
Un sueño convertido en realidad
No es fácil abordar con humildad y respeto al aficionado medio y a la vez contener el lógico entusiasmo que comporta el poder analizar un producto que ya antes de ser desembalado viene precedido por todo tipo de superlativos: dimensiones, peso, calidad de los componentes empleados, sofisticación de la ingeniería de los circuitos y la gestión del conjunto. Y críticas apasionadas de quienes han tenido la oportunidad de escucharlo. ¿Cuál es el protagonista del Blog de esta semana? Pues simple y llanamente EL amplificador… por lo menos en lo que diseños a válvulas se refiere, aunque en nuestra opinión tal calificativo habría que extenderlo a todas las categorías existentes, tal es la excelsitud de nuestro elegido. Porque, ¿qué es lo que debe hacer un amplificador concebido sin el más mínimo compromiso en lo que a obtención de la más alta musicalidad se refiere? Pues sencillamente disponer en todo momento de la potencia requerida por las cajas acústicas para que nuestra sala de estar albergue, y además perfectamente ubicados en “su” espacio, a los componentes de una gran orquesta sinfónica interpretando música a niveles de presión sonora idénticos a los del mejor directo Todo ello respetando escrupulosamente todas esas sutilezas armónicas y espaciales que dan “calor”, humanidad, a la música. Dicho con otras palabras, un amplificador perfecto es como el motor de un superdeportivo digno de tal nombre: brutal en su fuerza y a la vez armonioso y controlado en la progresión con que la administra. Hay etapas de potencia muy robustas pero toscas y otras extraordinariamente delicadas pero que se ahogan cuando a la calidad se le pide que vaya acompañada de idéntico nivel de “cantidad”. Estamos firmemente convencidos de que el bloque monofónico de potencia Reference 750, formato que a su vez es la expresión última del refinamiento en amplificación de audio sin compromiso, del más reputado fabricante de electrónicas a válvulas del mundo, la estadounidense Audio Research, no sólo ejemplifica a la perfección las anteriores reflexiones, sino que establece un nuevo y difícil de superar patrón de referencia para todos los productos de su categoría.
El legado de William Z. Johnson elevado a la máxima potencia
Más de 40 años en la primera división de la reproducción musical y además con el “plus” de haber nacido para reivindicar la superioridad sonora de las válvulas de vacío en un momento en el que los incipientes dispositivos de estado sólido estaban arrasando. Y por si fuera poco, dirigida durante décadas por un genio reconocido del diseño de circuitos que por desgracia nos dejó hace ya unos años: William Z. Johnson. Genio porque una válvula determinada colocada en un circuito creado por él sonaba mejor que esa misma válvula en un circuito diseñado por otro. Así nació el concepto de “Alta Definición” en audio, lema de Audio Research y que con los años se ha ido depurando hasta alcanzar las increíbles cotas de perfección exhibidas por el actual “súmmum” de la firma estadounidense: la gama Reference. Pues bien, para situarnos, se podría decir que la Audio Research Reference 750 es algo así como “el súmmum del súmmum”, la herramienta definitiva para que la señal más rica procedente de la mejor fuente llegue a nuestros oídos sin la más mínima modificación y a tamaño real.
