Devialet 200 + Olympica II
Fecha 8 Octubre 2015 Autor Juan Tags Devialet

Una nueva interpretación del concepto de Alta Fidelidad

Bautizado con el nombre “Le 200” por sus orgullosos creadores parisinos, el Devialet 200 es el “amplificador integrado” estereofónico de más alto nivel de la marca. Un producto sencillamente prodigioso en diseño, construcción, tecnología, flexibilidad de configuración, flexibilidad de uso, calidad sonora y –muy importante- evolutibilidad.

Gracias a desarrollos tan elaborados como el “optimizador de sinergia” SAM permite establecer un nuevo tipo de relación entre el usuario de componentes de audio de muy altas prestaciones y su equipo. Una especie de “revolución tranquila” apoyada en un concentrado de refinamientos sin precedentes en la industria del audio doméstico.

 

Un concepto de producto que no para de evolucionar

Hablar de los amplificadores Devialet como si de una electrónica de audio más se tratara es casi una herejía o, como mínimo, una falta de respeto. Porque la realidad es que el fabricante francés, que se enorgullece de haber creado el producto más galardonado de la historia de la Alta Fidelidad, ha hecho mucho más que poner a punto un amplificador integrado de muy alta tecnología. Ha conseguido, partiendo desde cero y, eso sí, con unos recursos técnicos y humanos fuera del alcance de la mayoría dentro del ámbito del High End, redefinir el concepto de reproducción sonora de alto nivel en el hogar con una plataforma extraordinariamente potente y flexible que admite varias “declinaciones” en función de los intereses y las posibilidades de cada usuario.

Así, todos los modelos de gama, desde el 120 al 800, comparten muchos esquemas tecnológicos clave, hasta punto de que no es en absoluto arriesgado afirmar que ambos productos guardan una gran afinidad en términos de sonido y capacidad operativa. Por otro lado, hay otro aspecto fundamental para entender la filosofía de Devialet: un diseño físico y conceptual que busca ampliar la base de usuarios potencial extendiéndola hasta los amantes de los productos de alta tecnología que emanen sofisticación y exclusividad. Un reto nada sencillo que ha sido posible resolver con éxito gracias a la doble condición de melómanos y “tecnólogos” radicales de quienes conducen los destinos de la compañía parisina. Quizá la manera más práctica y, a la vez, elegante de entender lo que acabamos de decir sea echando un vistazo al recorrido que figura en la   página web de Devialet a través de las tecnologías más relevantes que han sido desarrolladas por ellos. Y es que el carácter evolutivo de la plataforma empleada –basada en tecnología digital ultrapotente hecha a medida y, por tanto, nada convencional ni “estándar”- permite a los Devialet evolucionar de manera continuada en función de refinamientos que se van incorporando en su mayoría vía descargas de software.

El resultado de esta manera de trabajar es una gama de amplificadores integrados con procesado digital y capacidad de conexión a redes (porque esto es, en esencia, lo que Devialet nos propone) que no deja de sorprender. Todo ello, por supuesto, conservando los elementos fundamentales del ADN de la marca, como se encarga de recordarnos de inmediato el estilizadísimo y muy atractivo modelo 200, una de cuyas unidades hemos evaluado a fondo en nuestro cuartel general. Con una potencia de salida de 200 vatios continuos por canal a 6 ohmios, que se convierte en 400 vatios continuos a 6 ohmios en configuración monofónica (en este caso se obtiene una unidad que, combinada con otra en configuración “master-slave” nos permite obtener el sistema doble monofónico Devialet 400), el Devialet 200 ejemplifica a la perfección el espíritu de un tipo de producto prácticamente único y repleto de innovaciones a cual más audaz. De este fascinante producto habría que destacar en primer lugar el esquema de amplificación híbrido analógico/digital ADH, clave en el excepcional refinamiento sonoro que caracteriza a los muy “digitales” Devialet y, de hecho, “alma” incuestionable de la marca. A ello hay que añadir un “cerebro” que permite llevar a cabo el tratamiento íntegramente digital de la señal mediante un esquema basado en 3 “chips2 DSD con arquitectura SHARC, que funciona en coma flotante a 400 MHz con palabras de 40 bits/192 kHz  y asistido por otros 6 procesadores de tipo RISC especializados.

