
Pocos nombres del universo del audio de alta calidad saben marcar tanto la diferencia en todas y cada una de sus realizaciones como la parisina Devialet. Lo avalan más de 200 patentes desde su fundación en el año 2007, que reflejan un espíritu de superación sin precedentes en un amplísimo repertorio de campos relacionados con la reproducción del sonido. Sí, han leído bien: más de 200 patentes, la inmensa mayoría fruto de un altísimo nivel de exigencia técnica y algunas incluso revolucionarias en el sentido literal de la palabra.
Con el Mania, la firma gala ha logrado un hito, superándose a sí misma pese tener tal actitud incrustada en su ADN: llevar al ámbito de la portabilidad la excepcionalidad tecnológica de sus creaciones y hacerlo con ese cuidado por la estética singular y la calidad de los materiales que es poco menos que su marca de fábrica. El resultado se plasma en un componente de audio único, absolutamente rebosante de buen gusto y con unas prestaciones apabullantes en sonido puro y en la manera de distribuirlo alrededor del usuario y, en sintonía con la filosofía de Devialet, en potencia y comodidad de uso.
Procesado Digital de Señal o DSP: una herramienta potentísima
El DSP, siglas de “Digital Signal Processing”, no es sino el procesado o tratamiento de señales por medios digitales. Los orígenes de esta técnica se sitúan en la ingeniería eléctrica, siendo la onda tratada una de tipo eléctrico transportada por un cable o una línea telefónica o incluso una onda de radio. Por su parte, el término digital procede de “dígito” y literalmente quiere decir numérico. Una señal digital consiste en una corriente o flujo de números que, por regla general, aunque no necesariamente, se expresan en forma binaria, lo que significa que es procesada mediante cálculos numéricos. En sus orígenes, el DSP lo ejecutaban válvulas de vacío en los primeros ordenadores vía circuitos integrados individuales normalmente incorporados en aquéllos (puertas lógicas, sumadores, multiplexores, etc.).
Por su parte, los programas requeridos por el procesado digital propiamente dicho para funcionar se llevaban a cabo cableando a mano las configuraciones requeridas, puesto que no se disponía de software tal y como lo conocemos en la actualidad. En consecuencia, cualquier cambio implicaba modificar el hardware, a la vez que la ejecución de una función DSP exigía conocer en profundidad cada uno de los “chips” empleados, la estructura de sincronismos de los mismos y un montón de cosas más. En realidad, el diseñador tenía que inventar lo que se suponía que la circuitería tenía que hacer desde una perspectiva cien por cien hardware. La tecnología de los semiconductores todavía estaba evolucionando, por lo que las funciones matemáticas se efectuaban en el dominio digital usando muchos bloques independientes y conectándolos entre sí.
En la actualidad, los cálculos asociados al DSP son llevados a cabo por un único microcircuito dedicado, mientras que en el caso concreto del audio puede recurrirse a uno o varios de los mismos dependiendo de la cantidad y el tipo de procesado requerido. En consecuencia, un DSP de hoy en día es en realidad un ordenador altamente complejo, dedicado y de alta velocidad capaz de hacer muchos millones de operaciones por cada nuestra de audio y ejecutar así tareas muy sofisticadas.
“Momentos en metamorfosis – sonido metafórfico”
Lo que acabamos de decir tiene un mensaje muy claro: sin el DSP muchos, productos relacionados con el sonido y la imagen simple y llanamente no podrían existir. Pero, al igual que en todo, hay en la ejecución práctica de esas siglas diferentes niveles de refinamiento en función de las aspiraciones de cada fabricante, alcanzándose la cúspide con las creaciones del reputado especialista francés Devialet por cuanto trabajan en paralelo con múltiples disciplinas. Y así llegamos al Mania, un revolucionario y ultraligero (¡sólo pesa 2’3 kg) sistema de audio inalámbrico portátil de muy alta calidad que consigue marcar un antes y un después entre las realizaciones de su clase. Una estética llamativa y personalísima a partes iguales que lo hace hiperdeseable constituye la antesala del Mania, creado, en palabras de sus creadores, para “trascender los límites del espacio vital del usuario”.
Impermeable (está homologado IPX4) y equipado con una batería que le proporciona hasta 10 horas de autonomía, el Devialet es el fruto de cuatro años de trabajo intensivo con el objetivo de trasladar la característica transparencia sonora de la marca a un componente portátil. Así, exhibe una increíble respuesta en frecuencia que abarca desde 30 hasta 20.000 Hz y unos graves literalmente viscerales en el contexto de un sonido pletórico de naturalidad. En lo que a ingeniería respecta, la clave de este logro extraordinario radica en una concepción pensada para difundir de manera homogénea en cualquier espacio físico el denominado sonido estereofónico cruzado mediante un sofisticado esquema de mapeado acústico en tiempo real denominado ASC (“Active Stereo Calibration” o Calibración Estereofónica Activa). En combinación con un conjunto de cuatro micrófonos inteligentes, el citado sistema detecta la posición del Mania y activa el modo de reproducción sonora más adecuado para conseguir una escucha excepcionalmente inmersiva.
En lo que a concierne a la sección de amplificación, se dispone de dos bloques configurados en Clase D, concretamente uno de 2x38 vatios para los 2 woofers y uno de 4x25 vatios para los 4 altavoces de gama completa (“full range”) con diafragma de aluminio, que le permiten alcanzar una presión sonora máxima de nada menos que 95 dB a 1 metro con una tasa de distorsión mínima. El Mania, que es compatible con los protocolos de transmisión Wi-Fi, AirPlay 2 y Bluetooth (versión 5.0), está gestionado por cuatro procesadores ARM Cortex-A53, el sistema operativo Devialet Operating System (DOS) 2 y la Devialet App (iOS y Android), incorporando asimismo otros desarrollos icónicos de Devialet, caso del revolucionario sistema de adaptación entre altavoces y amplificación SAM (“Speaker Adaptive Matching”) y el siempre útil control por voz (en este caso vía Alexa).
Un sonido inimaginablemente enérgico para un producto de esta clase
Cierto es que el mero hecho de estar firmado por Devialet invita a pensar que el Mania sonará, pese a sus relativamente compactas (pero muy bien pensadas) dimensiones, más que bien, es decir inequívocamente “Hi-Fi”, lo que no es poco. Y lo cierto es que no defrauda, en especial en lo que respecta a la respuesta en graves, sencillamente brutal, a la manera de los celebrados modelos Phantom de la firma gala en lo que a extensión de los graves y presión sonora en los mismos se refiere. Aquí entra además en juego una gran flexibilidad de uso, por cuanto el Mania se puede alternar entre sistema de audio Bluetooth o dispositivo conectado por Wi-Fi vía Devialet App.
En cualquier caso, impresiona la “inteligencia” del aparato, capaz de cambiar su presentación sonora en tiempo real en respuesta a la “percepción” que tiene de su entorno. En algunas situaciones concretas, puede dar la impresión de que esos graves a los que hemos hecho referencia pueden dominar en exceso el sonido, pero en ese caso basta con acceder a los ajustes de ecualización de la mencionada “app” para modificar la curva tonal y adaptarla a nuestros gustos y/o a las características de la música que estemos escuchando. Estamos, en definitiva, ante un sistema de audio inalámbrico situado en la élite de su categoría gracias a la inconfundible apuesta de Devialet por la exclusividad en lo técnico y lo estético.