Más de uno se preguntará el por qué de la apuesta permanente, casi existencial, de Audio Research por las válvulas de vacío, por lo que nos permitiremos un pequeño inciso. Desde el punto de vista físico, un tubo –o lámpara- electrónico se representa bajo la forma de un bulbo de vidrio dotado de contactos en una de sus extremidades, pareciéndose el conjunto un poco a una bombilla eléctrica. Si hacemos este enfoque es porque, aparte de la forma y el material del envoltorio, existe entre ambos elementos otro punto común cuya importancia es crucial: el medio interno del tubo no es otro que el vacío. Este vacío es necesario por varias razones. La primera es que, al igual que en las bombillas eléctricas, los tubos electrónicos están equipados con un filamento que en la mayoría de casos es una espiral fabricada en un finísimo hilo de tungsteno. Al hacer circular una corriente eléctrica en el interior de este filamento, éste se pone al rojo vivo evitando el vacío que se consuma. La segunda razón es que los electrones también tienen necesidad de ese vacío para poder desplazarse en las mejores condiciones posibles. En consecuencia, cuanto mayor sea el nivel de vacío alcanzado mayor será la calidad del tubo. El desplazamiento de los electrones es posible gracias a la acción conjunta del filamento y la aplicación de diferentes potenciales (tensiones eléctricas) en los elementos metálicos (electrónicos) que figuran en el interior del tubo. La diferencia con respecto a componentes modernos como los transistores, tanto bipolares como de efecto de campo, radica fundamentalmente en la forma, ya que si en el caso de las lámparas los electrones se desplazan en el vacío, en el del transistor se les hace atravesar la materia (concretamente el silicio).
Por lo tanto, al ser tan radicalmente diferentes los modos de funcionamiento de ambos dispositivos, no es de extrañar que haya divergencias importantes en los resultados sonoros proporcionados por cada uno. Pero una cosa es que haya divergencias y otra que, para muchos, las válvulas, siempre y cuando estén debidamente organizadas en la configuración adecuada, simplemente suenan mejor. ¿Y por qué las válvulas suenan mejor? La respuesta se llama circuito eléctrico equivalente. Nos explicamos: todo dispositivo tiene una configuración interna que le permite asimilarlo a un circuito eléctrico, y por tanto con sus resistencias, condensadores, etc. Y, claro, dicho circuito tiene su pertinente función de transferencia, que relaciona la señal de salida con la de entrada… y por tanto un comportamiento determinado con las frecuencias (y la correspondiente fase) que trata. Pues bien: parece ser que en las válvulas de vacío se da preponderancia a la distorsión armónica de orden par, es decir los múltiplos 2, 4, etc. de la frecuencia de entrada que aparecen en la salida como consecuencia de las particulares características de las válvulas empleadas. Una distrosión que resulta especialmente agradable a nuestro cerebro. De ahí esa mayor superioridad sonora de las válvulas cuando, insistimos en ello, están correctamente implementadas. ¿Problemas? En principio, la falta de fuerza y pegada. Pero, insistimos: sólo en principio porque los tiempos han cambiado, y mucho, como lo demuestra el protagonista del presente Blog. El Reference 750 de Audio Research es un producto muy meditado. Es el resultado de varios años de investigación y desarrollo en componentes y circuitos de audio para buscar un digno sucesor de la que en su momento era el buque insignia de la marca en materia de amplificadores, la etapa de potencia monofónica Reference 610T. Con una presencia imponente, aunque a la vez espartana, tocada por el inconfundible toque “vintage” de Audio Research, la Reference 750 es un producto que se aprovecha de una serie de adelantos inéditos en el mundo de las válvulas de vacío que han revolucionado la estética sonora asociada a este tipo de dispositivos. Es el caso de las 16 válvulas de potencia KT120 (un dispositivo de vacío de última generación cuyas especificaciones barren literalmente a los de las generaciones precedentes), excitadas a su vez por otras dos KT120 emparejadas, que trabajando en el clásico esquema push-pull en Clase AB de Audio Research permiten a la Reference 750 entregar la friolera de 750 vatios continuos (es decir, ligeramente más que 1 caballo de vapor… ¡para un amplificador de audio!) sobre 8 ohmios. Por su parte, la sección de entrada combina transistores JFET de muy bajo ruido (cuyas características internas son asimilables a las de las válvulas de vacío) con un doble triodo 6H30, mientras que de la regulación de la fuente de alimentación se encargan una 6H30 de ataque y una 6550WE. Todo ello en el contexto de una reserva de energía total de 1.300 julios que asegura la perfecta preservación de los más brutales contrastes dinámicos. Para entenderos: 1.300 julios entregados en 1 segundo son 1.300 vatios, lo que significa que pocas demandas de potencia instantánea podrán resistirse a este amplificador.
