Abordamos en el Blog de esta semana la materialización tangible y verdaderamente bien hecha de uno de los “eslóganes” clásicos de lo que se conoce como sonido multisala o multiroom de prestigio: la célebre y recurrente, aunque no por ello menos real, frase “escúchelo todo, no vea nada”. Una frase que nos recuerda que son muchos los amantes de la buena música y el buen sonido para los que sin embargo las prioridades máximas de su tiempo de ocio son otras. Y también que hay muchas instalaciones en las que las prestaciones puras y duras deben ir cogidas de la mano por consideraciones de tipo práctico que van desde el respeto a una decoración específica hasta la obligación de ocultar esos elementos tecnológicos –electrónicas con sus luces y botones, cajas acústicas con sus altavoces- a la vista de quienes vayan a utilizarlas. En el caso del presente Blog corresponde a la descripción y escucha de un sistema ubicado fuera de nuestro cuartel general, se pedía : la virtual invisibilidad de los altavoces empleados. No en vano, el espacio que ocupa el sistema en cuestión es de tipo comercial –una tienda a la última- y no residencial, aunque ya adelantamos que los parámetros básicos del diseño del equipo podrían aplicarse perfectamente a una instalación “custom” de una casa o piso de dimensiones idénticas o incluso superiores. Por otro lado, estas líneas reflejan también nuestras impresiones sobre un tipo de producto que ha llegado a Sarte Audio Elite hace muy pocos meses: los sistemas de altavoces “invisibles” AmbienTone de In-akustik, unos productos altamente seductores que la firma alemana define como su particular “concepto espacial”.
Altavoces “invisibles” y el sistema multiroom más potente.
El conjunto que comentamos a continuación puede definirse en cierto modo como el punto de partida –hay opciones mucho más avanzadas en cuanto a complejidad formal- de lo que se entiende como “integración de sistemas”. Aquí el imperativo de diseño básico estaba muy claro: sonido de calidad sí, pero sin altavoces a la vista y con una electrónica que permitiese configurar un sistema multisala de alta calidad con conexión directa a Internet para, de este modo, evitar la necesidad de utilizar fuentes de música basadas en soportes físicos. Y cuando decimos Internet y alta calidad, significa “grado audiófilo” en el resultado final y compatibilidad con archivos de alta resolución (cuantificación a 24 bits y frecuencia de muestreo mínima de 96 kHz).
El otro imperativo era que las citadas electrónicas fuesen lo más compactas y fáciles de manejar posible, que disiparan poco calor y, por descontado en una instalación de tipo comercial en la que el sistema va estar funcionando de manera continuada un mínimo de ocho horas diarias, que su fiabilidad estuviese fuera de toda duda. La solución a este dilema, al que habría que añadir también el parámetro precio, fue, tanto para nosotros como para la empresa que llevó a cabo la ejecución práctica de la instalación, evidente desde el primer momento: los ultramodernos, musicales y asequibles RoomPlayer I de Simple Audio.
Recordemos que el RoomPlayer I es una fuente de música con sección de amplificación “digital” incorporada, concretamente una circuitería basada en el reputado concepto IcePower que le permite entregar 50 vatios continuos en cada uno de sus dos canales, destacando, asimismo, la presencia de salidas digitales en los formatos coaxial S/PDIF y óptica EIAJ-TosLink, entradas y salidas de audio analógicas, una toma de auriculares e incluso una salida para subwoofer.Por otro lado, el RoomPlayer I está equipado con una circuitería de conversión D/A de muy alta calidad capaz de trabajar con señales 24 bits/192 kHz. Evidentemente, dispone de “apps” –otra condición indispensable en la instalación- para gobernar todo desde un iPhone/iPad.En síntesis, tecnología, estética y
facilidad de uso al máximo nivel.
Igualmente sofisticados, aunque todavía más deslumbrantes son los sistemas de altavoces invisibles AmbienTone Nº6 de In-Akustik que completan la instalación. No sólo deslumbrantes… “flipantes” habría que decir una vez integrados en el espacio elegido, por su contribución a la estética global del mismo. No se puede negar que los In-Akustik suman más que restan a la inequívoca sensación de exclusividad que se desprende de la instalación al completo. No perdamos de vista que la AmbienTone Nº6 es una pantalla acústica compacta y ligera (570x435 mm más otros 45 mm de grosor y 3’5 kilos) cuyo secreto, su carácter de sistema de altavoces “invisible”, radica en un sofisticado diafragma plano que le permite integrarse a la perfección en paredes sólidas.
El módulo que la alberga se incrusta en un receso construido en la pared, a la vez que la configuración del sistema completo –de 2 vías para ser exactos- asegura un nivel de desacoplo muy alto entre la superficie del diafragma (el “altavoz” propiamente dicho) y la de la pared que lo rodea. Por lo demás, una respuesta en frecuencia que abarca desde 80 hasta 18.000 Hz asegura la reproducción sonora de alta calidad buscada. En este sentido, hay que decir que los requerimientos de diseño de la instalación no contemplaban la inclusión de elementos de refuerzo de graves aunque hay que señalar al respecto que en una posible segunda fase se podrían incluir varias unidades del también “invisible” subwoofer estereofónico pasivo AmbienTone Sub Nº2 de la propia In-Akustik, equipado con un transductor de panel plano. Insistimos en señalar que, en nuestro caso, la aplicación prioritaria del sistema permitía prescindir cómodamente del componente en cuestión, pero que quede claro al respecto que los RoomTune I contemplan la conexión del mismo a través de una salida específica para subwoofer.
Un sonido muy “visible” para un equipo virtualmente “invisible”
Ya en funcionamiento, el conjunto multisala Simple Audio/In-Akustik destaca por exhibir una elegancia suprema, una elegancia plasmada en una simplicidad de uso cuya única “imposición” al usuario es la elección de los virtualmente infinitos contenidos musicales que tiene a su alcance. Y aunque en apariencia da la sensación de que en esta instalación la forma se impone a la función, ello no impide que el sonido posea una indiscutible clase al satisfacer la meta deseada: Un sonido muy correcto, capacidad de discriminación, sensación de ambiente (excelente gracias a los transductores planos de las pantallas acústicas empleadas) y una buena dinámica. Todo ello minimizando la presencia de cables y, vale la pena repetirlo, con una configuración de conectividad muy robusta, limpia y fiable.