
El protagonista de este Blog es la “segunda edición” de una electrónica que se convirtió de inmediato en un referente dentro del reñido mercado del audio High End verdaderamente democrático: el ultrapremiado amplificador integrado estereofónico 6000A de la renacida Audiolab. Un producto que, como bien se encargaron de subrayar quienes lo pusieron a punto (a partir de un ambicioso proyecto iniciado hace casi 10 años), era el más asequible comercializado por la marca británica en toda su existencia, reforzando de este modo su condición de icono indiscutible del llamado “High End asequible”.
Ahora, con la versión “MKII”, Audiolab demuestra con brillantez otra de sus normas no escritas: el lanzamiento al mercado de una nueva referencia sólo si tiene algo “sólido” que aportar a su predecesor. Dicho y hecho con el 6000A MKII, en el que adiciones minuciosamente pensadas al grueso de sus subsistemas clave han generado una electrónica brillante en prestaciones y funcionalidad, que afina una personalidad sonora que logra dar vida a la música con un brío y una calidez propios de realizaciones sensiblemente menos accesibles. Una propuesta, en suma, que enlaza con la mejor tradición de la Alta Fidelidad en su condición de herramienta para recrear la emoción y el impacto de nuestras grabaciones musicales favoritas poniéndola de paso al alcance de todos los bolsillos.
La importancia de los pequeños cambios que logran grandes resultados
¡Y además sin que el precio final “sufra” en exceso por ello… habría que añadir! Porque ya se sabe que, a fuerza de incrementar el precio se soluciona todo, o casi. Sin embargo, si nos movemos en las delicadas arenas de la relación calidad/precio al máximo nivel con la condición “sine qua non” de preservar la musicalidad, hay que hilar muy fino para superar un producto “redondo”, a fin de convertirlo en uno que le supere de manera perceptible en términos de sonido.
En el caso concreto de la categoría a la que pertenece el protagonista de este Blog (amplificadores integrados estereofónicos con DAC incorporado), el repertorio de elementos susceptibles de recibir avances “sensibles” es fácil de intuir: la sección de amplificación por un lado y la de conversión D/A, alias DAC, por otro. Y luego siempre se pueden realizar aportaciones en materia de conectividad, con el fin de expandir las opciones ya disponibles o, si se tercia, de adaptarlas a necesidades y/o tendencias de última hora. Dicho esto, ¿qué se podría cambiar en la parte “analógica”? De entrada, la fuente de alimentación, sustituyendo sus componentes fundamentales (el transformador y los condensadores de almacenamiento), por otros de calidad superior, reorganizando incluso su disposición física.
¿Qué significa esto? Por ejemplo, reducir las vibraciones mecánicas del transformador y minimizar los campos magnéticos parásitos que emite, o sustituir los condensadores por unos de grado audiófilo. En lo que concierne a la amplificación de potencia, y en menor medida, del bloque de preamplificación o el amplificador de auriculares dedicado (si procede, claro), las actuaciones a efectuar deberían concentrarse en los componentes críticos, priorizando los de tipo discreto, y en la organización de los circuitos de los que forman parte. En cuanto a la sección DAC, es evidente que el primer cambio es el del “chip” que la protagoniza, que por regla general también alberga el filtrado digital, por uno superior, sin olvidar en ningún momento la electrónica que lo soporta.
6000A MKII: aprovechando la experiencia adquirida por la “nueva” Audiolab
En perfecta sintonía con lo que acabamos de decir, el protagonista de este Blog incorpora progresos sensibles en todos y cada uno de sus aspectos clave con respecto a su galardonado predecesor, el amplificador integrado estereofónico con DAC 6000A. Todo con el objetivo de mantener su condición de opción idónea para quienes buscan excelencia sonora y precio sin renunciar a un amplio elenco de funcionalidades. Encontramos en primer lugar un opulento transformador toroidal de 200 VA del que hay que apuntar el incremento de la tensión entregada por los devanados secundarios y la reducción de la impedancia, con el objetivo de controlar con una eficacia todavía mayor el voltaje de la fuente de alimentación.
El sonido: empuje y nivel de silencio mejorados para una escucha más “Hi-Res”
Probamos el 6000A MKII asociado a su mecánica de transporte CD dedicada, la 6000CDT, un reproductor de música en red WiiM Pro+, un giradiscos Pro-Ject Debut Carbon EVO y una pareja de cajas acústicas Mission 700 montadas sobre sus elegantes soportes de suelo dedicados, estando el conjunto cableado con In-Akustik en su totalidad. La primera característica del Audiolab es la magnífica precisión tonal que exhibe, plasmada en una tímbrica vistosa y recatada a partes iguales que resuelve con maestría cualquier grabación, independientemente de cuál sea el género musical a la que pertenezca y la fuente utilizada.
La zona alta posee ese carácter aterciopelado que todavía es una de las señas de identidad características del antaño denominado “sonido inglés” y hoy denominado “sonido británico”, del que, en línea con lo apuntado anteriormente, Audiolab es uno de sus abanderados insignes. Idéntica calidez se percibe en la zona inferior del espectro, muy bien provista en términos de profundidad y control, y, por supuesto, en la exigente gama media, con voces e instrumentos (en especial el piano) fácilmente reconocibles por la calidez con que son restituidos. El A6000A MKII es coronado por un “plus” de dinámica que expande adicionalmente la escena sonora creada y por lo tanto añade credibilidad a la presentación global de cada grabación.