
El hecho de que el SA-12, modelo que precede al protagonista del presente Blog, fuese destinado en exclusiva (junto con su amplificador integrado estereofónico a juego) para el exigente mercado japonés permite hacerse una idea de la minuciosidad puesta en su concepción y en su ejecución. Es “minuciosidad” una palabra que en el particular ecosistema de Marantz adquiere una significación especial, por cuanto equivale a decir simple y llanamente búsqueda de la perfección dentro del segmento de precio afectado.
Versión sustancialmente corregida y ampliada del SA-12 gracias a la incorporación de refinamientos técnicos utilizados en los celebrados reproductores digitales SA-10 y SA-KI Ruby, el SA-12 Special Edition (SE) incluye además una funcionalidad DAC trufada de elementos genuinamente Marantz para añadir la lectura de archivos de alta resolución a la de discos CD y SACD. El resultado es una fuente digital rebosante de musicalidad con el añadido de una relación calidad/precio muy poco habitual en audio High End.
Pasión incondicional por la música y la tecnología: la clave del sonido Marantz
No es fácil que una empresa con 67 años de vida, y además en la “primera división” de su sector, mantenga una pasión casi de adolescente cada vez que decide poner a punto un nuevo producto. Y, sin embargo, con Marantz así ha sido desde siempre, hasta el punto de que hay realizaciones de la marca con más de medio siglo sobre sus espaldas que siguen gozando de un aura poco menos que mítica entre aficionados de todo el mundo. En el ámbito concreto del audio digital, mucho ha llovido desde que en 1982 la firma fundada por Saul B. Marantz en 1953 comercializó su primer reproducir de discos compactos, el celebradísimo modelo CD-63, un producto que rompió esquemas como consecuencia de su musicalidad extrema y su hipercompetitivo precio.
Es precisamente la musicalidad -entendida en este caso como calidez a la manera analógica- la cualidad fundamental de las sucesivas fuentes digitales, ya sean de nivel básico como de referencia absoluta, puestas a punto por Marantz. Una cualidad que ahora comparte con otras marcas, pero que en los orígenes del CD logró marcar diferencias, al desmarcarse con fuerza del carácter metálico y, a menudo, también excesivamente analítico, de la práctica totalidad de sus competidores directos. La clave de esta diferenciación reside fundamentalmente en el uso, a menudo simultáneo, de topologías circuitales de desarrollo propio y componentes de alta calidad e incluso hechos a medida. En el caso concreto de las fuentes digitales, a nivel de topologías circuitales destaca muy especialmente el innovador esquema de procesado y conversión monobit Marantz Musical Mastering (MMM) HD, que permite a los modelos que lo incorporan evitar el uso de convertidores D/A fabricados por alguna de las pocas marcas que controlan el mercado y, por tanto, las limitaciones que ello comporta.
En el ámbito de los componentes, a menudo hemos insistido que la clave de la musicalidad en el universo digital depende de lo analógico, motivo por el que Marantz siempre se ha empleado a fondo en elementos tales como la fuente de de alimentación y los componentes esenciales de la misma (transformador, condensadores), la mecánica de transporte o la sección de salida analógica (módulos HDAM), todo ello sin descuidar astucias de ingeniería varias y la igualmente crítica para el sonido construcción mecánica.
Alta resolución con mayúsculas con discos ópticos y formatos de archivo
Fuertemente inspirado por ideas que vieron la luz durante el proceso de desarrollo de los extraordinarios reproductores digitales PM-10 y SA-KI Ruby, el SA-12 Special Edition es un elegante y robusto reproductor de discos CD y SACD con funcionalidad DAC incorporada, en cuyo interior encontramos un imponente concentrado de soluciones técnicas de alto nivel. La primera de dichas soluciones es el bloque de transporte SACDM-3, puesto a punto por Marantz única y exclusivamente para aplicaciones de audio al máximo nivel, y que puede leer tanto discos SACD y CD como compilaciones de música en CD-ROM o DVD-ROM, soporte este último cuya capacidad le permite almacenar un elevado número de contenidos musicales en muy alta resolución.
Del SA-12 SE también hay que destacar la presencia de una característica prácticamente imprescindible hoy en día que, por otro lado, no estaba presente en el modelo SA-12 original: una funcionalidad DAC de muy alto nivel con una entrada USB asíncrona que permite manejar formatos de archivo tan exigentes como el PCM/DXD de 32 bits/384 kHz y el DSD de 11’2 MHZ (DSD256). Como corresponde a una fuente digital de referencia de última generación firmada por la firma japonesa, el SA-12 SE incorpora el extremadamente innovador y elegante esquema Marantz Musical Mastering (MMM) HD, introducido originariamente en el sensacional SA-10 y que está formato por dos subsistemas. El primero de ellos, de nombre Marantz Musical Mastering Stream, transforma todos los archivos PCM a DSD de 11’2 MHz utilizando un esquema de filtrado y procesado muy avanzado, mientras que, a continuación, el exclusivo circuito Marantz Musical Mastering Conversion convierte directamente el flujo de datos monobit en una señal analógica sin necesidad de utilizar un convertidor D/A convencional.
En el SA-12 SE encontramos otros refinamientos que también aportan su particular grano de arena a la mejora de la calidad sonora, caso de los ampliamente contrastados módulos HDAM-SA3 y HDAM-SA2 de Marantz presentes en la etapa analógica de salida y el aislamiento de las entradas digitales para bloquear la entrada de ruido procedente tanto del interior como del exterior. Un elemento a destacar es el afinado del diseño final, realizado por parte de ingenieros de la marca en instalaciones dedicadas situadas en Europa y Japón con el fin de asegurar que el sonido tenga la impronta de la marca, léase esa musicalidad característica a la que nos referíamos anteriormente.
El sonido: resolución y precisión de inconfundible sabor analógico
Probamos una fuente esencialmente moderna pero también de alma clásica como el SA-12SE en compañía de un amplificador integrado a válvulas VSi75 de la estadounidense Audio Research y una pareja de cajas acústicas Sonus Faber Olympica Nova II, utilizando para las diferentes conexiones cable Transparent de 5ª Generación. Ya desde el principio, no cabe la menor duda de que el sonido del SA-12 SE es muy rico, preciso, elegante y controlado sin que ello le impida exhibir su punto de opulencia.
Los graves son excepcionalmente bien contorneados, mientras que los agudos están completamente exentos de aristas, incluso con grabaciones en CD… todo un éxito del que en nuestra opinión habría que “responsabilizar” a la mecánica de transporte por un lado y al esquema de procesado+conversión monobit directa MMM HD por otro. Y es que el SA-12 SE borda “todo lo que le echen” en materia de audio digital… de hecho, estamos ante una verdadera exhibición de saber hacer en la no siempre bien gestionada traslación de la potencia tecnológica al ámbito de la reproducción sonora. Dicho con otras palabras, estamos ante una perfecta encarnación del más genuino sonido Marantz.