
Uno de los mejores amplificadores integrados del mundo.
Una vez más, dedicamos nuestro Blog semanal a un tipo de producto que no deja de asombrarnos: la amplificación a válvulas. Y decimos que no deja de asombrarnos porque las opciones de que disponemos consiguen realmente casi “descolocarnos” como consecuencia de la excepcional calidad sonora que son capaces de aportar a la reproducción de la música grabada. Esto significa que no todos los amplificadores a válvulas merecen la anterior consideración, sólo aquellos que han sido diseñados con criterios genuinamente musicales y sus fabricantes se han tomado además su trabajo lo suficientemente en serio para trasladar esos criterios, esa pasión, al ámbito de la ingeniería y la fiabilidad.
Porque, sinceramente, llevamos ya muchos años probando y analizando electrónicas a válvulas y podemos decir con modestia, aunque con autoridad, que las hemos visto de todos los colores: máquinas excelsas en su construcción física, con unos diseños de aúpa, pero que suenan sin alma; y máquinas más bien “desarrapadas” que suenan divinamente pero por poco tiempo como consecuencia de una fiabilidad mediocre cortesía de un diseño poco maduro y/o el uso de componentes musicales poco serios. Lo que acabamos de decir nos conduce a un razonamiento previsible, por lógico: amplificadores a válvulas que reúnan lo mejor de todos los mundos posibles hay pocos, muy pocos. Uno de ellos es el que protagoniza estas líneas, un producto que -¿lo adivinan?- está firmado por una de las auténticas leyendas incontestables de audio de todos los tiempos: la estadounidense Audio Research. En concreto, su modelo integrado de mayor nivel, el VSi75, que se presenta con un capital único: ADN cien por cien Audio Research (léase del espíritu del fundador de la marca, el recordado y celebrado William Z. Johnson) apoyado por una ejecución que se beneficia de los dividendos de la incorporación de la marca en el potente Fine Sounds Group. El resultado es una máquina muy depurada en su planteamiento que seduce por un sonido del que lo menos que se puede decir es que es delicioso.
De nuevo, y nunca mejor dicho, la belleza está en el interior
Un aspecto clave de la excepcional musicalidad de la práctica totalidad de modelos que Audio Research ha comercializado en su larga y fructífera trayectoria empresarial –casi 45 años- es el extraordinario, reconocido incluso por sus competidores, nivel de refinamiento de las soluciones circuitales que utiliza. Soluciones refinadas y complejas que se traducen en un sonido franco, transparente, rico y particularmente dinámico. Si a ello le añadimos la disponibilidad generalizada de válvulas de vacío de alta calidad y fiabilidad a partir de la desaparición de la antigua Unión Soviética, parece lógico que la “excelencia Audio Research” sólo puede ir a más.
En este sentido, no hay que olvidar que algunos modelos míticos de la marca tuvieron que echar mano de componentes de dudosa reputación –es lo que había en su momento- y sin embargo su sonido ya marcaba diferencias. Por el contrario, con el VSi75 todo son ventajas: topología circuital muy evolucionada con elementos adoptados de los modelos de la gama Reference, gran calidad de fabricación y algún que otro guiño a los aspectos “automáticos” para que el usuario pueda beneficiarse de una serie de elementos de tipo práctico que pueden resultar muy útiles. Como adelantábamos, el VSi75 no es lo que se dice un bellezón porque hereda la línea espartana que desde siempre ha caracterizado –y, aunque no lo parezca, tiene muchos adeptos- a Audio Research. Un toque “vintage” acentuado, cierto, y también muy “industrial” es lo que tenemos de entrada, lo que no quita que con la proximidad física el aparato gane como consecuencia del aura de calidad, de producto bien hecho, que desprende. A un nivel ya más objetivo, lo que tenemos es un amplificador integrado estereofónico basado en el VSi60 que, gracias a la incorporación de elementos utilizados en la exclusiva etapa de potencia Reference 75 de la firma estadounidense, establece un nuevo nivel de excelencia sonora dentro de las realizaciones de su clase. En lo que a topología circuital se refiere, el VSi75 utiliza un diseño cien por cien a válvulas materializado en la presencia de dos dobles triodos 6H30 (uno por canal) y cuatro dispositivos de potencia KT120 (dos por canal), dotación idéntica a la del citado VSi60 pero que le permite obtener unas prestaciones sustancialmente superiores (la potencia de salida es de 75 vatios continuos por canal sobre 4/8 ohmios) como consecuencia de los cambios incluidos en varios componentes clave.
