
El valor de las cosas bien hechas
Hay en el mundo del audio High End referencias y referencias, pero muy pocas absolutas, pese a que tanto en la prensa especializad como en Internet se sigue haciendo un cierto abuso del término. Sin embargo, nosotros llevamos ya varias décadas probando el mejor material del mundo en lo que a reproducción sonora en el hogar se refiere, por lo que consideramos humildemente que nuestra escala de valoración está perfectamente “calibrada”. Y esto significa que si definimos un producto como referencia absoluta somos absolutamente honestos al respecto.
Tal definición encaja perfectamente con todos y cada uno de los modelos comercializados hasta la fecha por D’Agostino Master Audio Systems, una compañía estadounidense que combina el espíritu artesanal en su máxima expresión con soluciones técnicas punteras en lo conceptual e irreprochablemente ejecutadas en lo formal. Primero fueron las etapas de potencia monofónicas Momentum y luego su “simplificación” estereofónica del mismo nombre para llegar al protagonista del presente Blog: el preamplificador estereofónico Momentum Preamplifier, una joya en todos los sentidos, empezando por su estética realmente única, que pone en manos de su afortunado propietario el que sin duda es para nosotros el mejor producto de su clase basado en tecnología de estado sólido (es decir, con transistores como dispositivos activos).
La Filarmónica de Viena en el salón de nuestra casa
Una auténtica belleza, y además “diferente”. Es lo mínimo que se puede decir del Momentum Preamplifier, que es rematado por un mando a distancia (y además a radiofrecuencia) a juego con la estética lujosa y a la vez marcadamente “high tech”. Un producto cuya presentación en sociedad estuvo precedida de una inusual aura de exclusividad como consecuencia del carácter innovador de su concepción, la originalidad de su diseño y el perfeccionismo de su construcción.
Como decíamos anteriormente, estamos ante una electrónica que fue creada con el objetivo de explotar al máximo el potencial de las etapas de potencia Momentum de D’Agostino, con las que comparte muchísimos elementos de diseño industrial y electrónico. Despunta de entrada la precisión casi de industria relojera de sus mecanizados, con el cuerpo principal y los diferentes botones y controles fabricados íntegramente en metal. En este sentido, destacan especialmente los disipadores térmicos de cobre de alta pureza dispuestos en una configuración utilizada por la industria aeroespacial –aprovechando el denominado efecto Venturi para acelerar la evacuación de las calorías sobrantes sin emplear ventilación forzada- y el inconfundible indicador de funciones analógico inspirado en los diseños de la legendaria marca de relojes de lujo Breguet, de la que Dan D’Agostino, fundador y presidente de D’Agostino Master Audio Systems, es un auténtico fan.
A ello se añade una muy inspirada construcción en dos bloques separados, hasta el punto de que la integración visual entre ambos es tan perfecta que da la sensación de constituir una única pieza. Y es que la estilizada base a juego, soportada por conos de desacoplo metálicos, alberga en su interior nada menos que el subsistema de alimentación, asegurando de este modo que los delicados circuitos de audio estén completamente libres de ruidos e interferencias potencialmente generados por la señal procedente de la red eléctrica.
Vale la pena entretenerse en quitar los pequeños tornillos que fijan la cubierta protectora del bloque de alimentación porque el “paisaje” que se contempla es magnífico: ejecución impoluta de los circuitos, componentes de la máxima calidad, mecanizados irreprochables.En definitiva, High End a nivel de referencia absoluta en estado puro. Más allá de su despampanante físico, el D’Agostino Momentum Preamplifier es una electrónica que lleva hasta sus últimas consecuencias algunas de las ideas más avanzadas en el campo del diseño de electrónicas de audio. No en vano, Dan D’Agostino ha invertido más de tres décadas en refinar su apuesta por el “solid state” como la mejor opción para reproducir la emoción de la música en la intimidad del hogar. Es el caso de la topología circuital cien por cien balanceada, utilizada con el fin de maximizar el ancho de banda y minimizar el ruido.
O bien del uso generalizado de componentes electrónicos discretos de muy alta calidad (lo que hace que se prescinda por completo de amplificadores operacionales) y la ausencia de realimentación, soluciones ambas encaminadas a conseguir un sonido lo más rico, natural y desacomplejado posible. El control de volumen es fascinante, posee una espectacular estética que oculta un diseño circuital que combina una escalera de resistencias de alta precisión gobernada por un controlador óptico para preservar la integridad de los más complejos mensajes musicales. En lo que concierne a la conectividad, se dispone de un total de 6 entradas y 2 salidas balanceadas (con adaptadores RCA a XLR suministrados de serie). Vale la pena insistir en el hecho de que el Momentum se fabrica y comprueba de forma completamente artesanal e individualizada en la factoría que D’Agostino posee en Connecticut (nordeste de Estados Unidos), detalle que refuerza la condición de “joya” del aparato.
Una referencia absoluta por muchos años
Aunque el Momentum Preamplifier se puede combinar con cualquier etapa de potencia, nosotros lo probamos con la única electrónica que realmente le va como anillo al dedo en el sentido estricto de la expresión: las antes citadas etapas de potencia monofónicas (también podría ser la estereofónica) Momentum de la propia D’Agostino, utilizando como cajas una pareja de Wilson Audio Sophia Series 3. El resto, un lector de SACD Krell Evolution 505 y cableado de la Serie Reference de Transparent Audio (balanceado en el caso de interconexión).
Muchos pensarán, y sobre el papel igual están en lo cierto, que la mejor manera de percibir diferencias subjetivas relacionadas con la aportación de un componente concreto a distintos sistemas es comparando, por ejemplo, el resultado obtenido con las Sophia Series 3 con el aportado por las Alexia o las renovadas Sasha de la misma Wilson Audio. Pero en este caso no hace falta, ya que, desde el primer momento, nos damos cuenta de que el Momentum Preamplifier es un producto con una personalidad sonora muy definida. Así, el preamplificador de D’Agostino –irresistible la sensación que poderío y exclusividad que se desprende del manejo del control de volumen del aparato- impresiona por la linealidad casi perfecta de su curva de respuesta en frecuencia subjetiva. En efecto, empezamos por quitarnos el sombrero ante un extremo grave asombroso por su redondez y control, amén del control absoluto que exhibe a cualquier nivel de volumen… las Wilson dan para mucho en este sentido. Todo ello con una sensación de tridimensionalidad y una definición apabullantes por cortesía de la legendaria “furia” de las electrónicas de referencia diseñadas por Dan D’Agostino y la apertura de las Sophia Series 3 trabajando en perfecta simbiosis. Además, seduce en grado extremo la percepción de que, sin perder un ápice de su infinita elegancia, el preamplificador Momentum es capaz de exhibir una velocidad de respuesta que no tiene nada que envidiar a la del mejor directo. Y esto, por descontado, con todo tipo de música, brillando con luz propia el posicionamiento impoluto de los instrumentos de las grandes formaciones orquestales. En definitiva, resolución en grado sumo.
Estamos, pues, ante una nueva demostración de lo que Dan D’Agostino es capaz de hacer cuando el único límite que se impone a la hora de devolver a la vida la música grabada es precisamente que no haya ninguno. El Momentum Preamplifier es, definitivamente, un producto que alegrará la existencia a quien se lo pueda permitir porque, en nuestra opinión, no tiene ningún punto débil. Sublime.