Desde el punto de vista constructivo y estético, la Reference 750 utiliza elementos de diseño empleados por vez primera en los bloques monofónicos Reference 250, caso del nuevo chasis monocromático, los botones de aluminio y, sobre todo, los dos vúmetros analógicos que indican el ajuste de la polarización de las válvulas de potencia/la potencia de salida por un lado y, por otro, el valor de la tensión procedente de la red eléctrica. A ello hay que añadir un pequeño y útil visualizador LCD situado en el panel posterior que permite controlar las horas de funcionamiento de las válvulas de potencia.
Tenemos también terminales de conexión para cajas acústicas, así como una toma de entrada balanceada y otra para facilitar la integración en un sistema personalizado. Puestos a soñar, técnicamente se pueden utilizar siete o nueve –por ejemplo- Reference 750 para “motorizar” un sistema de Cine en Casa de locura absoluta.
Entendiendo en directo el concepto “sin limitaciones”
Aprovechando la sala que en su momento preparamos para probar las Sonus faber Aida combinamos una pareja de Reference 750 con un reproductor de CD/SACD Esoteric K-05, un “streamer” NA-11S1 de Marantz y un giradiscos Brinkmann Balance con cápsula van den Hul The Colibri. La sección de control es confiada al preamplificador de línea Reference 10 y a su homólogo de fono Reference Phono 2 SE, ambos también de Audio Research, mientras que las cajas son en este caso unas Wilson Audio MAXX Series 3. Mantenemos también los cables, modelos de la gama Reference XL de Transparent Audio en su totalidad.
¿Qué decir de nuestras impresiones de escucha? De entrada, que por encima de la virtualmente total ausencia de coloración, la sensación más poderosa que uno experimenta cuando escucha un equipo de este nivel es la de una total ausencia de límites. Uno puede darle “al pedal del acelerador” tanto como quiera sin que haya distorsiones ni la curva tonal subjetiva se desequilibre lo más mínimo. En la Reference 750 coexisten el grave y el extremo grave a niveles de volumen muy elevados sin que haya pérdidas de amplitud ni, en las zonas media y alta del espectro, de finura: en definitiva, la electrónica perfecta para escuchar cualquier tipo de música con niveles de presión sonora idénticos a los correspondientes a su ejecución en vivo. ¿Dinámica? La que queramos, como en la más brutal de las electrónicas a transistores. Cuesta reconocerlo, pero con este amplificador uno se olvida por fin de toda la “cacharrería” y se siente simple y llanamente como en la mejor butaca de su sala de conciertos o club de jazz preferido. Suena a tópico pero no lo es tanto por la sencilla razón de que tal experiencia es realmente difícil de conseguir. Habría que insistir en la naturalidad deslumbrante y, a la vez, “tranquila” de los medios, unos medios absolutamente limpios ,rigurosos, que hacen posible que las voces se restituyan con un realismo del que le deja a uno boquiabierto. Cierto es que ha costado lo suyo llegar a tanta perfección, como lo demuestra la sofisticación conceptual y filosófica de las soluciones que incluso una compañía tan experimentada en el ámbito de las electrónicas a válvulas como es Audio Research ha tenido que desarrollar para conseguirla. Por su parte, la zona alta del espectro posee la transparencia y el equilibrio que cabe esperar en un amplificador a válvulas sin compromiso, mientras que a nivel espacial nos encontramos con un ejemplo de libro de texto de apertura y capacidad de focalización. Desde luego, no cabe la menor duda de que en la Reference 750 “la belleza está en el interior” a la vez que estamos convencidos de que William Z. Johnson se enorgullecería del trabajo de sus “pupilos”.