Preamplificadores
El preamplificador o previo es el gran centro de control y distribución de cualquier equipo destinado a la reproducción del sonido en Alta Fidelidad –sea o no de High End- así como el elemento más asiduamente utilizado del mismo.
Interesa, por tanto, que sea inteligente, generoso y flexible en su concepción a nivel de funciones disponibles, interrelación entre ellas, dotación de entradas y salidas y gestión global. A pesar de ello, hay varios tipos de preamplificadores, sobre todo en el universo del High End, lo que significa que el que mejor se adecúe a las características de un sistema determinado será aquel que satisfaga con mayor exactitud las exigencias del usuario del mismo.

En el ámbito del sonido estereofónico, las opciones a considerar son las siguientes:
*Preamplificador de Línea:
Acepta únicamente señales de nivel de línea, es decir las procedentes de cualquiera de las fuentes de audio actualmente disponibles –ordenador incluido- a excepción de los giradiscos. Es el tipo de preamplificador más utilizado, aunque con permiso de los fanáticos del vinilo que siguen teniendo una gran influencia en el audio High End más radical. Ejemplos de preamplificadores de línea sensacionales son el Esoteric C-02, el D’Agostino Super Analogue, el Brinkmann Marconi, el Audio Research Reference 5 SE, el Audio Research Reference 10 (para nosotros, el mejor preamplificador del mundo) o el Krell Phantom.
*Preamplificador de Fono:
Su misión consiste en tomar la debilísima señal procedente de la cápsula fonocaptora de un plato giradiscos y amplificarla a un nivel comparable al de las fuentes de línea. Entre sus misiones está llevar a cabo la denominada ecualización RIAA (acrónimo de Recording Industry Association of America) que consiste en un realce de los graves y un recorte de los agudos destinado a compensar el proceso inverso que se lleva a cabo durante la grabación de todo disco de vinilo con el fin de restaurar la respuesta plana. Un preamplificador o etapa de fono (también se le llama así) puede incluirse bien en un chasis independiente o materializarse en una sección específica dentro de un preamplificador o amplificador integrado. La complejidad de estas electrónicas varía enormemente en función del tipo de cápsulas -MM y/o MC- que admitan y la cantidad y calidad de los ajustes -en caso de que los incluyan- que ofrezcan al usuario. En cualquier caso, el preamplificador de fono separado es un componente fundamental en todo equipo de audio High End sin compromiso en el que el disco de vinilo tenga un papel preponderante.


