Convertidas por méritos propios en un auténtico símbolo del poderío de Audeze en auriculares “planar”, las siglas LCD alcanzan su máximo esplendor en el modelo LCD-5, una maravilla en resolución, transparencia, espaciosidad y comodidad que redefine el patrón de referencia en los diseños de su clase. Detrás de estas deslumbrantes prestaciones está una ingeniería casi sobrenatural, cuyo particular viaje comenzó en 2009 con los ya legendarios LCD-2 y continuó en 2011 con los LCD-3 y en 2015 con los LCD-4.
La introducción minuciosa y continuada de mejoras en los elementos que conforman unos auriculares basados en transductores magnéticos planos, indiscutible seña de identidad de la firma californiana, ha hecho posible con la tradicional colaboración de ingenieros de grabación y músicos, un producto sencillamente prodigioso en prestaciones y confort. Dicho con otras palabras: estamos ante los mejores auriculares “planar” que jamás hayan visto la luz.
Los transductores “planar” de Audeze: un universo aparte
Las ventajas aportadas por el uso de altavoces magnéticos planos en auriculares son bien conocidas, por cuanto afectan a parámetros tan relevantes como la velocidad de respuesta (al aplicarse el campo magnético de excitación a la totalidad de la superficie del componente móvil, es decir, el diafragma), la curva de respuesta en frecuencia (muy amplia, al permitir la actuación combinada de un potente campo magnético y un diafragma muy ligero aceleraciones muy rápidas), la distorsión (muy baja gracias al control que se ejerce sobre la membrana), la durabilidad (al estar el circuito magnético integrado en la superficie del diafragma, la disipación térmica es más eficaz) y la facilidad de ataque (porque la estructura de un “driver” “planar” hace que su impedancia sea exactamente la misma en su gama de frecuencias de trabajo). Pero, como siempre, una cosa es hacer algo y otra hacerlo bien y no digamos ya excepcionalmente bien, a ser posible rayando la perfección.
Esto implica desarrollar soluciones que ayuden a marcar la diferencia, y aquí es donde entra en juego la singularidad tecnológica de Audeze, que al actuar simultáneamente sobre las partes críticas de los transductores que equipan sus auriculares, logra con una brillantez extrema que el todo supere la suma de las partes. Uno de los elementos en cuestión es sin lugar a dudas el diafragma, responsable último de desplazar aire en forma de ondas sonoras y cuya ligereza está directamente relacionada con su capacidad para reproducir fielmente la música. Para situar el texto en su contexto, bien está saber que una hoja de papel de impresora estándar tiene unas 100 micras de grosor, mientras que un cabello humano medio tiene unas 75 micras en la base y un glóbulo rojo tiene sólo 5 micras. Recordemos que una micra es la millonésima parte de un metro, una medida realmente muy pequeña, algo que no ha impedido a Audeze ir todavía más lejos, al crear un diafragma de nada menos 0’5 um de espesor.
Hablamos nada menos que de la décima parte del grosor de un glóbulo rojo y por lo tanto perteneciente ya al universo “nano” para sus modelos de referencia absoluta equipados con altavoces magnéticos planos. El segundo de los elementos críticos antes mencionados es una especie de “colaborador necesario” del que acabamos de comentar, puesto que su misión es hacer que los movimientos de este último sean lo más rápidos y precisos posible, con el fin de, respectivamente, maximizar la respuesta a los transitorios y minimizar la distorsión. Nos referimos al motor magnético, formado por la bobina móvil y, en un altavoz “planar”, el sistema de imanes que lo “propulsa”. Aquí entran en juego otros dos esquemas exclusivos: la bobina móvil Uniforce, “impresa” por deposición al vacio, y la configuración de imanes Fluxor, asegurando que la combinación de ambos que todas las partes del diafragma experimenten la misma fuerza.
LCD-5: una lección magistral de tecnología punta al servicio de la música
Integrados en la gama Flagship de Audeze, los tan elegantes como discretos LCD-5 son el actual buque insignia de los auriculares “planar” de la reputada compañía estadounidense, y por tanto han sido creados para establecer un nuevo referente en excelencia sonora para la escucha musical en la intimidad. Una excelencia que es rematada por la confortabilidad extrema (una concepción anatómica muy depurada hace que sus 420 gramos de peso se distribuyan equitativamente sobre la cabeza y las orejas del usuario) requerida por quienes los utilizan durante largas sesiones de escucha, caso de los músicos y de ingenieros de grabación (dos grupos de profesionales que Audeze contacta de manera sistemática para la puesta a punto de sus productos), pero también de muchos entusiastas “residenciales”.
Así, en los transductores encontramos la efectiva estructura magnética Fluxor con imanes Neodymium N50 y la versión más evolucionada de las guías de onda Fazor (que controlan la respuesta en fase), añadiéndose a los mismos las innovadoras bobinas móviles Parallel Uniforce, dispuestas en pistas paralelas de anchura variable para mantener bajo el valor de la impedancia y proporcionar un mayor margen de tensión alterando la densidad de corriente dentro de cada pista. La fuerza uniforme creada por esta configuración reduce la distorsión y aporta un mejor control sobre el movimiento del sofisticadísimo diafragma Nano-scale, resultando de ello una mejora drástica en la resolución del sonido.
Una característica fundamental en Audeze que en los LCD-5 se lleva hasta su más alto nivel de refinamiento es el generoso tamaño del diafragma, característica que junto a la bajísima masa y la elevada flexibilidad del mismo tiene por resultado una compliancia muy alta, léase una gran capacidad para convertir un impulso eléctrico en ondas sonoras, que incrementa la habilidad para reproducir fielmente las octavas inferiores del espectro. Asimismo, los ingenieros de la compañía californiana han optimizado la totalidad de los componentes de la cámara acústica, es decir, los “cascos” de los LCD-5 para lograr una imagen precisa y una escena sonora muy amplia y limpia, a la vez que las nuevas almohadillas esculpidas con una calculada inclinación en su cara interna y la malla acústicamente transparente han sido concebidass para minimizar potenciales reflexiones y resonancias.
“Transparencia, resolución y velocidad con sólo 420 gramos”
Así presenta Audeze los LCD-5 en su sitio web y la verdad es que la escucha de los mismos lo certifica con honores. Teniendo en cuenta el “ethos” de la empresa estadounidense, parece lógico pensar que el lugar de estos auriculares circumaurales abiertos está más en una residencia doméstica como parte de un equipo de audio de altos vuelos, que en aplicaciones móviles, motivo por el que lo probamos con un reproductor de música en red HiFi Rose RS250A. Lo primero que hay que destacar de los Audeze es que se ajustan de un modo tan preciso a nuestra cabeza que al cabo de unos pocos minutos da la sensación de que no los llevamos puestos.
Pero la verdadera magia obra cuando seleccionamos algunos de nuestros temas favoritos de Qobuz y TIDAL, porque la música simple y llanamente está ahí, fabulosa en precisión tonal y desconcertante en presentación espacial. Esta última materializada en una escena sonora más asimilable a la generada por una pareja de cajas acústicas que por unos auriculares al uso. Y es que con los LCD-5 no hay limitaciones ni en resolución (sublime), ni en extensión de la respuesta en graves (una curva de respuesta en frecuencia con límite inferior en 5 Hz da para mucho al respecto), ni en dinámica, ni en presión sonora (parámetro en el que los Audeze pueden alcanzar registros literalmente destructivos para los oídos). En definitiva, un auténtico homenaje a la música que colmará las expectativas de los usuarios más exigentes e inconformistas.