También tenemos una fuente de alimentación conmutada de alta potencia (600 vatios continuos y hasta 3.000 vatios de pico) con corrección del factor de potencia y, algo inusual en una electrónica de amplificación de estas características, una elevada capacidad de manejo de corriente que, incluso, garantiza la compatibilidad con cajas acústicas de 2 ohmios de impedancia. El Devialet 200 se caracteriza también por integrar una conectividad a redes –tanto por cable como inalámbrica- muy completa y robusta por cortesía de la plataforma universal AIR de Devialet, que, además de permitir el “streaming” de señales de audio de alta resolución (máximo PCM a 24 bits/192 kHz tanto por Wi-Fi como por cable), ha sido especialmente concebida para minimizar la influencia de posibles caídas y/o sobrecargas. Del Devialet 200 también hay que destacar la potencia del módulo de fono MM/MC opcional, que, bajo la denominación RAM y gracias a un sistema de configuración dinámica único, permite una adaptación perfecta (¡con 256 combinaciones posibles para la impedancia/capacitancia de carga!) a todo tipo de cápsulas fonocaptoras, diseños de bobina móvil de muy baja salida incluidos. También para la conversión D/A se dispone de una circuitería especial en la forma del denominado “Magic Wire”, un esquema que combina “chips” tan reputados por su musicalidad como el PCM1792 de Burr-Brown (ahora Texas Instruments) con un subsistema de sincronismo que reduce el nivel de “jitter” hasta unos muy meritorios 2 picosegundos. El Devialet 200 también incluye una circuitería de conversión A/D para digitalizar, si el usuario así lo desea, cualquier señal analógica entrante y, de este modo, utilizar el “motor DSP” del aparato para tratarla. Y en lo que concierne a su conectividad USB, hay que destacar la compatibilidad con la codificación monobit DSD con frecuencia de muestreo de 3’072 MHz; todo un lujo.

Si nos vamos al campo de las medidas de laboratorio, los registros de que hace gala el Devialet 200 son espectaculares, con una relación señal/ruido de 130 dB y una banda pasante totalmente plana de 0 a 30.000 Hz como parámetros más significativos. Hay que tener en cuenta que todo lo que acabamos de decir, aparentemente muy complejo para el usuario no familiarizado con las intimidades de High End, se puede gestionar online gracias a una capacidad de configuración. De este modo, el propietario del 200 puede configurar a su libre albedrío las posibilidades operativas y la conectividad (sección de fono incluida). Por si fuera poco, desde el año pasado se dispone de una herramienta más que completa la cuadratura del círculo virtuoso creado por Devialet: el procesado SAM, acrónimo de “Speaker Active Matching” o Adaptación de Cajas Acústicas Activa, que permite al usuario conseguir un grado de integración nunca visto entre el Devialet y las cajas de su equipo de Alta Fidelidad, aprovechando la potencia del “corazón” digital del primero para, previa carga de los parámetros fundamentales de las segundas, optimizar su comportamiento en tiempo real. Es precisamente el funcionamiento en el dominio del tiempo y no en el de la frecuencia (susceptible de provocar rotaciones de fase y retardos perjudiciales para la música) lo que permite al Devialet 200 establecer una sinergia óptima con las cajas acústicas asociadas y reproducir con una precisión extraordinaria los matices de la señal musical. Del Devialet 200 tampoco hay que olvidar su característico, bellísimo y versátil chasis, cromado obtenido a partir del mecanizado de precisión de un bloque de aluminio macizo, y el refinado mando a distancia por radiofrecuencia a juego.

 

Excepcionalidad hecha a medida

La comodidad y potencia brindadas por el sistema de configuración online desarrollado  por Devialet –de nombre “Configurator”- hace que la puesta a punto del 200 resulte de lo más excitante. Por otro lado, no resulta difícil hacerse con cajas acústicas integradas en la “galaxia SAM”, opción que se nos antoja ahora mismo como poco menos que imprescindible. De ahí que combinemos el 200 con una pareja de cajas acústicas Sonus faber Olympica II, utilizando para la conexión un cable perteneciente a  la flamante 5ª generación de la gama Super de Transparent Audio.
Sinceramente, hay que reconocer que el Devialet 200 exhibe una curva de respuesta en frecuencia subjetiva –es decir la que percibimos y hace que el sonido nos guste realmente más o menos- que hace que cualquier grabación musical le seduzca a uno de inmediato. La resolución y autoridad y, a la vez, la enorme humanidad que se desprende de la escucha del Devialet 200 son de las que hacen historia. La dinámica, espectacular, invita a reescuchar grabaciones –de cualquier fuente y en cualquier formato- que creíamos conocer al dedillo, todo ello cortesía de la excepcional rapidez y precisión proporcionadas por un diseño de base que llave ya sobre sus espaldas varios años de refinamientos sucesivos y cuya suma permite marcar diferencias de modo inapelable. Lógicamente, si hay dinámica, hay espacialidad y, por tanto, capacidad para que cada instrumento, amén de ser extremadamente fiel al original en términos de tímbrica, exhiba sus dimensiones reales y ocupe el lugar que le corresponde dentro de la interpretación recreada. Precioso y preciso, el Devialet 200–tanto con SAM como sin SAM- es una clara demostración de que incluso diseños aparentemente perfectos pueden ser mejorados con unos resultados más que notables: en este caso, sobresalientes.