En la actualidad, las mejoras técnicas y el resurgir de los giradiscos han hecho que también en muchos equipos de Alta Fidelidad asequibles sea posible dispones de previos de fono de prestaciones muy notables. De ahí que en el mercado puedan encontrarse desde modelos tan elitistas como el Audio Research Reference Phono 10 hasta otros igualmente excelsos pero más abordables como el van den Hul The Grail o el Brinkmann Fein y otros ya decididamente asequibles pero tremendamente musicales como el Primare R32 o el increíble a la vez que ultrademocrático Pro-Ject Phono Box DS.
Pre-Preamplificador:
Toma la extremadamente débil señal procedente de ciertos tipos de cápsulas de bobina móvil (MC) y la amplifica a un nivel que, aunque igualmente bajo, sea aceptable por un preamplificador de fono. En la actualidad es un producto en desuso aunque algunos fundamentalistas del High End “vinílico” que poseen cápsulas con niveles de salida muy bajos (del orden de 0’1 mV) siguen manteniendo intacta su pasión por unas electrónicas que alcanzaron unos niveles de sofisticación insospechados en los momentos álgidos de la Alta Fidelidad “vinílica”.
Atenuador Pasivo:
A veces llamado erróneamente preamplificador pasivo, puede reemplazar a un previo de línea en determinadas situaciones. En vez de amplificar las señales procedentes de las diversas fuentes y hacer de etapa separadora, un atenuador pasivo simplemente atenúa (reduce) el nivel de la señal que va a ser enviada al amplificador de potencia. Por tanto, no se enchufa a ninguna toma de corriente y no puede lleva a cabo, tal y como hace un preamplificador activo de línea, ningún tipo de amplificación de señal. Inconveniente: a menudo, la dinámica se ve limitada.
Los preamplificadores también pueden clasificarse en función de los dispositivos activos que utilicen, con lo que tenemos preamplificadores de estado sólido (en los que hay transistores bipolares o BJT’s, de efecto de campo o FET’s o combinaciones de ambos), preamplificadores a válvulas (en los que se emplean válvulas de vacío) y preamplificadores híbridos (que utilizan dispositivos de estado sólido en algunas de sus secciones y válvulas de vacío en otras con el fin de combinar las ventajas de unos y otras).
Precisamente es el amplificador el componente de todo sistema de Alta Fidelidad en el que se usan con mayor frecuencia las válvulas de vacío. El motivo es bien sencillo: los preamplificadores manejan únicamente señales de bajo nivel, lo que convierte a las válvulas de vacío en más prácticas y abordables que las empleadas en las etapas de potencia, más sometidas a los esfuerzos derivados de su condición. Recordemos que el motivo principal por el que muchos aficionados a la reproducción musical en Alta Fidelidad están literalmente enamorados de las válvulas de vacío es la mayor dulzura y calidez de su sonido, así como el hecho de su equilibrio tonal sea –por lo menos en los modelos bien diseñados- mucho más natural. En cualquier caso, lo que hay que hacer a la hora de la verdad es elegir aquel preamplificador que tenga un menor efecto sobre la música y tener siempre en cuenta que el preamplificador perfecto sonará exactamente igual tanto si utiliza dispositivos de estado sólido como válvulas de vacío. Otro aspecto de tipo tecnológico que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un preamplificador hace referencia a su topología circuital interna, y por tanto al hecho de si la misma es balanceada (caso de los modelos de Krell, toda una leyenda del High End) o no balanceada. Es importante señalar que la primera opción suele más compleja y cara por cuanto comporta la utilización de circuitos completamente balanceados desde la entrada a la salida, lo que a efectos prácticos implica duplicar los circuitos de un preamplificador convencional al ser necesario disponer de un trayecto para la señal no invertida y otro para la señal invertida (que son las componentes de toda señal balanceada), con el consiguiente esfuerzo adicional que hay que realizar para que exista un total emparejamiento entre los componentes y subsistemas de cada uno.

Los preamplificadores también pueden ser analógicos o digitales en función del tipo de circuitos que se utilicen de forma mayoritaria en su gestión y, sobre todo, del concepto global que se aplique. Así, en los “previos” digitales la conversión en digital de cualquier señal que les sea conectada permite la completa manipulación de la misma por un “chip” de procesado digital de señal, lo que comporta obvias ventajas, sobre todo en plena era de Internet. Y también pueden incluir o no mando a distancia, que deberá ser gestionado por un circuito independiente con el fin de que el accionamiento de los diferentes conmutadores y/o motores que implique su funcionamiento no afecte a la señal musical. Asimismo, el tipo de componentes que incorporen -si están o no seleccionados en función de su calidad musical- influirá en su comportamiento.
En cuanto a dotación de entradas y salidas, el mínimo indispensable sería, para un preamplificador de audio, el siguiente: dos pares de salidas principales (para el caso de que se desee conectar dos etapas de potencia para biamplificar las cajas acústicas), entradas para cinco o seis fuentes de línea y un bucle de entrada/salida para grabación (práctica en desuso, aunque nunca se sabe). Si se dispone de conectores balanceados y no balanceados, mejor que mejor aunque hay que tener en cuenta que los diseños completamente balanceados de más alto nivel suelen incluir únicamente conectores balanceados, lo que puede causar problemas a la hora de conectar según que fuentes. Hay también variaciones interesantes a nivel estructural, como por ejemplo el hecho de que todas las secciones internas estén físicamente aisladas entre sí, que se disponga de una configuración modular que permita tanto la permanente actualización del sistema como la mejora del mismo y que la fuente de alimentación sea lo más sofisticada y generosa posible, amén de ubicarse en un chasis separado (caso de los antes mencionados Audio Research Reference 10 y Krell Phantom). Y también es posible prescindir del preamplificador, como es el caso de quienes utilizan únicamente discos compactos como fuente de música, siempre que se disponga de un lector CD o un procesador digital de audio con control de volumen (salida variable) o preamplificador incorporado o de una etapa de potencia con ajuste del nivel de entrada.