“Democratizando la alta aristocracia de Sonus Faber”. Así se podría definir la adición de dos modelos “Amator” a la serie que constituye la puerta de entrada en la galaxia de excelencia de la marca italiana, la Lumina. Es precisamente el más asequible de los dos, el versátil monitor ultracompacto Lumina II Amator, el protagonista de este Blog. Una caja acústica que aporta los mismos valores de base en tecnología, calidad de los materiales y refinamiento estético que el original.
La diferencia radica en un refinamento sutil con la finalidad de ganar en elementos clave de la restitución del sonido, ya sea estereofónico o multicanal, como son la espacialidad y la capacidad de análisis, incrementando en paralelo la belleza estética. En definitiva, para lograr musicalidad extra a partir de un producto ampliamente reconocido al respecto, y multiplicar su atractivo visual sin que ello comporte un aumento en el precio que le reste competitividad.
Monitores compactos y respuesta en graves: una cuestión de equilibrios
No es ningún descubrimiento decir que a la inmensa mayoría de amantes de la música les gustan los bajos, y es por muchos motivos, entre ellos uno en el que se suelen fijar los aficionados “avanzados” en el conocimiento de las interioridades de la reproducción musical doméstica. Nos referimos a la poderosa componente “psicoacústica” aportada por las octavas inferiores del espectro (nombre “técnico” de los graves) a la percepción del sonido, que al contribuir a la “linealización” de la comúnmente denominada “curva de respuesta en frecuencia subjetiva” hace que la escucha gane en “amigabilidad” y provoque menos fatiga.
A efectos prácticos, de llevar esto a buen puerto se encargan las cajas acústicas, dándose por sentado que tienen detrás una electrónica de amplificación que les entrega la potencia necesaria, sea cual sea el nivel de volumen y, por supuesto, con una distorsión mínima. Pero, claro, tener unos buenos graves implica mover aire con autoridad y, por lo tanto, disponer de transductores montados en un recinto con un determinado sistema de carga, a saber: suspensión acústica (caja hermética), bass-reflex (se “juega” con la masa de aire presente en un conducto cuidadosamente diseñado) o activo/pasivo (una variante del esquema anterior en la que el conducto y el puerto son sustituidos por un altavoz sin excitación eléctrica), por citar los más conocidos. Y ahí es donde empiezan los problemas, porque si el recinto de nuestra caja acústica debe tener unas dimensiones muy comedidas (ergo estamos hablando de un monitor de estantería) el límite inferior de la respuesta en frecuencia se verá afectado.
“Traducción”: se situará por encima de 70-80 Hz en vez de, por ejemplo, 45-60 Hz, algo que sin resultar catastrófico restará profundidad a la transcripción musical obtenida y en no pocas grabaciones desequilibrará, a menudo para mal, esa curva de respuesta en frecuencia subjetiva a la que antes nos referíamos. En consecuencia, hay que realizar equilibrios entre el componente que mueve el aire, por lo general un “midwoofer” (ya que la inmensa mayoría de monitores compactos trabajan con una configuración de 2 vías), y la carga del mismo en el recinto. Por supuesto, sin olvidar la imprescindible armonización añadida por la circuitería, cuya misión es “unir” el citado transductor al que reproduce los agudos. De la correcta dosificación de estos tres elementos dependerá el éxito o el fracaso de nuestra “misión”.
Lumina II Amator: refinamiento, versatilidad, musicalidad… ¡y precio!
Es precisamente el “equilibrio entre las partes”, la excelencia de los materiales y todo aquello que tenga que ver con el indiscutible buen gusto italiano el “leitmotiv” de la Sonus Faber Lumina II Amator, segundo de los modelos de la “colección” Lumina con el distintivo “Amator” y protagonista del análisis que nos ocupa. Concretando, tenemos un refinado y muy compacto monitor de estantería que supone un paso hacia adelante en estilo y prestaciones con respecto al original, a fin de elevar una experiencia de escucha unánimemente apreciada en todo el mundo sin que ello afecte a su competitividad en términos de relación calidad/precio.
Recordemos que el término “Amator” es altamente evocador en la historia de la veterana y mundialmente reputada empresa de Arcugnano, por la sencilla razón de que ha caracterizado a la práctica totalidad de los productos especiales que ha comercializado a lo largo de los años, hasta el punto de convertirse en sinónimo de singularidad y exclusividad. A nivel estético, la Lumina II Amator preserva el recinto con base cuadrada que identifica a la gama a la que pertenece, destacando el uso de un nuevo panel frontal de madera y una terminación con chapas de alto brillo dedicadas (concretamente Rojo, Nogal y Wengué).
En el ámbito de la tecnología, la principal novedad con respecto al diseño de base se concentra en el filtro divisor de frecuencias, que bebe de los avances incluidos inicialmente en la aristocrática columna Maxima Amator y posteriormente en la reciente generación de la serie Homage. Es el caso de la circuitería IFF (“Interactive Fusion Filtering”, léase Filtrado por Fusión Interactiva) y la filosofía de fase coherente, innovaciones ambas encaminadas a ofrecer mejoras en parámetros como la resolución de bajo nivel y la coherencia dimensional del sonido. Pocos detalles da el fabricante sobre estas adiciones, aunque sí subraya que la frecuencia de corte superior de la circuitería en cuestión (que contempla el bicableado) pasa de 1.800 Hz a 2.600 Hz.
En cuanto a la configuración electroacústica, la Lumina II Amator monta uno de los icónicos tweeters de cúpula de seda de 29 mm revestida a mano D.A.D. (“Damped Apex Dome”) empleados en la gama Sonetto de Sonus Faber y un “midwoofer” equipado con un cono multifibra de 150 mm y carga bass-reflex de emisión inferior. Esta disposición dota a este monitor de la capacidad de restituir con una precisión tonal extraordinaria frecuencias del orden de 55 Hz, un auténtico logro si tenemos en cuenta que el recinto empleado mide sólo 18 centímetros de ancho por 30’5 y 26’3 de profundidad. Y, por supuesto, la Lumina II Amator está íntegramente diseñada y fabricada (a mano) en Italia.
Musicalidad Lumina II con resolución en los agudos y espaciosidad superiores
Evaluamos la Lumina II Amator junto al muy solvente amplificador integrado estereofónico 8300A de la británica Audiolab, usando como fuente el increíble streamer Pro Plus de la estadounidense WiiM y estando todo el conjunto cableado con In-Akustik. Es fácil (teniendo en cuenta que hemos escuchado largo y tendido la Lumina II) detectar que los cambios efectuados por Sonus Faber en el filtro divisor de frecuencias exceden ampliamente lo meramente formal.
No hay que perder de vista al respecto que el equipo de ingeniería de la marca italiana no da por finalizado ninguno de sus diseños sin haberlos sometido a exhaustivas pruebas de escucha, y realizado sobre la marcha cambios en el filtro divisor de frecuencias hasta dar con el sonido buscado. Y en el caso que nos ocupa es evidente que el sustancial aumento de la frecuencia de corte paso alto del subsistema en cuestión añade limpieza a la transcripción de las frecuencias vocales superiores y, por pura lógica, una mayor capacidad de discriminación global que redunda en una mayor espacialidad. Sin olvidar, por supuesto, una zona baja profunda y sedosa a cuya precisa restitución contribuye sin lugar a dudas el lúcido esquema de carga del “midwoofer”.
