
Los mejores auriculares del mundo
Los Sonorous X son la demostración suprema de la combinación única de alta tecnología y respeto obsesivo por los pequeños detalles que caracteriza a la manera de hacer japonesa. Se trata de unos auriculares de corte clásico que reflejan como pocos componentes de audio lo que significa la búsqueda de la máxima armonía en la reproducción de la músicas y que, además, aportan una flexibilidad totalmente inusual en los productos de su categoría.
El espíritu de los Pandora Hope elevado a la máxima potencia
Nadie puede negar que, de un tiempo a esta parte, el mercado de los auriculares está viviendo un momento muy dulce como consecuencia de la creciente popularización del audio personal de alta calidad. Son muchos los fabricantes –tanto de toda la vida como de última hora- que desarrollan modelos para todos los gustos y presupuestos.
Aun así, son muy pocas las marcas que aplican unos mismos criterios de excelencia -excelencia de fondo, no de cara a la galería- a todos y cada uno de sus productos, respetando al máximo a un usuario que tendrá la certeza de estar adquiriendo lo absolutamente mejor dentro de cada opción. Una de estas marcas es la japonesa Final, que, en muy poco tiempo, ha conseguido labrarse un gran prestigio en el supercompetitivo segmento de los auriculares, siguiendo la estela de las exclusivas realizaciones que ha ido comercializando desde su fundación en 1974.
Cada año, coincidiendo con el certamen High End de Múnich, Final celebra una conferencia de prensa a puerta cerrada en la que muestra sus novedades más significativas. Este año la marca japonesa demostró no sólo su excelente estado de forma, sino una pasión redoblada por la excelencia más radical en la forma de dos modelos que presiden una nueva gama de auriculares circumaurales destinada a ser el súmmum del súmmum: la Sonorous.
Con una estética muy similar a la de los modelos Pandora Hope, los Sonorous X han nacido para constituir la máxima expresión de lo que Final entiende por auriculares circumaurales sin compromiso. Equipados con transductores electrodinámicos de última generación hechos a medida, los Sonorous X se aprovechan de una serie de refinamientos técnicos exclusivos de la marca que le permiten exhibir prestaciones tan atractivas desde el punto de vista práctico como una impedancia de 16 ohmios, lo que garantiza unos resultados de escucha óptimos a partir de cualquier dispositivo de audio portátil. Para entender el alcance de este aparentemente “insignificante” registro, quizá no vendría de más recordar que los diseños circumaurales comparables en precio a los Sonorous X comportan dos inconvenientes importantes que quizá no preocupen mucho a los puristas “clásicos”, pero que, sin duda, sí suponen un engorro mayor para los de nueva generación, léase los nacidos al calor del audio portátil e Internet.
El primero de ellos es la elevada impedancia de la mayoría de auriculares electrodinámicos de muy alta calidad, lo que los invalida para rendir al cien por cien con casi todos los dispositivos portátiles de audio existentes, dado que la sección de salida de estos últimos no está diseñada –por obvios motivos de espacio disponible- para entregar potencias elevadas. Este problema se resuelve mediante la compra de un amplificador de auriculares dedicado, lo que implica más gasto y menos o nula portabilidad. El segundo problema, igual o incluso más importante, lo tenemos en la forma de auriculares cuyo principio de funcionamiento –transductores electrostáticos en su mayoría- obliga necesariamente a disponer de una electrónica de ataque dedicada, lo que, de nuevo, reduce drásticamente la portabilidad.
Por el contrario, los 16 ohmios de los Sonorous X se cargan de un plumazo las anteriores restricciones, hasta el punto de ser los primeros auriculares de referencia absoluta de la historia del audio que pueden dar lo máximo de sí excitados incluso por un teléfono móvil. Por lo demás, sobra decir que la pasión por los detalles es llevada a su máxima expresión en los Sonorous X. Cuentan con unos cascos que combinan aluminio y acero inoxidable con el fin de constituir el mejor recinto posible para un sofisticado altavoz electrodinámico de 50 mm de diámetro que combina soporte de aluminio con diafragma de titanio en el contexto del exclusivo esquema BAM de Final. Recordemos que BAM son las siglas de “Balancing Air Movement”, un concepto ya visto en los Pandora Hope que abarca el diseño de los diferentes elementos constructivos del subsistema acústico de los Sonorous X, desde la almohadilla hasta el casco, con el fin de controlar el movimiento del aire y evitar de ese modo las sobrecargas de presión que limitan la escucha de música con auriculares. Por otro lado, la sensibilidad del mencionado transductor -105 dB/W/m- asegura, en combinación con la precisión y fiabilidad extrema de los elementos que lo constituyen, que los Sonorous X puedan alcanzar niveles de distorsión muy elevados sin la más mínima distorsión ni coloración.
Además, la fabricación totalmente manual e individualizada (en Japón) de estos aristocráticos auriculares asegura la inmunidad de los mismos a posibles vibraciones susceptibles de colorear el sonido. De los Sonorous X hay que destacar, asimismo, su gran ligereza (sólo 630 gramos), unas almohadillas fácilmente adaptables a la oreja que minimizan la fatiga y un cable desconectable con mecanismo de bloqueo incluido. Pero el verdadero talento de los Final se descubre en su capacidad para reproducir con una naturalidad extrema los mensajes musicales más complejos, y, además, durante horas y horas. Una naturalidad que en nuestra opinión no tiene precedentes entre los auriculares electrodinámicos.
Absolutamente deslumbrantes en todos los sentidos
A tenor de las particularidades de los Sonorous X que acabamos de reseñar, parece lógico que su compañero natural sea –sin pretender menospreciar los componentes de High End “tradicionales”- el que sin duda es el mejor y más atractivo reproductor de audio portátil jamás creado: el modelo AK240 de Astell & Kern. Dejando aparte el tacto y el punto de lujo aristocrático de los Sonorous X, la verdad es que decir que su calidez es excepcional (que hace que los escuches durante horas) casi es lo de menos. La realidad es que la auténtica esencia de los Final es que combinan dicha calidez –al nivel, si no superior, de los mejores diseños electrostáticos excitados por alimentadores a triodos- con una espacialidad jamás vista en unos auriculares basados en transductores electrodinámicos. Una espacialidad que además tiene el excepcional mérito de hacer que los Sonorous X sean abiertos cuando en realidad son cerrados. En suma, una pequeña maravilla de la estructura del transductor empleado y del esquema de control de la presión de aire presente en el interior del nuestros auriculares. A nivel de tímbrica, no hay que ser ningún genio para llegar a la conclusión de que la curva de respuesta en frecuencia subjetiva es virtualmente perfecta y que la pegada en los graves no se consigue a expensas de la naturalidad de los mismos. Estamos sin lugar a dudas ante un nuevo clásico del audio que, a su manera, es también un producto altamente innovador. Para quienes sólo busquen música a través de la excelencia técnica, y, además, con la máxima flexibilidad operativa, los Sonorous X son simple y llanamente los mejores auriculares del momento.
Un producto de lujo… un lujo tan verdadero como discreto.