingeniería en busca de la estructura ideal han posibilitado, en sintonía con el reconocido perfeccionismo de la marca, redefinir algo que en aquel entonces era rompedor y que hoy en día continúa siéndolo.
De ahí los dos refinamientos más singulares incorporados en los D7000: el novedoso “Pinna-Aligned Diffuser” y una versión evolucionada del efectivo “Air Film Damping System (AFDS)”, siendo el resultado un balance perfecto entre la delicadeza de los altavoces con diafragma plano en la restitución de las frecuencias altas y medias del espectro y la opulencia y apertura de sus homólogos electrodinámicos en la restitución de los graves. A ello se añade una mayor resolución en las gamas correspondientes a las voces y los instrumentos de cuerda, aportación que se traduce en un sonido extremadamente lustroso y suave. Asimismo, un exhaustivo replanteamiento ha conducido a una reducción del peso del orden del 16% en comparación con el de los mencionados modelos “8000”, contribuyendo sustancialmente a ello el uso, en las almohadillas y la diadema, de una tela especial de Washi (un papel tradicional japonés), que realza el confort y la durabilidad.
En este sentido, vale la pena señalar que el antes mencionado “Pinna-Aligned Diffuser” es fruto directo de una tendencia que se ha convertido en el estándar de los estudios de grabación profesional líderes: el concepto de ajuste acústico a través de la difusión, plasmado en este caso en un difusor cuya geometría ha sido minuciosamente estudiada (vía adaptación a las diferentes formas del oído externo o “pinna”) de manera que su comportamiento sea óptimo con todo tipo de usuarios. También las críticas almohadillas han sido concebidas de tal modo que sellen los oídos y creen un espacio cerrado frente al diafragma de los altavoces, con el esquema “Air Film Damping System (AFDS)” solucionando el problema del contacto del diafragma de los mismos con el imán que los excita y, en definitiva, extendiéndose la respuesta en graves sin sacrificar riqueza ni apertura. Los D7000, que están íntegramente fabricados en Japón con herramientas a medida puestas a punto por Final, se completan con cascos construidos en aleación de aluminio y magnesio, cables y conectores de grado audiófilo y un elegante estuche de transporte que aumenta su carácter exclusivo.
Precisión tonal virtualmente perfecta y capacidad dinámica monumental
Probamos los D7000 con un conjunto formado por un amplificador integrado estereofónico con DAC y sección de auriculares High End 9000A de la británica Audiolab, su lector de música en red a juego 9000N y un giradiscos Pro-Ject The Classic Evo con cápsula de imán móvil Ortofon 2MR Black. El cableado, Pro-Ject en Fono e In-Akustik (balanceado) en Línea. Los Final nos parecen geniales desde el primer momento, empezando por la cautivadora sensación que se desprende al tocarlos por cortesía del perfeccionismo de su construcción, la calidad extrema de los componentes empleados, la elegancia de su estética bellamente minimalista y una ergonomía impoluta.
No da el fabricante datos sobre la respuesta en frecuencia de los D7000, pero podemos asegurar que, por lo menos desde el puto de vista subjetivo, que roza la perfección por cortesía del exquisito control aportado por las refinadas soluciones de ingeniería que “asisten” a unos dispositivos que han sido cuidadosamente mejorados. Esta precisión tonal sublime es reforzada por un impacto en la zona baja que nos recuerda al de las referencias “clásicas” de Final, concretamente los Sonorous X y Sonorous VIII, ambos con altavoces electrodinámicos de 50 mm de diámetro. La guinda la pone una presentación espacial que contribuye a generar escenas sonoras magníficamente estructuradas que superan los límites físicos de nuestra cabeza y a minimizar de manera drástica la fatiga auditiva.