El primero de dichos componentes es el transformador de alimentación, diseñado expresamente para optimizar el potencial de las válvulas de potencia KT120; por su parte, los transformadores de salida son los mismos que se utilizan en la antes citada Reference 75, lo que, sumado al uso de los exclusivos condensadores de desacoplo utilizados en esta última y la multiplicación por dos del valor de la capacidad de almacenamiento de los condensadores empleados en la fuente de alimentación (350 julios en total para ser exactos), hace que el Audio Research VSi75 exhiba un ancho de banda impresionante. De hecho, los puntos de corte a -3 dB de la curva de respuesta en frecuencia son 1 y 70.000 Hz, un registro espectacular para un amplificador a válvulas, lo que hace que el aparato se adapte magistralmente a la reproducción de la música a tamaño natural tanto en términos de impacto y presencia como de respeto en la restitución de los matices más delicados. En lo que a su aspecto externo se refiere, el Audio Research VSi75 se aprovecha de las sutiles pero efectivas mejoras incorporadas en las últimas generaciones de productos de Audio Research, con una placa superior de metal anodizado, esquinas suaves y sin costuras, seis botones (también de metal anodizado) para la gestión del aparato (con control de la fundamental polarización de las válvulas ) y un visualizador de funciones LCD alfanumérico. Destaca, en este sentido, el nuevo control de volumen, que, con un total de 103 pasos de ajuste (mucho más finos a medida que el nivel de volumen desciende), pone en manos del usuario un control absoluto de la presentación sonora correspondiente a cada grabación. En cuando al panel posterior, encontramos cinco juegos de entradas no balanceadas, un bucle de entrada/salida para grabación, un conector IEC para el cable de red y terminales de conexión a cajas acústicas separados para impedancias de 4 y 8 ohmios. En definitiva, lo necesario para un producto de filosofía eminentemente clásica en el que búsqueda de la máxima naturalidad en la reproducción de la música tiene prioridad absoluta.
Pureza y naturalidad sonora absolutas
De las múltiples opciones que permite una máquina como el VSi75 para su evaluación a fondo, elegimos un previo de fono Audio Research PH6, una pareja de cajas acústicas Sonus faber Olympica II y, como fuente, el recientemente premiado por EISA conjunto Pro.Ject Xtension 9 Evolution SuperPack con cápsula de bobina móvil Sumiko Black Bird. Para las conexiones optamos por modelos contrastados de van den Hul, concretamente el The Thames para el plato y el The Revelation para las cajas.
Con el equipo en marcha desde unas cinco horas antes de la sesión de escucha, la verdad es que dos son las cualidades del sistema con las que vale la pena quedarse: en primer lugar, el VSi75 no sólo es tremendamente resolutivo, sino también excepcionalmente equilibrado y “aireado”. La verdad es que las Olympica II “respiran” con una holgura tal que da la sensación de que las estamos atacando con una etapa de potencia de muy alto nivel. Probablemente, una gran “culpa” de que las cosas sean así la tiene la formidable banda pasante del Audio Research, que con un comportamiento muy lineal hasta más allá de 50 kHz permite, por supuesto, con la inestimable colaboración de una fuente de alimentación muy musculosa, reproducir los embates dinámicos más exigentes sin arrugarse. A su vez, el renovado diseño electroacústico de las Sonus faber expresa lo mejor de sí mismo en combinación con la neutralidad rigurosa de una fuente en cuyo diseño se ha considerado a partes iguales la maximización de la resolución y la dinámica. El resultado es un sonido abierto, ágil, rico y prácticamente sin fisuras “tímbricas”. La zona media es limpia y poderosa a la vez que perfectamente integrada en el conjunto armónico de cada presentación, mientras que los graves no presentan realces artificiosos y la componente espacial de cada presentación es, al menos para la sala en que se llevó a cabo la escucha, más que convincente. Una nueva lección de música por cortesía de un auténtico “grande del audio” que sigue explorando las fronteras del sonido absoluto con pasión adolescente.